Maddie vive en un orfanato desde que su abuela murió. Ella no pierde la esperanza de que alguien con buen corazón la adopte y tenga una familia. Un día cualquiera, llegan dos chicos de visita y piden conocerla, ¿Que pasará cuando ellos la adopten?
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—Buenos días— le dije a Simba, que dormía a mi lado en la cama.
—Maddie, ¡hora de levantarse!— escuché gritar a Ashton mientras tocaba mi puerta.
—¡Ya voy!— respondí levantándome de la cama.
Una vez que había tendido mi cama, fui al baño a tener lo que tenía que hacer y me di una ducha rápida, aunque en la noche me había duchado.
—Que me pongo...— me cuestioné a mi misma.
Busqué entre mi armario y decidí no complicarme la vida, solo me puse un vestido color rosa claro y una chaqueta.
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Después de estar lista, me puse un gorro color negro y metí mis cosas dentro de mi mochila, solo era mi laptop y una libreta.
Baje a la sala para dejar mi mochila en el sofá y fui a la cocina donde estaban Ashton y Calum.
—Buenos días— les di un abrazo a ambos.
—Buenos días, Madds— dijo Ashton.
—Tú desayuno— dijo Calum poniendo un plato con fruta frente a mi— corre, que ya es tarde.
Asentí mientas masticaba un pedazo de fresa.
—Hoy iremos a hablar con el director Beckham a las 4:00— dijo Calum.
—¿Porque van a hablar con el?— pregunté.
—Nos llamó ayer para pedir una cita con nosotros, es a las 4:00, así que te quedarás con Mike y Luke en su departamento— dijo Ashton.
—Esta bien— asentí.
Terminé de desayunar y subí a cepillar mis dientes, después subí a la camioneta con Ashton, no sin antes despedirme de Calum y tomar mi mochila.
—Que tengas buen día, hija— dijo Ashton besando mi frente una vez que llegamos a la escuela.
—Igual tú, no se te olvide darle de comer a Simba— le recordé.
—No lo olvidaré— sonrió.
Entre a la escuela y caminé hacia los pasillos viendo mi horario, esta vez en una hoja porque mi celular estaba en reparación por la pantalla estrellada.
—Hola Maddie— levante la mirada para ver a Lilia y a Cameron caminando hacia mi.
—Hola chicos— los saludé.
—¿Cómo estás?— preguntó Cameron.
—Estresada, ya vienen los exámenes y no sé qué haré, me cuestan trabajo algunas materias— suspiré.
—¿Cómo cuáles?— preguntó Lilia— yo tengo problemas en Francés y Geografía.
—A mi me falla algo de todas, pero de verdad no puedo con química y álgebra— me quejé.
