XI

974 77 8
                                    

Ahí estaba él con su sonrisa que tantas veces me había calmado y con sus brazos, entre los que tanto echaba de menos estar, abiertos para recibirme con un gran abrazo.

- ¿Qué haces aquí? - Dije con mi cara enterrada en su pecho, aun sin creer lo que estaba pasando.

- ¿No puedo venir a felicitar el año a mis hijos? - Sonrió estrechándome más aun entre sus brazos.

- Claro que sí, papá.- Me apreté más contra él.- Te he echado de menos.

- Y yo a ti, princesa.- Me besó suavemente la frente.

Estuvimos hablando durante al menos tres horas sentados en la mesa de la cocina. Nos contó que había venido a Inglaterra por un asunto de negocios y que no nos había dicho nada porque esperaba darnos una sorpresa. Además, nos había traído regalos de navidad.

- ¡No me lo puedo creer! - Dije sacando la guitarra acústica que papá acababa de regalarme.

- ¿Te gusta? - Sonrió él.

- ¿Qué si me gusta? - Empecé a rasgar las cuerdas al ritmo de Too Late.- Me encanta, papá, gracias.

A Greg le regaló el último modelo de Xbox y unas entradas para una de las mayores convenciones de videojuegos de Estados Unidos.

- ¿Eso significa que iré a Los Ángeles contigo? - Dijo Greg emocionado.

- Iréis.- Sonrió papá.- Vendréis los dos conmigo.

- ¿Cuánto tiempo? - Dije dejando de tocar She Looks So Perfect con mi nueva guitarra.

- Bueno,- tragó saliva antes de continuar hablando.- estuve hablando con vuestra madre sobre lo mucho que me gustaría pasar más tiempo con vosotros.

- ¿Y...? - Inquirió Greg.

- Y hemos decidido que podríais venir a vivir conmigo.- Sonrió.- Si vosotros queréis, claro.

- ¿Por qué habéis decidido eso? - Dije cortándole el camino a Greg con mi brazo, que iba a abrazar a papá.

- ¡Steff! - Me regañó Greg.

- ¿Qué? - Miré a mi hermano seria.- ¿No te parece demasiada casualidad que justo cuando mamá tiene un "amiguito" - hice comillas con mis dedos al decir esa última palabra.- decida deshacerse de nosotros?

- Nadie se está deshaciendo de nadie, Steff.- Interrumpió mi padre.

- ¿A no? ¿Y qué pasa si yo no quiero ir? - Miré a mi padre desafiante.

- Nada, puedes quedarte aquí si quieres.- Se encogió de hombros. Me hizo daño ver a papá así, aunque en los últimos años no había estado tanto con nosotros como me habría gustado, seguía siendo mi padre y le quería más que a nada.- Es tu decisión y entiendo que no quieras vivir con tu viejo padre, ya tienes 18 años y tu vida está aquí.

- Iré.- Dije mirando al suelo.

- ¿En serio? - Levanté la mirada para encontrarme con la sonrisa que se había formado en la cara de mi padre.

- En serio.- Suspiré.- Total, si me quedo aquí va a ser como vivir sola igualmente, mamá nunca está en casa. Me sorprende que aún no hayamos muerto de hambre.

- Tú madre no dejaría que eso pasara, Steff.- Me regañó papá.

- Ya, bueno, también te dijo que nunca dejaría que nos fuéramos a vivir contigo y mira.- Metí la guitarra en su funda de nuevo.- Pero si me voy quiero una conexión a internet decente, porque no podré ver a mis amigas, así que necesitaré Skype para mantenerme en contacto con ellas. Además, mis instrumentos se vienen conmigo.- Señalé hacia arriba, justo donde se encontraba mi sala de música.- Todos ellos.

So Close But So Far Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora