Playa

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Cuando Jimin sopló las velas del pastel de su cumpleaños número quince deseó que su primer beso fuera inolvidable. A su lado estaba Taehyung animándolo a pedir su deseo y en frente sus recientes amigos Hoseok y Yoongi. Sus padres se encontraban sentados observando la escena y a los pies del chico rubio un enorme perro negro se restregaba contra él.

Desde el incidente con el misterioso JK, Jimin -incitado por Taehyung- se había dedicado a buscar la manera de atraer a su guardián para poder conocerlo, aunque no había tenido éxito. Sabía que existía porque su amigo amante de los cactus se lo había encontrado un par de veces y juraría que había visto su silueta varias veces. Pero para ese punto Jimin se sentía cansado y frustrado, por un lado se dedicaba a cazar a una sombra de día y por otro seguía enamorado de ese hombre que solía aparecer en sus sueños, ambos inalcanzables. Lo que el pequeño rubio más deseaba era encontrar a alguien que pudiera hacer latir su corazón. 

Salió de sus pensamientos para volver al momento, acarició la cabeza de Nochu y se dedicó a comer el trozo de pastel que le tendía su madre. 

☆☆☆

Cuando sus amigos se fueron y regresó a la cocina Jimin se encontró con sus padres cuchicheando en la sala, ambos se sobresaltaron al verlo.

-¡Jimin! Por dios, haz ruido, no te aparezcas de la nada.

-Lo siento mamá, ¿De qué hablaban?

Ambos adultos se dieron una mirada cómplice, eso sólo aumento la desconfianza del adolescente.

-Ven cariño, hay algo de lo que queremos hablar.

Receloso, Jimin se colocó al lado de su madre en el sofá, pudo sentir como inmediatamente Nochu se tiraba en sus pies en señal de apoyo. Expectante ante lo que iba a suceder, Jimin esperó a que sus padres hablaran.

-¿Es algo malo?

-No mi amor, para nada. Tu padre y yo estuvimos platicando sobre lo que te daríamos de cumpleaños y pues, esperamos que te guste.

Acto seguido colocaron un sobre en las manitos de Jimin, el rubio sólo pudo abrir los ojos con sorpresa mientras boqueaba impactado.

-¡¿Boletos a la Isla Jeju?! ¿Iremos todos?

-¿Por todos te refieres a tu madre, tú y yo?

-Y Nochu papá, no podemos dejarlo.

-También viene Nochu.

-¡Esto es increíble! ¡Muchas gracias! ¿Ya viste Nochu? ¡Iremos al mar! Apuesto a que te encantará el mar.

Nochu ladró con emoción mientras Jimin bailoteaba por la sala con los boletos en alto.

  ☆☆☆ 

-¿Pero por qué no puede viajar con nosotros en la parte de arriba? 

-Es el reglamento hijo, Nochu es demasiado grande para ir en la parte de arriba. 

-¡Pero no sabemos cómo lo trataran! ¿Qué tal que le pasa algo? Estará sólo y asustado...

-Son sólo dos horas mi amor, además Nochu es muy fuerte y no pasará nada.

El pequeño rubio seguía discutiendo mientras estaban en la fila para documentar el equipaje, Nochu se encontraba en una jaula, hecho bolita y con las orejas gachas. Estaba tan emocionado como Jimin por el viaje, pero las alturas y los aviones le daban terror, había pensado en escaparse pero al ver los ojos ilusionados de Jimin durante las noches mientras planeaba todos los lugares que visitaría no le permitieron seguir con la idea de la fuga. A pesar de todo, no había manera de que dejara solo a su -ya no tan pequeño- dueño. De haber podido, hubiera regresado a la casa de sus padres muchos años atrás. El vínculo que lo unía a Jimin era mucho más fuerte que cualquier cosa que hubiera sentido antes y aunque no quería pensar en ello, su animal interno lo reconocía como un vínculo de pareja, un sólido vínculo de pareja que con los años sólo se fortalecía. 

Inevitable II KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora