Serendipia

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"Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual." 

                                                                                        ✩✩✩

Jungkook volteó a través de las rejas y se reprendió por milésima vez en el día. ¿Cómo había podido ser tan estúpido? Sus padres bien se lo habían advertido y el estar ahí encerrado como un animal cualquiera era nada menos que su culpa. Por testarudo y confiado. Papá Jin le había hecho repetir hasta el cansancio que era peligroso salir a la calle en su forma animal, pues podría sufrir un accidente o terminar en manos de los humanos, quienes no eran conscientes de la existencia de los híbiridos. Pero era muy tarde para lamentarse, llevaba un par de días ahí y las posibilidades de escapar eran nulas, su estupidez no era tan grande como para regresar a su forma humana en esas condiciones, lo único que deseaba era que sus padres lo encontraran pronto y poder volver a casa.

De pronto escuchó pasos y pudo ver como un pequeño niño rubio comenzaba a inspeccionar las jaulas. Al llegar a la que el se encontraba sus ojos se encontraron por unos segundos, el niño sonrió y se volteó con su madre.

-Quiero ese.- dijo señalando al perro negro que se encontraba hecho bolita en la esquina de la jaula. 

-Ese es muy grande cielo, no preferirías uno más pequeño... ¿Qué tal ese? - y apuntó a un perrito poodle en otra jaula.

-No. Quiero ese, parece un lobito.- respondió el niño muy seguro.-Por favoooor mamá, dijiste que podría llevarme el que yo quisiera.-

La madre resopló resignada y asintió. Jungkook sintió como lo sacaban de la jaula y el niño se abalanzaba para abrazarlo. El calor del pequeño cuerpecito lo atontó y a pesar de que para él sólo era una oportunidad de volver a casa a la menor oportunidad, su traicionero cuerpo meneó la cola contento. 

-Espero que seamos buenos amigos Nochu, soy Jimin- 

✩✩✩

Jungkook -ahora alias "Nochu"- se encontraba dentro de una pequeña casa que para su buena fortuna se encontraba relativamente cerca del barrio donde vivía. Los padres de su pequeño dueño discutían con él las condiciones del cuidado del nuevo miembro de la familia. Jungkook tardó en captar que hablaban de él. En lo que los humanos estaba distraídos comenzó a revisar la casa en busca de posibles salidas para huir, se fijo que había una puerta trasera en la cocina y que si durante la noche volvía a su forma humana podría salir. Con lo que no contó fue con dos pequeños brazos que lo cargaron hasta una habitación colorida que supuso era de Jimin. 

-Mira Nochu, este es mi cuarto. Conseguí que puedas dormir conmigo, aunque mañana te compraremos una cama. La pondré aquí -señaló un espacio al lado de su cama- así podremos dormir juntos. Se inclinó con sus manitas en las rodillas y quedando a la altura del animal que lo observaba se perdió en su mirada y sonrió. 

Jungkook se desarmó totalmente con esa cálida sonrisa y no pudo evitar terminar en la cama del chiquillo y quedar dormido junto a él. 

Los papás de Jimin estaban muy contentos con Nochu, a pesar de ser grande y tener un aspecto lupino era muy bien portado, casi parecía humano. Se había vuelto muy apegado al pequeño rubio de la familia y nada podría ser mejor, Jimin era un niño solitario y sus padres creían que un perro sería una buena compañía para él. 

✩✩✩

Jungkook llevaba dos semanas en casa de los Park cuando decidieron llevarlo de paseo al parque. Con lo que no contaba nadie, es que Jungkook se encontraría a sus padres en el parque. Papá Namjoon leía un libro en su forma humana mientras Papá Jin dormía con la cabeza sobre sus rodillas en su forma perruna. Jungkook salió corriendo hacia ellos y Jimin iba detrás de él gritando su nombre.

Jin salió al encuentro de su cachorro, lamiendolo y dándole mimos cariñosos. A través del vínculo que compartían y gracias a la cercanía habló con él.

-Muchachito estúpido ¿Tienes idea lo preocupados que estabamos por ti? ¿Qué ha pasado?-

Jungkook bajo las orejas y la cola.

-Lo siento papá, estoy bien.- 

-¿Dónde estabas?-

-Terminé en el refugio, pero Jimin me rescató...-

"Jimin" pensó Jungkook mientras volteaba a ver a su pequeño dueño con las mejillas rojas.

-Nochu ¿Es tu amigo?-

Para Jimin era un poco agridulce la sensación en su pecho, por un lado estaba contento de que Nochu estuviera jugando con otro perro tan cariñosamente y por otro se sentía algo celoso de tener que compartir su amor con alguien más, aunque se sentía un poco tonto por pensarlo. 

-Disculpa a Princesa, es sólo que se parece mucho a su cachorro.- 

Jimin volteó a ver al dueño de la voz, un hombre mayor, moreno, con lentes de montura negra y un libro en mano. 

-¿Princesa? Pero si es niño...-

-Sí, pero es muy maternal.-

-Ohhh...-Jimin no entendió esa respuesta pero asintió.

-¿Llevas mucho con Nochu?-

-No, tengo dos semanas de haberlo adoptado -sonrió- es mi primer amigo.

El hombre asintió y dirigió su mirada a los dos perros que se encontraban frente a ellos.

-¿Vas a volver?- Esta vez fue Namjoon quien habló.

-¿De qué rayos estás hablando Namjoonie? Claro que va a volver.-

-....- 

-....-

-No puedo papá.-

-Entiendo, pero por favor trata de visitarnos. ¿De acuerdo?-

-Bueno niño, yo debo irme porque Princesa se está poniendo de mal humor. Cuida mucho de Nochu ¿Sí? 

-Lo prometo.-

Namjoon había entendido la mirada de su hijo, ambos sabían que había vínculos que una vez hechos eran imposibles de romper y el moreno tenía la sospecha de que el que conectaba a su hijo con ese pequeño rubio era más fuerte de lo que cualquiera de los ahí presentes podía imaginar. 

✩✩✩

A partir de ese momento Jungkook comenzó a escabullirse durante las mañanas para ir a casa de sus padres y volver con la familia Park durante las tardes y noches. Sin embargo, la primera vez que Jimin se percató de la ausencia de su amigo se echó a llorar desonsoladamente. Cuando Jungkook volvió Jimin se lanzó a él y aún con las mejillas empapadas vio sus ojos y susurró.

-Por favor, no me dejes solo.-

Jungkook solo lamía su carita tratando de consolarlo, no sabía como decirle a Jimin que jamás lo dejaría solo, que se robaba poco a poco su corazón y que no habría cosa en el mundo que no haría por él. Con el tiempo todos en la casa Park aceptaron las extrañas consumbres de Nochu, porque a pesar de que lo habían encerrado, el animal siempre lograba escaparse, pero siempre, sin excepción, volvía. Al final todos bromeaban diciendo que Nochu parecía gato y no perro, aunque eso a Jungkook no le hizo mucha gracia. Sin embargo, él no podía irse, había algo que lo hacía volver cada vez a pesar de que sus padres le rogaban porque volviese con ellos, y ese algo era Jimin, sentía una necesidad emocional y física por estar junto a él y cuidarlo. 

A pesar de que el día que había salido de casa había sido desafortunado, sin esa eventualidad nunca habría encontrado a Jimin.


Inevitable II KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora