24-Gabe

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El día de hoy se estaba volviendo uno peor que ayer, y ni siquiera era medio día. Cada cosa que Jensen me confesaba me hacía enojarme mucho más con él. Primero me había desilusionado, ahora estaba por casarse y esperando un hijo. Quizás el haber vuelto a confiar en él no ha sido la mejor decisión que he tomado.

Estaba tan disgustado con el que no quería seguir estando en su cuerpo. Salí de baño en una toalla. Ni siquiera he intentado mirar lo que había allí abajo, ni siquiera era para nada tentador.

—Gabe —me llamó Jensen al entrar—. Oye, ¿podemos hablar?

No quería hablar con él, pero no podría comportarme como él lo hacía.

— ¿Cuántas veces más tendremos que hablar para entender que no podemos volver a estar juntos?

—Escucha, te amo…

Toda esa furia que sentía me hacía reír. Era una sensación extraña. Ni siquiera podía saber lo que sentía realmente.

—Qué mentira más descarada.

—No es una mentira. —Estaba sufriendo, un poco desesperado para que creer lo que decía—. Te amo. Ahora lo sé y no tengo miedo de decirlo. Te amo.

—Detente —Quería que parara de hablar pero no podía dejar de escucharlo. Tenía miedo a lo que vendría después, siempre tenía miedo a un futuro sin Jensen—. No sigas.

Él se acercó a mí, yo tenía la cabeza agachada, pero él me la levantó con su mano.

—No, Gabe. Tengo que seguir confesándote lo mucho que te amo.

Tenía que encontrar la manera de hacerlo callar, y no iba a hacerlo como el me hacía callar. Para hacerlo callar tenía que confesarle mis sentimientos.

—Lo sé —Lo amaba tanto. La rabia fue vencida por el amor que sentía por el. Quería seguir estando enojado... pero no podía—. Lo sé. también te amo, Jensen, pero no puedo hacerlo. Tendrás un hijo, formarás una familia... no puedes dejarlo solo, no es...

Yo... sabía lo doloroso que era no rtener un padre que estuviera contigo... pero el seguía insistiendo.

—Tú eres mi familia, Gabe. Mi hogar está donde tú estás —parecía estar recitando el guion de una vieja novela romántica. Eso tenía sentido gracias a su gusto por los libros. Después de toda la vida de deportista no había cambiado su alma del todo. Quizás eso es lo que me gusta de él. Aunque en realidad todo sobre el me gusta, no puedo negarlo. Me gusta su personalidad antes de que cambiara y me gusta su nueva su personalidad. Antes era un poco tímido, inseguro y muy tierno. Ahora es extrovertido, amigable y fuerte.

—Está bien, Jensen, pero no sigas repitiéndolo. —Eso me llenaba de calma. La furia se había ido y me sentía relajado, pero aun había algo que pesaba dentro de mí—. No sigas diciéndome que me amas porque no podemos estar juntos y eso duele.

Me dolía. Yo mismo me provocaba el dolor.

—No, estaremos juntos. Te lo prometo. —Sus promesas quizás habían perdido validez para mi corazón—. Buscaré la manera para estar juntos cuando regresenos a nuestros cuerpos, pero sabes que aún así Emma tendrá a mi bebé.

—Lo sé, y no te estoy pidiendo que te alejes de ella —le expliqué—. Ni siquiera te he pedido nada. Sé que Emma siempre será alguien importante para ti ya que es la madre de tu hijo.

—Ella puede ser la madre de mi hijo —comenzó—. Pero tú eres el dueño de mi corazón.

— ¿Puedes dejar de ser tan cursi?

El asintió sonriendo

—Está bien.

— ¿No más mentiras?

—No más mentiras.

— ¿No más besos para callarme?

—Eso no lo puedo prometer.

—Entonces quizás debas callarme ahora.

El no tardó en besarme. Ese beso fue mas pasional que todos los demás, no podria contenerme.

Lo llevé a la cama y allí nos acostamos. Él estaba sobre mí, seguimos besándonos mientras la pasión invadía nuestros cuerpos de manera inevitable. Le saqué la playera y comencé a pasar mis manos por su delgado abdomen. Era extraño porque en realidad era mi cuerpo, pero en ese momento solo podía pensar que estaba con él. No me importaba en que cuerpo estaba.

Solo existíamos nosotros dos. Solo Jensen y yo.

Quizas algunos os decepciones al no mostrar una escena NSFW, pero no me gusta mucho escribir sobre eso por varias razones, además el cambio de cuerpo puede hacerlo un poco confuso. Quizas cuando los chicos regresen a sus cuerpos escriba uno.

Four Ways to LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora