Deseo

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El vínculo era una experencia totalmente distinta a cualquier cosa que Jimin conociera. Podía percibir la presencia de Jungkook, podía saber cómo se sentía, podían comunicarse de manera telepática, y estaba casi seguro que podía escuchar los latidos del corazón del castaño. Ambos seguían entrelazados sobre las sábanas. Disfrutando del silencio y de la mutua compañía. Con la cabeza acomodada bajo la barbilla de Jungkook, Jimin movía perezosamente sus dedos sobre el pecho de Jungkook, mientras éste acariciaba sus cabellos. 

-¿Kookie?

-¿Qué pasó Minnie?

-¿Cuántos años tienes?

Jimin pudo sentir la tensión en el cuerpo de Jungkook.

-Ya te dije que 25...

-No te creo. 

-¿Por qué no me crees Minnie?

-Vi un título universitario con tu nombre en el pasillo.

Jungkook tuvo la decencia de sonrojarse, no podía enojarse con sus padres por no evitar que Jimin se percatara de las fotografías que cubrían los pasillos de la casa.

-Si bueno... biológicamente tengo cuarenta años...

-¿CUARENTA? ¿Eres mi sugar daddy entonces?

Un escalofrío recorrió la columna de Jungkook al oír esas palabras.

-No Minnie, mira, los híbridos tenemos una vida mucho más larga que la de los humanos, pero por lo mismo maduramos de manera más lenta, nuestra niñez y adolescencia duran más años que las de un ser humano, así que en ese sentido tengo como 25. Y un sugar daddy.... ¿De dónde sacaste eso?

-Tae Tae mencionó algo de eso el otro día. ¿Pero entonces cuántos años vas a vivir?

-Si tengo una vida larga... quizá unos 250 años

De pronto el pecho de Jungkook fue azotado por una tristeza demoledora, el golpe de la sensación fue bastante brusca, ambos tendrían que trabajar en el vínculo en cuanto a emociones fuertes.

-¿Minnie? ¿Qué pasa bebé?

-¿Y qué va a pasar cuando yo me muera? ¿Te vas a morir por mi culpa? -el dolor en la voz de Jimin le quemaba como acero- Yo no voy a vivir tanto tiempo Kookie. - sus pequeñas manitos se aferraban a Jungkook, como si temiera que los fueran a separar en ese mismo instante.

-Hey, shh, tranquilo.-tomó la barbilla de Jimin, obligándolo a verlo para encontrarse con sus ojitos aguados- gracias al vínculo nuestras líneas de vida irán a la par.-

-¿Qué quiere decir eso?

-Que tu vida se alargará para que podamos estar juntos hasta que nuestro ciclo termine.

-¿De-de verdad?

Jungkook asintió. Jimin se apretó contra él y susurró.

-No te atrevas a morirte antes que yo.

Jungkook sonrió.

✩✩✩

Un rato después y gracias al gruñido del estómago de Jungkook, decidieron bajar a la cocina a comer algo. Jungkook tomó unos pantalones de chandal, le colocó a Jimin una de sus playeras blancas y lo tomó en brazos para colocarlo cuidadosamente en una de las sillas. Jimin no se quejó, le dolía el trasero y amaba estar cerca de Jungkook. 

De manera improvisada hicieron unos sándwiches. Ambos hambrientos después de los eventos ocurridos ese día. En lo que Jimin se mantenía ocupado con las últimas mordidas de su sándwich, Jungkook fue por la caja donde estaba el pastel que le había hecho. Sabía que no era el pastel mejor dejorado, pero en unas horas no podría mejorar toda una vida de desastres culinarios -herencia obvia de su padre-, además debía darle el crédito a papá Jin, quien lo había convencido de hacerlo para distraerse de pensar que Jimin estaba en una cita con el niño fantasma.

Con cuidado, lo colocó ante la vista -falsamente sorprendida- de su lindo rubio.

-Feliz cumpleaños Minnie. 

Con cuidado colocó un par de velas encima y las prendió, frente a los ojos iluminados de Jimin. 

-No olvides pedir un deseo.

El pequeño rubio cerró los ojos, mientras buscaba a tientas la mano de Jungkook, quien tomó la rechonchita mano entre la suya.

"Deseo estar siempre con Jungkook"

El castaño no pudo reprimir la sonrisa que nacía en la curva de sus labios. 

Una vez que probaron el pastel, que había quedado sorpresivamente rico para Jungkook, éste desapareció unos momentos para volver con una caja azul con estrellas amarillas.

-No debiste Kookie

-Mejor ábrelo.

Con cuidado rasgó la envoltura. Dentro de la caja había un cuaderno y una cámara instantánea. Al tomar el primero se percató de que se trataba de otro diario, esta vez amarillo.

-Así podremos documentar todas nuestras salidas y aventuras. Yo sé que están las cámaras digitales, pero pensé que quizá la idea de un diario-fotográfico sería divertida. 

-Me encanta.

Probando la cámara, Jimin tomó su primera foto, una de un muy sonriente Jungkook que lo veía directamente. Con cuidado devolvió las cosas a la caja y Jimin se lanzó en brazos de Jungkook.

-Auchie, Nochu salvaje aún me duele mi trasero

-Jajajajajaja

Jungkook lo tomó en brazos y beso la dorada cabellera de Jimin, mientras éste envolvía sus brazos en el torso desnudo del castaño.

-Gracias por mis regalos. 

-Te amo Jimin.

-Yo también te amo Kookie.

-No, pero en serio, de verdad te amo, te amo tanto. Te he amado desde hace mucho Minnie, desde que eras un precioso niño y ansiaba tanto tenerte entre mis brazos, poder estar contigo, decirte lo importante que eres para mí. Sé que la vida entre híbridos puede ser un tanto complicada, pero te aseguro que pasaré cada segundo de mi vida haciéndote feliz. 

Jimin sólo lo abrazó más fuerte. Él no tenía palabras para expresar lo mucho que significaba Jungkook para él. Esperaba que a través del vínculo pudiera sentir todo su amor y devoción.Con cuidado se puso de puntitas y gracias a que Jungkook sostenía todo su peso, colocó sus manos sobre las mejillas del amor de su vida y besó su labios. Un beso suave, delicado y amoroso, un beso que sabía a futuro, que sabía a protección y a amor.

Gracias por leer. Bonito día 

Inevitable II KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora