Nunca voy a sentir su presencia otra vez, eso me enferma.
Lo extraño desde el primer día, desde antes que se fuera.
Es estúpido por que probablemente nada de esto va a importar cuando tenga 25 y probablemente ya no lo recordaré, pero en este momento importa. Y esa es la cosa con el dolor, sabemos que algún día va a parar pero mientras esté ahí es insoportable.
Lo que más me gustaba de él eran sus manos.
Las manos son increíbles, con ellas escribimos cosas hermosas, creamos o destruimos.
Tomamos la mano de los demás cuando nos sentimos asustados, como cuando tenías 6 y te asustaba ir al dentista entonces tomabas la mano de tu madre.
Tomamos la mano de la persona que más queremos, no como un signo de propiedad si no como diciendo "Quiero que seas una parte de mí".Amaba sus manos porque lo imaginaba tomando la mano de su madre cuando tenía 6 o cuando se enamoró por primera vez tomando la mano de la chica que amaba. También cuando se sentía triste o nervioso mirando sus manos sin saber muy bien qué hacer.
Y esas eran las cosas que me hacían sentir que sabía realmente quien era, que era un ser humano, asustado, nervioso, triste.No sé sí será feliz en este momento, donde quiera que esté. Espero que sí.
Espero que se sienta como me siento algunas noches en las que el universo me llena.
Espero que tenga una razón por la cual despertarse en las mañanas.
Él era la mía.
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Esto no es un libro.
RandomExisten libros de todo tipo, pero este no es un libro ni una historia. Esta soy yo, en palabras.