Jimin se encontraba en medio de un campo de flores, los lirios de múltiples colores bailaban bajo sus dedos. Caminó animado, a través del aroiris perfumado, tarareando. De pronto un ruido ensordecedor rompió la armonía del lugar, al voltear, Jimin se percató de un enorme y estruendoso tractor que destruía todo a su paso. Aterrado por la visión, Jimin corrió, aturdido por el sonido que taladraba sus tímpanos, sin embargo cada vez que volteaba la máquina infernal venía pisándole los talones. De pronto la fatiga lo venció y cayó en la verde espesura del suelo, el ruido cada vez más cerca...
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Cuando Jimin abrió los ojos pegó un pequeño salto. Todavía estaba oscuro. Su cuerpo desnudo totalmente adherido al de Jungkook, quien con su boca pegada a su oreja roncaba como un oso. Atónito se movió un poco para confirmar lo que estaba pasando. Y sí, no había manera de negar que los ronquidos del castaño eran sumamente estruendosos. Por unos momentos Jimin se asustó de que sus padres lo escucharan, salió de la comodidad cálida de su cama y se dirigió al pasillo para comprobar que el sonido no llegaba hasta el cuarto de sus padres. Afortunadamente, no se oía lo suficiente como para que se despertaran y tenían un baño dentro de su cuarto. El rubio respiró de alivio y volvió a la cama.
Se mantuvo unos minutos pensando en qué hacer. Era muy extraño que se despertara a media noche, pero una vez que lo hacía era muy difícil volver a dormir y más si tenía tremenda orquesta a su lado. No sabía si Jungkook había dormido la última década en estado alerta, porque hasta antes de que se unieran, jamás se lo había topado en su forma humana. Ahora el hombre estaba dormido como una piedra y generando más ruido que el tráfico matinal.
Con cuidado, volvió a acostarse y removió un poco a Jungkook.
-Kookie...
-mmmm....
-Estás roncando.
-mmmmmnsinto....
-Kookie, no me dejas dormir
Jimin no quería interrumpir su sueño pero en verdad no podía descansar y al día siguiente no podría levantarse. El reloj marcaba las tres de la mañana.
Sin embargo, nada funcionó, Jungkook pasó el resto la noche roncando escandalosamente.
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A la mañana siguiente Jimin amaneció con un humor de perros, cosa irónica si consideraba que era culpa de un maldito pulgoso que no hubiera podido pegar ojo en toda la noche.
-Jungkook, te la pasaste roncando toda la noche.
-Que raro, yo no suelo roncar.
-Te juro por lo más sagrado que tengo que parecías un maldito tractor ¡Hasta soñé con uno por tener tus ronquidos en mi oreja!
Jungkook se rio por la pataleta de Jimin y esto sólo logró enfurecerlo más. No había podido descansar y para el rubio la falta de sueño era un gran problema en su rendimiento y su humor. Salió a trompicones del cuarto sin decir nada más. Jungkook se sorprendió sin comprender por qué su pareja estaba molesta, sin embargo no le dio mayor importancia. Él no roncaba.
Minutos más tarde, caminando a cuatro patas se introdujo en la cocina para deasyunar. Jimin se encontraba apoyado en sus brazos luchando contra sus párpados, la cuchara en su mano amenazando peligrosamente con caer y aterrizar en el plato con cereal. Con su hocico movió suavemente la pierna de Jimin, éste pegó un brinquito, la irritación presente en sus gestos. El perro aplanó las orejas y chilló, no podía creer que fuera su culpa, pero no le gustaba verlo así. Lo siguió por todos lados hasta que se paró frente a la puerta para irse a la escuela. Arrastró su cabeza sobre la pierna de Jimin y una pequeña mano acarició tras sus orejas.
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Inevitable II Kookmin
FanfictionJungkook es un perro híbrido que un día sale de su casa y termina en el centro de adopción de animales de Busan. Por casualidades de la vida un niño llega y lo adopta, Jungkook se debatirá entre volver a su hogar o quedarse con el chico que comienza...