III

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Desperté para ver a través de la ventana que ya había anochecido, que raro, mamá no me había avisado para cenar.

Decidí bajar a ver que sucedía y sólo encontré a mi hermano sentado en el sofá jugando con su Xbox.

- ¿Y mamá? - Me rasqué la parte de atrás del cuello, estaba claro que mi madre no estaba en casa, no estaba segura de qué hora era, pero era tarde y mi hermano no estaría ahí jugando a la Xbox si mi madre estuviera.

- A salido.- Dijo a la vez que disparaba a otro de los soldados enemigos de su juego.

- ¿Un martes? ¿A esta hora?- Estaba confusa ¿por qué iba mi madre ha salir?

- Sí,- suspiró y puso en pause el juego.- lo hace muy a menudo, solo que tú te sueles acostar pronto y no te das cuenta. Suele venir de madrugada y rara vez se despierta para la hora a la que salimos a clase.- Me miró y rodó los ojos.- Por cierto, estás horrible.

Le saqué la lengua y fui a la cocina a por algo para comer, pero cuando me miré en el cristal de la puerta del microondas vi a qué se refería mi hermano, tenía los ojos hinchados y rojos, al igual que la nariz, por culpa de las lágrimas.

- Malditos 5 Seconds.- Dije amargamente en bajo, de forma que sólo yo pude escucharlo. Sonreí por lo que había dicho: ni siquiera cuando me hacían sufrir así podía dejar de amarlos.

Me pasé la mano por el pelo, intentando desenredarlo y me hice un sándwich. Salí de la cocina y me senté en el salón, junto a mi hermano. Mientras él jugaba yo comía y miraba su partida.

- Se te da bien,- él iba ganando.- el juego, digo.

Sonrió al escucharlo y siguió a lo suyo, como si no me hubiera escuchado.

- ¿Sabes? Está bien que podamos estar sentados juntos y no discutir.- Me apetecía hablar con él, es mi hermano, al fin y al cabo.

- ¿Qué quieres?-Dijoo a la vez que pausaba el juego y giraba sus grandes ojos color miel hacia mi.

- ¿Por qué iba a querer algo?- Me reí- Simplemente estoy aquí, disfrutando de la noche con mi hermano pequeño.

- ¿Pequeño?- Levantó una ceja mientras me miraba- Soy mucho más alto que tú, Steff.

- Pero yo siempre seré un año mayor que tú, Greg.- Sonreí mientras me comía el ultimo pedazo de mi sándwich.

- Eso ya lo veremos.

Se abalanzó sobre mi y comenzó a hacerme cosquillas. No podía parar de reír mientras intentaba quitármelo de encima.

Estuvimos así un buen rato, riendo y haciéndonos cosquillas el uno al otro, como cuando éramos pequeños y nos llevábamos bien casi todo el tiempo. Al final los dos estábamos muy cansados y con dolor de estómago de tanto reír.

- Gracias.- Le susurré mientras aun me reía.

- ¿Por qué?

Me soltó y se sentó con las piernas cruzadas frente a mi, esperando una explicación, igual que hacía cuando era un niño y había algo que no entendía.

Suspiré y le conté todo lo que había pasado, la firma de discos, mis peleas con mamá, el Meet&Greet... todo.

Cuando terminé esperaba que Greg que riera de mi, pero en lugar de eso sólo me abrazó y me dijo al oído:

- Tengo una idea.

Al día siguiente conté a Sam y a Lorena la idea que había tenido Greg y ellas, al igual que yo pensaron que podría funcionar.

Ese día a penas presté atención a la clase, estaba muy nerviosa por todo, por cómo íbamos a llevar a cabo el plan de mi hermano, por cuáles serían las consecuencias si mamá se enteraba, por qué diría a los chicos al verlos...

Todos estos pensamientos no hacían más que rondar mi mente por lo que a la hora del almuerzo seguía metida en mi mundo.

- ¡Steff!- Lorena me lanzó un pedazo de pan a la cara.- Te estoy hablando.

- S-sí, lo siento, estaba pensando.

- Ya, si llevas así todo el día.- Lorena dejó salir un suspiró de reproche.

- Lo sé, es que estoy muy nerviosa ¿y si el plan no funciona?

- Tendrá que funcionar, mañana es el gran día y no tenemos tiempo de pensar en otra cosa.- Samantha me guiñó un ojo mientras decía esto, lo cual ayudó a que me calmara un poco y comenzara a participar en la conversación que estaban llevando a cabo ella y Lorena, sobre qué iban a ponerse mañana.

Después del almuerzo cada una fue a su respectiva clase y el resto del día continuó de forma parecida, ellas entusiasmadas y yo preocupada.

Al llegar a casa mamá no estaba, lo que nos permitió a mi hermano y a mi usar el salón como sala de estrategias.

- Y eso es todo ¿te ha quedado claro?- Demasiados juegos de guerra habían hecho mella en mi hermano, que hablaba como un general mientras me contaba por vez un millón cual era el plan.

- Sí,- Dije mientras jugaba con mis dedos no muy segura de lo que íbamos a hacer.- pero ¿y si mamá se entera?

- Steff ¿Quieres ir a ver a 5 Seconds Of Summer o no?

Por supuesto que quería, más que nada en el mundo.

So Close But So Far Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora