Problemas amorosos ☆

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Karol Sevilla

Consolar a una amiga no es fácil, tienes que se sincera y dar tu punto de vista para que a partir de eso ella pueda ver las cosas claras.

Pero a mi no se me da bien dar consejos, ni ayudar, consolar, nada de nada, parezco una piedra que intenta dar amor, últimamente eso está cambiando en mi, como si me estuviera ablandando de a poco, pero es un proceso lento.

—Creo que Agustín no sabe lo que quiere —esa fue mi conclusión a su problema. Ella arquea una ceja
—Fíjate, primero estaba súper enamorado, luego empezó a ignorar tu mensajes pero en persona era igual, después te escribía bien pero actuaba raro, no sabe que quiere.

—Tienes razón, pero lo notaba tan perdido en mí que me resulta extraño —limpia algunas lágrimas y sigue tomando su café.

Desde que se despertó estamos hablando de sus problemas y dejé que se desaogara el tiempo que quería, así que esto duró una hora aproximadamente, espero que todo esto la haga bien, no me gusta verla sufrir.

—Tal vez sí sienta eso, pero tiene miedo, muchas personas no se acostumbran a ese sentimiento tan fuerte que tratan de huir o evitar que eso crezca porque saben que luego ko hay vuelta atrás —wow, simplemente wow, ¿eso salió de mi boca?

—Yo arriesgaría todo por él.

Me acerco a mi amiga y le doy un fuerte abrazo.

—No mereces nada de esto, si no te hace bien no tienes por qué quedarte, debes hacer lo que a ti te hace estar feliz —la miro mientras una sonrisita aparece tímidamente en su rostro y algunas lágrimas siguen cayendo a sus mejillas —Amiga —la miro fijamente —Eres hermosa en todo sentido, y si él no logra apreciar lo que vales no pierdas el tiempo, no tienes que rogar amor, porque entonces no sería amor de verdad ¿entiendes?

—Entiendo —deja su taza y limpia sus lágrimas —Gracias Karol, en serio —se abalanza a mi fuertemente y yo río.

Suspiro con alivio —Creí que era pésima en esto.

Ella ríe —Creo que le diste a las palabras justas, por lo menos ya sé que debo hacer.

—¿Y qué debes hacer? —pregunto un poco confundida.

—Dejarlo —esperaba esa respuesta, pero aún así me sorprende lo decidida que suena —Yo me enamoré, pero mientras él no demuestre lo mismo no voy a permitirme desperdiciar tanto amor.

—Así se habla —chocamos los puños.

Y creo que toda esa charla y consejos no sirvieron de nada una vez que Agustín se cruzó frente a Carolina.

Pasamos la noche juntas y luego de la cena ella se fue a su casa, estaba decidida en dejar a Agus, y yo la apoyaba en toda desicion que tomara, pero una vez que llegamos a la escuela y él apareció frente a nosotra mirando de una manera tan intensa a mi amiga su valentía cayó, su seguridad tambaleó y al final no dijo nada, solo actúo normal.

—Creí que ibas a hablar con él —susurro mientras estamos en clase. No, no podemos esperar a hablar de esto en otro momento.

—Lo haré, tal vez, sí, lo haré, pero cuando estemos solos y tranquilos.

Yo asiento, tampoco puedo presionarla para que haga algo que al final no quiere.

Agustín no sale de su aula si no tiene cambio de materia, Ruggero sí, y almuerza con nosotras. Su amigo se excusa diciendo que tiene muchos trabajos, pero ya nos hemos enterado de que no es así y solamente nos esquiva, o solo a Caro.

Y en esto se resume mi semana, Caro sin poder dar el paso para cerrar una relación que no va ningún lado, y yo tratando de ayudarla con más consejos que al final termina olvidando.

Cambiaste mi vida (Ruggarol) [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora