12 Meridiano.

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Llegamos tarde. 


Vos, el de los zapatos blancos

por ir caminando el mundo, 

por ir recorriendo tantas vidas y tanta gente,

el que llegó tarde a mí, 

con los zapatos blancos sucios, 

y dejando regados pedacitos de un desastre 

por mi sala, mi alcoba y mi cocina. 


Y yo, la que suele llegar tarde siempre,

cuando pasa el meridiano, 

cuando corriendo me hago cenizas de colores

y me voy con el viento,

cuando se esconde el sol,

cuando te conocí y pude sentir en tus manos el daño que me ibas a hacer.


Llegamos muy tarde.

En esta vida, llegamos muy tarde.

Ojalá en la otra podamos coincidir a las 12 Meridiano. 

Esto no es un libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora