Llegamos tarde.
Vos, el de los zapatos blancos
por ir caminando el mundo,
por ir recorriendo tantas vidas y tanta gente,
el que llegó tarde a mí,
con los zapatos blancos sucios,
y dejando regados pedacitos de un desastre
por mi sala, mi alcoba y mi cocina.
Y yo, la que suele llegar tarde siempre,
cuando pasa el meridiano,
cuando corriendo me hago cenizas de colores
y me voy con el viento,
cuando se esconde el sol,
cuando te conocí y pude sentir en tus manos el daño que me ibas a hacer.
Llegamos muy tarde.
En esta vida, llegamos muy tarde.
Ojalá en la otra podamos coincidir a las 12 Meridiano.
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Esto no es un libro.
RandomExisten libros de todo tipo, pero este no es un libro ni una historia. Esta soy yo, en palabras.