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— ¡¿Puedes dejar decirme que me equivoque?!— casi grito cansada de que me trate como una estúpida cuando esta enojado conmigo.

— No porque yo te avise que cancelaría esa maldita tarjeta.— me dice dándome la espalda— Tu te equivocaste como una gran estúpida.

Tomo mi celular ya cansada de esto y me voy a la sala a bajar un poco mi enojo, ya esto era colmo, no se por que me trata así, no se porque me trata casi igual como antes.

Voy a la cocina y tomo el cereal con leche, a esta hora de la noche sabía que era un grave error consumir esto pero me sentía lo suficientemente mal para hacerlo.

Los pasos de alguien bajando las escaleras hace que me asome, al ver a Gemma soñolienta, ella llega a la cocina y me ve casi extrañada.

— Joder, te ve Harry y te mata.— ella niega— A esta hora de la noche es...

— Te aseguro que ahora mismo le va importar dos narices.— ruedo los ojos.

— No lo digo sólo por Harry.— toma un vaso y lo llena de agua— La doctora que te manda a hacer dietas es por algo.

Levanto los hombros restándole importancia, no se porque justamente ahora están antojados con que debo seguir todo al pie de la letra, no digo que este bien hacer esto pero que lo haga de vez en cuando no tiene nada.

— No me hará daño.— le aseguró.

Ella asiente y se va, a los minutos escucho de nuevo los pasos y ruedo los ojos con algo de angustia.

Me levanto de mi puesto y voy a la sala y no hay nadie ¿Acaso me estoy volviendo loca? Niego varias veces y me encamino de nuevo a la cocina, cuando estoy a punto de atravesar la puerta escucho los pasos cerca de mi y mi piel se pone de gallina.

Estoy a punto de correr a las escaleras, y un grito sale de mi cuando me toman de la cintura, no tarda mucho en tapar mi boca e irse al área de la alberca a esconderse junto a mi.

— Ese grito te va a costar.— dice.

Yo niego varias veces y el abre la puerta del armario de limpieza y nos mete a ambos ahí.

— Quiero que tengas en claro que esto sera una advertencia linda, tu papa va encontrar la forma y la manera de salir de la demandas que le haz puesto tu conjunto a tu hermano, así que mas te vale no ir al juicio o te espera tu pasado.

El sale del armario y cuando pienso que me va a soltar me tira a la alberca y hala de mi pelo para ver mi cara, el mete sus manos para tomar mis hombros y hundir mi cuerpo entero, el me vuelve a sacar mi cabeza y aprovecho para hablar.

— Ya por favor.— suplico en voz baja.

— El grito te cuesta caro te lo dije.— dice en el mismo tono de voz y cuando estoy a punto de gritar me sumerge al agua de un empujón y siento como mi nariz y garganta se llenan de esta.

Mis uñas se clavan en su piel con fuerza para que me saque de aquí, estoy perdiendo la vista, todo se pone borroso y me saca de nuevo y toso con fuerza y el agua sale de mi nariz.

El vuelve y me mete a el agua y no evito llorar con fuerza mis pulmones se cierran y ya la respiración es escasa, el me deja adentro y veo como se larga cuando he llegado a la superficie.

— ¡AYUDA!— grito porque siento como mis pulmones no contienen la respiración— ¡AYUDA!— grito mas bajo por el llanto.

Trato de mantenerme sostenida de la orilla de la piscina y es cuestión de segundos para que vea a Harry el corre hacia mi dirección y me toma primero de los brazos para luego tomar mi peso entre sus brazos, el da palmadas casi dolorosas a mi espalda, pero eso hace que bote el agua que había tragado.

Amor a GolpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora