Maddie vive en un orfanato desde que su abuela murió. Ella no pierde la esperanza de que alguien con buen corazón la adopte y tenga una familia. Un día cualquiera, llegan dos chicos de visita y piden conocerla, ¿Que pasará cuando ellos la adopten?
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—!Maddie, tercera y última vez! ¡Levántate ya o se te hará tarde en tu primer día!— escuché la voz de papá Calum desde abajo.
Era la tercera vez que me decía que me levantara, pero ayer Mike, Luke y yo nos dormimos muy tarde levantando todo lo de la fiesta, que no planeamos, y ahora tengo mucho sueño.
Vi la hora en mi celular y eran 7:20 a.m. Se supone que entro a las 8:00 así que tengo que darme prisa.
Me levanté de la cama y fui directo al baño a hacer mis necesidades, me cepille los dientes y entre a la ducha. Cuando terminé de todo eso, fui al armario y busqué algo que ponerme.
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Una vez lista, me cepille el cabello, me coloqué un poco de perfume, me maquille levemente y estaba lista para mi día.
Baje las escaleras con mi mochila y mi teléfono en mano hacia la cocina, dónde se escuchaban las voces de Ashton y Calum.
—Buenos días— me senté en uno de los bancos de la barra.
—Buenos días dormilona— dijo Ashton dándome un beso en la frente.
—¿No crees que estás un poco... descubierta para las 8:00 a.m?— dijo Calum dándose la vuelta de la estufa.
—Pero hace calor— dije encogiéndome de hombros.
—Maddie, afuera está helando, ve por una chaqueta por favor— dijo Calum regresando a lo que estaba haciendo.
—Pero no tengo frío...— repetí.
—Madison...— se dio la vuela y me vio a los ojos.
—Ahg, está bien— me levante del banco y fui a buscar una chaqueta.
Agarré la primera que vi y me la coloque encima. Era completamente negra así que no era difícil que combinara.
Una vez puesta la chaqueta, regrese a la cocina y desayuné lo que había preparado Calum, tocino y huevos revueltos.
—¿Ya terminaste?— preguntó Ashton.
—Si, solo iré a cepillarme los dientes— dije tragando el último bocado.
Deje mi plato en el lavavajillas y después subí a hacer lo que me faltaba.
—¿Ambos irán a dejarme?— pregunté bajando las escaleras.
—Si, vamos ya o se hará tarde— dijo Calum tomando las llaves de la casa, mientras Ashton tomaba las de la camioneta.
Una vez que Calum cerró la puerta de la casa y todos estábamos dentro de la camioneta, Ashton condujo hasta la que sería mi nueva escuela.
