Capítulo 15: El verdugo

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Comencé a sentirme culpable de nuevo. No solo había sospechado de un simple chico enamorado. Además, decenas de chicos de mi edad estaban muertos, habían sido maltratados porque estaba buscándome. Pero... ¿por qué? ¿qué quiere Kisumi de mi? Si me buscaba a mi ¿por qué no has dejado en paz a todos los demás chicos?

-¿Por qué yo?

-Ti ti ti.- negó Kisumi canturreando.- Ya has hablado demasiado.

-¡No! Dímelo, ¿qué te he hecho?- exigí.

Kisumi no me ató aún la tela. Comenzó a reír y reír como un loco al oír mi último comentario.

-Que gracioso eres, Sou-su-ke.- tocó mi nariz con un dedo y aparté de nuevo la cara con rechazo.- Verás, no esto no es por mi. No soy yo quien quiere saldar cuentas contigo. Yo estoy involucrado de otra forma. Cuando maté a esos chicos digamos que fue por amor... y por placer, por supuesto. No puedes imaginar qué se siente cuando tus manos se manchan de sangre. Mmmmm.- sus palabras me estaban produciendo un asco inmenso.- Pero no, no seré yo quien acabé contigo. Una verdadera pena pero hay planes mejores para tí.

-Si me queríais a mi, ¿por qué no dejasteis entonces a los demás chicos?

-Bueno, eso sí es cosa mía. Es simple, yo me encargaba de buscarte y como no aparecías... era divertido. ¿Sabes? Conocí a Nagisa aniquilando a uno de ellos. Ese fue de los más entretenidos. El pequeño estaba siendo acosado de múltiples formas por aquél tipo. No se conformaba con molestar al pequeño y agredirlo. Oh no. Dio la casualidad de que se cruzó por mi lista y en cuanto comprobara que no eras tú, podía hacer lo que quisiera con él. Me cayó como regalo del cielo, aunque para más diversión lo dejé llegar un poco lejos. Estaba intentando violar a Nagisa en un callejón. Maldita Iwatobi, da asco.- tú si que das verdadero asco, pensé.- Fue un bonito espectáculo, cuando me aburrí moví mis cartas. Y bueno, lo demás es historia ¿No te parece heroico? Ahora este chico trabaja para mi.- Haru gruñón como un perro embravecido.

-No, me pareces repugnante. ¿A eso lo llamas tú salvar a alguien? No te mereces llamarte policía, rata inm...¡ogh!

Una patada en mi estómago detuvo mi palabrería.

-Ser policía facilita mis deseos ¿acaso no lo ves? Es más fácil hacer que todos se coman tus mentiras así.- fanfarroneó.

-No te burles de mi profesión.- repliqué.

-¡Ja! Mírame soy policía y voy a defender la ciudad. Por favor, Sousuke, deja tus sueños de niño y transladate al mundo real de nuevo.- se burló.

-No son sueños, Kisumi. Son realidades, esto no quedará así.

-No me hagas reír. No estás en las condiciones más favorables como para hacer de superhéroe. Por cierto, estás demasiado hablador hoy. El otro día no parecía gustarte tanto la charla.

-No tenía un buen acompañante.- sonreí y como respuesta recibí otro golpe en mi cara. En ese momento me daban igual los golpes. Kisumi perdía la paciencia, pero ahora que sabía que no podía matarme puse a prueba su resistencia.- Oye, Kisumi, ¿tan difícil ha sido buscarme? ¿no serás un poco torpe?

Volvió a golpearme.

-Sabía poco de ti. Ni siquiera te había visto antes.- otro puñetazo se plantó en mi cara.- Y pronto estarás irreconocible.

Seguí provocándole y siguió golpeándome. Me llovieron cientos de patadas y puños. Sin siquiera darme cuenta, agoté mis propias resistencia y mi cuerpo desistió.

***

Ella recorrió la casa de punta a punta, sus zapatos iban haciendo eco en todos los rincones. Parecía intranquila.

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