IX

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Michael me había seguido en Twitter.

Sólo pude quedarme mirando la pantalla de mi teléfono en silencio, notando como las lágrimas iban derramándose por mis mejillas. Me había seguido.

No había movimiento, no había nada, sólamente mis lagrimas y el LED de mi teléfono luciendo, anunciando que la persona que más significaba para mi en toda la tierra me había seguido. No podría decir cuanto tiempo estuve así hasta que conseguí recobrarme, abrir mi la aplicación de Twitter y ver que aparecía ese Te Sigue justo al lado de su nombre de usuario.

Ahogué un grito y abracé mi iPhone, no podía ser verdad, tenía que estar soñando. Ese, sin duda, había sido el mejor de día de mi vida, pero también uno de los más agotadores, así que no me sorprendió nada quedarme dormida abrazada a mi teléfono y con algunas lágrimas aun estancadas en mis ojos.

A la mañana siguiente me levanté de un humor excelente por primera vez en mi vida. Era sábado, lo que significaba que podría pasarme todo el día sin hacer nada mirando las fotos de ayer y recordando cada segundo.

- ¡Buenos días! - Dije besando a mi hermano en la mejilla.

- Que asco.- Se limpió la mejilla con el dorso de la mano.- ¿Podrías dejar de mostrarme afecto?

- ¿Por qué? - Me reí- Es un día maravilloso ¿no quieres otro besito? - Empecé a perseguirle dándole un beso en la mejilla cada vez que conseguía alcanzarlo.

- ¡Steff, en serio para, quiero vomitar! - En el fondo estaba pasándolo bien, al igual que yo, ya que ambos no parábamos de reír, pero aun así paré y ambos nos sentamos a desayunar en la mesa que había en la cocina.

- ¿Y mamá? - Dije mordisqueando una tostada.

- No tengo ni idea,- Se encogió de hombros.- creo que sigue durmiendo.

Terminé de desayunar y subí a mi habitación. Tras hacer la cama y ordenarla como pude, me puse uno de los vestidos que había comprado el día anterior en Londres, con unos botines y una chaqueta oversize de lana. Dejé mi pelo rizado y negro suelto, agarré mi teléfono y salí a la calle.

- ¿Dónde estáis? - Pregunté a Lorena, que estaba al otro lado del teléfono, mientras caminaba por la calle.

- Estamos en el parque que está al lado de la casa de Sam.

- Voy de camino.- Colgué y aceleré un poco el paso.

Al llegar Sam y Lorena se me quedaron mirando.

- ¿Qué? - Dije riendo.

- ¡No me lo puedo creer, no llevas Vansy sudadera! ¡Es un milagro! - Las tres empezamos a reír.

- Exagerada... - Refunfuñé, pero en el fondo tenía razón, era raro.

Pasamos el día en el parque, hablando, riendo, recordando. Haciéndonos fotos y, en general, siendo felices. Nada puede estropear tu día cuando has hecho tu sueño realidad.

- ¡Ya he vuelto! - Grité mientras entraba por la puerta y guardaba las fotos del Meet&Greet en mi bolso, ya que las había ido a imprimir con Sam y Lorena.

- Hola hija.- Me saludó mi madre desde la cocina.- ¿Podrías venir un momento?

Eso no sonaba nada bien ¿habría descubierto mi pequeña escapada? En seguida noté que me temblaban las piernas. Fui a la cocina, donde mi hermano y ella estaban sentados en la mesa.

- Siéntate.- Greg mantenía la cabeza agachada, evitando así todo contacto visual conmigo. Me senté.- ¿Dónde estuviste ayer?

Mierda.

- ¿Ayer? En clase.- Lo dije con el tono más seguro que pude, pero hasta yo podía notar como mi voz temblaba.

- ¿Estás segura? - Empecé a jugar con mis dedos, nerviosa y miré a mi hermano en busca de ayuda, pero él ni siquiera levantó la mirada de la mesa.

- Claro ¿dónde iba a estar si no? - Imorovisé una sonrisa.

- Puede que aquí.- Me entregó entonces un periódico, el cual tenía una página con una de las esquinas dobladas. Lo abrí por dicha página y ahí estaba yo, con Sam y con Lorena, en el centro de un artículo que hablaba sobre el evento que 5SOS había hecho y sobre el concurso de la emisora y venía acompañado de nuestras fotos del meet&greet.- Creí haberte dicho que no podías ir.- Estaba muy enfadada.

- Mamá, yo...- entonces Greg habló.

- Mamá fue culpa mía,- lo miré sorprendida.- ella no iba a desobedecerte, pero si la hubieras visto, lo triste que estaba, es mi hermana no podía verla así. Así que sugerí que se escapara, yo lo organicé todo y me encargué de cubrirla para que tú no te enteraras.- Noté como una lágrima se escapaba y recorría mi mejilla en silencio.- ¿Y sabes qué? Volvería a hacerlo por ver otra vez la sonrisa que traía cuando llegó a casa, porque por primera vez en años la vi realmente feliz.

Entonces mi madre golpeó la mesa con la palma de la mano, dando a entender a Greg que ya era suficiente.

- Se acabó.- Se levantó de la mesa.- No quiero oír nada más.

Greg se levantó también y echó a andar escaleras arriba, directo a su habitación. Yo estaba a punto de seguirle cuando mi madre habló de nuevo:

- Espero que hayas disfrutado porque no volverás a verlos,- estaba enfadada, realmente enfadada. Pero yo lo estaba también.- no vas a volver a desobedecer mis órdenes ¿entendido?

- ¡No! - Me llevé las manos a la cara, desesperada, intentando no llorar delante de ella.- ¿Y sabes qué? También fue culpa tuya, quizás si pasaras más tiempo en casa cuidando de nosotros en lugar de estar toda la noche fuera te habrías dado cuenta de que tu hija había desaparecido durante todo un día.

De pronto vi que iba a decir algo, pero el sonido que hizo mi iPhone al recibir una notificación la interrumpió. Saqué el teléfono al momento:

'MichaelCliffordacabadeenviar...'

No pude leer nada más, mi madre me había quitado el teléfono de las manos.

- ¿¡Qué estás haciendo!?

- Se acabó, no más teléfono, no más internet, no más salidas, no más 5 segundos de como se llamen.- Bajó la voz y se me acercó más aun.- Se acabó.

Se dio la vuelta y se fue.

Noté como mis piernas cedían ante la situación y el peso de mi cuerpo, acabando sentada en el frío suelo de la cocina. Michael me había enviado un mensaje y no tenía forma de saber qué ponía en él.

Saqué mis fotos del bolso y simplemente me quedé ahí sentada, llorando, mirando la foto en la que me saludó, ese instante capturado en el que, por un momento, para mi ídolo sólo existía yo.

So Close But So Far Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora