7. Will

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Multimedia: Will

—Oye, relájate, amigo —dijo el hombre con el que choqué.

Seguí mi camino hacia no sé dónde, hacia un lugar en el que pudiera esconderme y morir.
Verán, hasta hace poco (un cuarto de hora) solía ser el chico malo de la preparatoria, ese al que todos temen porque viste de negro, usa manoplas con pinchos, quizás llevaba una vieja navaja encima y que odiaba al mundo entero y su propia vida. Y no puedo permitirme no ser así. Así soy.

Pero creo que me di un golpe realmente duro con esos dos tontos del equipo de baloncesto y el chico raro del club de ciencias.

Las personas dejaron de llamarme Will, incluso mi padre, el entrenador Edward Brooks, no me llamaba por mi nombre. Me decían Seb.

Me llamaban por el nombre del chico que más odio. Le odio desde secundaria. Y os diré por que le odio tanto. Él es el chico más amigable, sensible y bueno del instituto. Todos le aman. Y claro, es difícil de creer que sea tan bueno a pesar de ser amigo del bravucón Jensen, pero nadie puede con la dulzura de este muchacho.

Lo entendí mejor cuando vi a uno de los chicos que estaba tirado junto a mí en el suelo. Era castaño, delgado, esbelto, vestido con una camisilla negra y unos pantalones cortos de color gris. No quería asustarme, pero creo que ese chico que estaba tirado frente a mí, era yo.

Al principio pensé que había muerto y estaba mirando mi cuerpo, pero eso era tonto porque luego alguien me ayudó a levantarme y me llamó Seb.

Comencé a notar lo extraño cuando miré que mis brazos no eran delgados y flácidos, sino musculosos y duros. Y cuando levanté mi camisa no solo tenía los sosos six-pack que siempre había tenido, sino un abdomen y unos pectorales delgados pero que parecían haber sido tallados a mano por un dios.

Y descubrí lo que pasaba, lo había leído en un foro de internet. Había cambiado de cuerpo, con nadie más que Seb, y por las cosas que había leído, era prácticamente imposible volver a la normalidad, así que pensé que si iba a quedarme a habitar en este cuerpo, necesitaría un serio cambio de look.

Ayudé a transportar a los desmayados hasta la enfermería.

Luego tomé una hoja de papel, escribí una nota en ella y la metí en la mano de mi antiguo cuerpo. Hecho esto dirigí hacia el centro de la ciudad.

De camino allí me preguntaba en que cuerpos estarían los demás. Sería genial ver a Gabe el cuerpo de Jensen y a este y a Seb en nuestros cuerpos. Creo que esa sería una magnifica venganza del destino. 

Four Ways to LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora