IV

1.1K 83 4
                                    

Por fin, hoy era el día en el que por fin conocería a mis ídolos y, la verdad, no podía estar más nerviosa. Abrí los ojos alrededor de las seis de la mañana y me mantuve quieta, mirando al techo, agudizando mi oído para comprobar que no había movimiento dentro de la casa: nada.

Me levanté con cuidado de la cama, ya que a veces los muelles del colchón hacen ruido y no podía despertar a mi madre, ya que arruinaría la idea de mi hermano, que tantas veces me había explicado. Tendría que levantarme temprano, mamá acabaría de llegar de donde fuera que pase las noches últimamente, así que sólo tendría que prepararme e irme. Greg dijo que para la hora a la que mamá se levanta ya nos hemos ido a clase, pero que si se levantaba antes él me cubriría, tan sólo tendría que ser capaz de llegar para la hora de la cena o de lo contrario mamá sospecharía y todo el plan se desmoronaría.

Fui al baño, como cada mañana, a lavarme la cara y mirarme en el espejo y para mi sorpresa, por una vez no tenía mala cara esa mañana. No había ni rastro de las ojeras que suelen aparecer debajo de mis ojos cuando apenas he dormido, que además me dan un aspecto bastante siniestro, teniendo en cuenta que mi tono de piel es muy pálido. En cualquier caso, esa mañana, por una vez me sentí guapa al mirarme al espejo, la piel blanca de mi cara lucía perfectamente tersa y brillante e, incluso, mis ojos tenían un brillo especial en su marrón totalmente convencional. Me cepillé el pelo y lo recogí en una trenza que caía por mi hombro izquierdo. A la hora de vestirme, era un día único, así que dejé a un lado mi forma habitual de vestir y acabé eligiendo unos skinny jeans high wasted de un tono gastado y un crop top negro de manga larga que se pegaba completamente a mi cuerpo. Me miré al espejo y me vi diferente, no estaba acostumbrada a vestir así por lo que aparté la vista del espejo antes de arrepentirme de mi elección, me puse mis Vans negras que siempre iban conmigo a todas partes, agarré mi bolso y bajé al salón.

No había nadie así que no había tiempo que perder, cogí mi abrigo, mi gorro y mi bufanda y salí de mi casa, tratando de hacer el menor ruido posible. Cuando me giré pude ver el coche de Sam esperándome en la calle de en frente.

- Siempre tan puntual.- Le dije mientras abría la puerta trasera y me metía en el coche.

- Ya lo sabes.- Se giró y me dedicó su bonita sonrisa, iba preciosa. Llevaba sus ojos verdes delineados de negro, lo que hacía que su verde natural resaltara aun más. Su pelo rubio lucía recogido en un moño y, por lo que podía ver desde la parte trasera del coche, llevaba falda, ya que alcanzaba a ver las medias que cubrían sus piernas.

Pasamos a por Lorena, que vestía con una falda negra que le llegaba hasta los pies y estilizaba más aun su ya de por sí estilizada figura. Además llevaba un jersey blanco y negro a rayas, su pelo negro suelto y rizado, culminado con un bombín que me hacía recordar bastante al sombrero que solía usar Ashton, buena elección.

Todo el camino lo pasamos, como no, escuchando canciones de nuestros chicos, desde Try Hard a The Only Reason o Wherever You Are, pasando por She Looks So Perfect. Ellas cantaban muy animadas cada una de las canciones que iban saliendo del iPod de Lorena, puesto en modo aleatorio.

- No entiendo cómo podéis ser capaces de pensar en las letras de las canciones,- Dije suspirando.- yo apenas recuerdo cual es mi nombre ahora mismo.

- Relájate Steff, ni que fueras a conocer hoy al mejor grupo de la historia.

- Tú siempre tan graciosa Lorena.- Le saqué la lengua.

Tras esto conseguí tranquilizarme y ponerme a disfrutar del viaje hasta el centro de Londres con mis dos mejores amigas. El tiempo se me estaba pasando volando, ya habíamos escuchado unas tres veces todas las canciones habidas y por haber de 5 Seconds Of Summer, incluídas las covers que ellos mismos grababan y subían a YouTube cuando los descubrimos. Miré la hora y, para mis sorpresa, ya eran más de las diez de la mañana. Comencé a entrar en pánico: nuestro Meet&Greet era a las once y aun no habíamos llegado.

- Samantha, no es por agobiar, pero nos queda menos de una hora ¿Cómo estamos tardando tanto? - Lorena se removió en su asiento nerviosa, casi tanto como yo.

- ¿Menos de una hora? Sam ¿falta mucho?

- Esto...- Se mordió el labio, como hacía siempre que estaba nerviosa manchándose los dientes de carmín, y entonces lo comprendí.

- No sabes donde estamos ¿verdad?

So Close But So Far Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora