Prologo

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El instituto es un lugar en el cual todas las personas somos una mezclan. No importa la raza, género, orientación, religión o creencias, todos están juntos en la escuela. Sin embargo, no todos son aceptados. A pesar de que estamos, en teoría, juntos y con las mismas condiciones, hay incompatibilidades, están los bravucones, los populares, los raros, las fresas, por no nombrar más. Todos estamos unidos en perfecta armonía, cada uno es un engranaje de un gran mecanismo. Cada pieza hace que el sistema siga funcionando, y si se llegara a alterar algo, provocaría un gran daño.

Y así es como nuestra historia comienza a desenvolverse. Adolescentes aprenden que la estabilidad se logra conectando las piezas que conforman el universo. Ese es el verdadero Arjé, el elemento primordial de todas las cosas. El universo conocido.

Estos cuatro chicos verán que gracias al conformismo universal tienen muchas más cosas en común entre ellos que con los demás, pero tendrán más afinidad con alguno de ellos que con los otros dos. Gracias a las piezas, se podría decir que estas parejas son un mismo ser, y que con su eventual aceptación llegarían a despertar un gran potencial.

Los cuatro se encontraban en clase de educación física jugando a un partido de baloncesto. Dos estaban molestos porque el entrenador Edward había elegido un dos equipos para jugar y ninguno de ellos había sido incluido, y los otros dos porque se les había obligado a jugar con los otros dos. Eran cuatro chicos que se odiaban, claramente que no iban a rendir bien. No tenían nada en común.

Gabe únicamente entraba a esa clase porque debía de tener una asistencia perfecta si quería seguir siendo el mejor. Will ni siquiera sabía porque estaba ahí, su padre, el entrenador, se las iba a pagar. Por otro lado, Jensen era el mejor deportista del instituto, y además era el capitán del equipo de baloncesto. Y Seb, co-capitán del equipo de baloncesto, era el chico que podía correr más rápido que nadie en la escuela.

Jensen y Seb, quienes eran mejores amigos, podrían haber derrotado fácilmente a los otros dos si estaban juntos. Pero el entrenador tenía algo más en mente, hizo que Jensen hiciera equipo con Gabe, el nerd, y a Seb con Will, el raro chico malo.

"Así será justo", había dicho el entrenador. Pero no, no era justo para los deportistas. Gabe le temía a la pelota y Will ni siquiera se movía a menos de que algo o alguien le fuesen a golpear. Y tal vez no fuera justo, ¿pero qué culpa tenían los otros dos? Ellos únicamente no eran buenos para los deportes.

En fin. Ya tenían varias canastas, y la mayoría los habían hecho los deportistas. Claro, a excepción de una que hizo Gabe al lanzar la pelota sin culpa, lo que provocó que a Jensen se le escapara una pequeña sonrisa. Jensen es un chico guapo, así que Gabe no podía negar que se sintiera atraído hacia él, aunque después de lo que había sucedido entre ellos era casi improbable que sucediera algo, y eso lo dicen las matemáticas. Por otra parte, Will no entendía porque Seb no se enojaba. Por poco e iban perdiendo y sin embargo, Seb parecía feliz, era feliz con todo. Eso hacía que Will lo odiara, ¿Por qué siempre tenía que verle el lado positivo a las cosas?

El caso es que no quedaba mucho tiempo para que sonara la campana. La última cesta ganaba, la victoria era lo más importante para los deportistas, pero sobre todo para Jensen. Pero Gabe también se esforzaría y Will tenía que moverse o su padre le haría reprobar la materia. Así que los cuatro lo darían todo para ganar.

Pero inesperadamente, y por uno de los casuales descuidos de Gabe, los cuatro tropezaron y cayeron al suelo. Fue un mal juego, ambos equipos perdieron. Ellos dirían que fue el principio de un mal año.

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