Escuché que alguien llamaba a mi puerta, pero no quise contestar, me gustaba demasiado mi sueño.
- ¿Michael? ¿Qué haces aquí? - Entonces Michael soltó la guitarra y puso una de sus rodillas en el suelo, justo enfrente de mi.
- Estefanía Marie Andersson ¿quieres casarte conmigo?
De nuevo la maldita puerta.
- ¿Quién es? - Dije finalmente dándome por venicda.
- Soy James, Estefanía, su padre la espera para cenar junto a..- Abrí la puerta interrumpiendo lo que estaba por decir.
- Llámame Steff.- Resoplé.
Él sólo sonrió ligeramente y comenzó a bajar las escaleras hasta la sala.
- Su padre la espera.- Dijo de espaldas a mi, alejándose por esas interminables escaleras.
Tuve ganas de saltar sobre su espalda y pegarle ¿por qué no dejaba de hablarme de ese modo? Me ponía de los nervios.
Bajé a la sala y, tal y como James me había anunciado, allí estaban mi padre y mi hermano, sentados en la mesa, la cual estaba llena de comida.
- Vaya, sigues viva.- Dijo Greg riendo.
- Sólo dormía.- Intenté defenderme.
- De eso estoy seguro,- Siguió riendo.- podía escuchar tus ronquidos desde mi habitación, y está al otro lado del pasillo.
Pude ver de reojo como James trataba de aguantar su risa.
- Yo no ronco, estúpido.- Repliqué a Greg.
- ¿Y cómo lo sabes si estabas durmiendo?
- Porque lo sé y punto.
- Da gusto teneros de nuevo en casa.- Dijo mi padre con una sonrisa, dando por terminada la pequeña discusión que Greg y yo habíamos comenzado.
El resto de la comida fue bastante tranquila en general, no hubo más peleas y los rabiolis de papá estaban incluso más buenos de lo que recordaba. Cuando terminamos de comer quise ayudar a recoger la mesa, pero James no me dejo, así que subí de nuevo a mi habitación para terminar de guardar todas mis cosas.
Cuando terminé me senté de nuevo en la cama y cogí mi teléfono, volviendo a comprobar las notificaciones pero, una vez más, nada.
- ¡Dios mío! - Grité frustrada, lanzando mi móvil contra uno de los cojines, de un rosa tan brillante que hacía que me dolieran los ojos.
Me tumbé boca arriba en la cama, con los pies colgando por el borde de esta. Intentando volver al sueño del que James me había sacado antes, cuando llamó a la puerta, pero no pude, estaba demasiado despierta.
Perdí la cuenta de cuánto tiempo pasé ahí tirada, pero cuando quise darme cuenta en la calle no había ni una pizca de luz, lo cual me hizo pensar en lo tarde que debía ser y, sin embargo, no tenía nada de sueño.
De nuevo, maldito jet lag.
Finalmente me levanté de la cama, sin molestarme siquiera en recoger mi teléfono que seguía boca abajo sobre esta, y caminé por el pasillo hacia mi estudio. Sabía que las paredes estaban insonorizadas, así que no despertaría a nadie si tocaba ahí, pero aun así decidí coger mi guitarra nueva, la que papá me había regalado por navidad y salir al patio de la casa. Me senté en el húmedo césped y contemplé lo bonito que se veía el reflejo de la luna sobre el mar.
Suspiré y comencé a tocar mi guitarra, al principio sin sentido, pero poco a poco los acordes fueron tomando ritmo y me di cuenta de que tocaba Beside You de nuevo. No entendía por qué, pero siempre que me encontraba del humor en el que me encontraba en ese instante, acababa tocando esa canción.
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So Close But So Far Away.
Fanfiction¿Alguna vez has soñado con lo que pasaría el día que conocieras a tu ídolo? ¿Al amor de tu vida? Steff también lo hizo y esta es su historia.