Capítulo 9: Lo que más me importa.

276 41 113
                                    

-¡Rin, es nuestra oportunidad!

El enseñó su afilada sonrisa de tiburón y alzó una de sus manos. Choqué mi puño en ella y le delvolví la sonrisa. Al fin un hilo de esperanza del cual seguir desenredando aquel ovillo.

***

Tal y como acordamos a medio día Makoto se presentó en comisaría con los gemelos. Tanto el chico como la chica parecían distintas versiones de Makoto. Ambos parecían encantados con ver la comisaría pues sus ojos chispeantes viajaron reconociendo cada rincón de la sala principal.

-Ellos son Ren y Ran. Chicos, él es el oficial Sousuke Yamazaki.- les tendí la mano a los chicos y ambos me respondieron con energía y felicidad. Después saludaron y abrazaron a Rin. Parece que mi compañero les conocía bien.

-Podéis esperarme aquí- los guié hasta la sala de descanso.- En unos minutos estaré listo.

Los tres asintieron con la misma sonrisa soleada.

Un par de minutos después volví. Los gemelos estaban jugando a las palmas mientras su hermano mayor los observaba con una faz de tranquilidad.

-¿Vamos?- Los tres miraron hacia mi y Tachibana afirmó con un sonido y un movimiento.

Había pensado en llevarlos a algún restaurante dónde la comida fuese equiparable con los menús del Sakura's pero eso era prácticamente imposible. Cómo tampoco sabía bien sobre lugares de la ciudad decidí preguntarle a Tachibana. Él me indicó el camino. El lugar era humilde, supuse que el chico no quería elegir un gran restaurante.

Aunque la comida parecía bastante apetecible, distaba mucho de los grandes platos a los que todos estábamos acostumbrados. Nada convencido de aquella simplona merienda decidí invitarlos a un helado, así que dimos un agradable paseo hasta una heladería cercana
Los tres Tachibana eran chicos alegres y sonrientes. Los pequeños me hicieron mil preguntas entusiasmados sobre mi trabajo y el mayor reía con ellos y mis (a veces inventadas) respuestas. Me sentí verdaderamente acogido.

-Makoto, tienes que venir a ver a los gatitos.- dije mientras nos dirigíamos hacia el coche y observaba a los pequeños correr delante.

-Mako... - se puso los dedos sobre los labios y se sonrojó.

Abrí los ojos como grandes ventanales y me cuenta de mi error inconsciente.

-TA-TACHIBANA, discúlpame.

Él negó rápidamente con la cabeza.

-N-no, no. Por favor, yo ya estaba llamándote por tu nombre así que está bien así.- contestó con un nerviosismo entrañable.

-Entonces, Makoto, ¿vas a venir a ver a los gatitos algún día?- resalté su nombre mientras saboreaba esa informalidad.

-Por supuesto, y espero que ya tengan nombre.- su risa provocó que mi estómago hormigueara de una manera deliciosa. Sonreí y me perdí en los pensamientos a los que ese hormigueo dio lugar. Perdido, sólo me quedé mirándolo sin darme cuenta de que había detenido mi marcha.- ¿Pasa algo Sousuke?

-No... Nada. Sólo pensaba en lo maravilloso  que es que tengas siempre una sonrisa que regalar a pesar de... Bueno...las circunstancias.- me arrepentí de decir lo último creyendo que podía molestarlo.

A diferencia de mi pensamiento, él volvió a sonreír con esos labios rojados definidos en una bella curva. Todo él conseguía distraerme de una manera maravillosa. Movido por una fuerza externa a mi, comencé a acercarme lentamente hasta sentir su respiración muy cerca. El puso su mano en mi mejilla y la acaricio hasta mi oreja haciendo que cada uno de sus dedos provocase pequeñas descargas en mi interior. Sus boscosos y relucientes ojos estaban clavados tan dentro de mí que mi corazón dio un aleteo forzoso.

The BeastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora