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Un dolor de cabeza me ha despertado y me siento tan mal que he mandado a Harry a que busque por mi unas cuantas pastillas.

- Toma.- su cara de cansancio no me pasa desapercibido, ayer estuvo despierto hasta tarde porque mi fiebre no bajaba, era como otro bebé más- Perdona, ¿Como sigues?- se sienta a mi lado mientras me pasa el vaso de agua con dos pastillas.

- Estoy bien.- suspiro y me tomo las dos pastillas con el agua.

- ¡Santa mierda!- dice impresionado y miro hacia atrás encontrándome en un charco de sangre- ¿Todo eso es de tus oídos?

- Solo es escandaloso.- digo en un quejido.

- Ve a bañarte mientras cambio la fundas de la cama.- suspira con cansancio.

Yo me quedo un momento estática en la puerta del baño viendo a Harry, toda la noche se la paso poniendo un trapo frío en mi cuello y frente, luego de que pudimos por fin dormir como hasta las 2 o casi 3 tres de la mañana, ahora que son la 6 su cara expresa cansancio puro y crudo, desde el día que me desmaye en la casa de Johannah todo ha sido difícil con mi estado de salud, la mayoría ha sido solo fiebre y el sangramiento de oídos y una que otras veces de nariz, y estoy segura de que no es una enfermedad, desde que tuve ese fuerte golpe en la cabeza quede padeciendo de el.

...

Cuando he salido del baño cambiada y con el cabello húmedo, Harry ya se encontraba durmiendo y yo por no molestar más bajo para preparar el desayuno, tenia mucho tiempo sin hacerlo, y creo que seria un buen detalle despertar y encontrar el desayuno listo, así que no dudo un segundo en prepararlo.

Cuando tengo todo listo voy a el sofá y me siento un momento a ver televisión, no me provoca comer, creo que debe ser la misma fatiga.

- ¿Cocinaste?- suena esperanzado y asiento, el se dirige a la cocina- ¿No piensas comer?- su tono de voz es preocupado- Ven, vamos a comer.- me llama.

- No tengo hambre.

- Ven, vamos a comer.- repite- No es juego, si no comes te juro que te llevo a el médico.- y respiro profundo para dirigirme a el comedor.

- No quiero comer.- chillo.

Harry lleva un gran plato de comida hasta el comedor.

- Yo puedo comer sola.- me cruzo de brazos al ver que el espera que me siente en su regazo.

- Llevo mas de diez años conociéndote, ¿Crees que no se lo tramposa que eres?- me ve enmarcando una ceja.

- Bien.- digo rendida, el sabe mi juego de la servilleta.

Yo me siento en su regazo con algo de vergüenza.

El toma el primer bocado y no puedo evitar chillar y quejarme por no querer comer, y es verdad, no tengo hambre.

El pone el primer bocado de comida en mi boca y no soy capaz de masticarlo por el enojo pasajero de que me pongan a comer obligada, esto debería ser más fácil.

- Vamos mastica.- dice cuando ve que estoy completamente quieta- Meteré el segundo pedazo de comida y no me va a importar que tengas ese ahí.- advierte viéndome serio pero luego relaja la expresión- Vamos a hacerlo por las buenas __________, estas enferma, y me estoy conteniendo de llevarte a un médico porque cada vez que lo mencionó te vuelves un mar de lágrimas.

Me obligo a masticar para contestarle lo que ha dicho:- No estoy enferma.- me volteo un poco para mirarlo- Padezco todavía de la caída.

- Entonces ¿Por que el año pasado no sangraba por las orejas y nariz? Además de la fiebre que siempre esta altísima.- rueda los ojos- Vamos, come a ver si es tu mala alimentación, nunca me pasa desapercibido las servilletas en la papelera con la comida masticada a dentro.

Y me resigno, cuando han puesto el otro bocado en mi boca lo masticó y lo trago enseguida para no tener otra discusión sobre este tema, las dos últimas semanas no he tenido hambre así que solo hago como si comiera la comida para botarla en la servilleta, y Harry no es el único que se ha dado cuenta, Anne hay vece que me pone caza, pero ella hoy fue a ver que casa comprar ya que se la pasa diciendo que Harry y yo necesitamos espacio.

- ¿Era tan difícil hacer eso?- pregunta viéndome con seriedad- No le veo la ciencia.

- Tuve fuerza de ¿dignidad?- lo veo con curiosidad- No quiero volver a comer en tu regazo.- me quejo- Antes no me obligabas a comer.

- Eso era porque comias ¿No es así Gemma?- dice Harry cuando ve a Gemma bajar las escaleras viéndonos casi estupefacta.

- Sea lo sea no se que es.

- ¿Verdad que ella comía antes?- el me toma de la cintura para poder voltearse un poco y ver a la cocina.

- Si, antes no hacías que las moscas se pararan en la bolsa de basura.- me ve con determinación y la fulminó.

- ¡No me obliguen a comer!- chillo en voz alta.

- Come.- Harry me ve obvio- Si no quieres que te obliguemos... Come, así de fácil, solo tienes que masticar y tragar, y todo somos felices en esta casa.

- Igual.- ruedo los ojos- No voy a comer.

- ¿Entonces iras a un médico verdad?- pregunta- Es una por la otra.

- Obviamente no.- ruedo los ojos- ¡Estoy bien!

- ¿Como vas a estar bien? Tienes casi toda la casa con una mancha de sangre de tus oídos, literal.- Gemma interviene desde la cocina y no me es inevitable rodar los ojos.

- ¡No te metas!

- ¡Harry lo hizo!- dice devuelta y me para de las piernas de Harry para de volverme a la habitación.

- Pon papel de baño en los oídos hacer horas cambie las sabanas.- se burla.

- ¡Jodete!- gruño.

Cuando estoy a punto de entrar a mi habitación los llantos de al lado me hace saber que ya se despertaron para hacerme corre e ir a buscar su comida.

Yo bajo de nuevo y busco los biberones que siempre tengo preparados para solo meterlo a el microondas y dárselo a los pequeños.

- Ve a dormir yo me hago cargo de los mellizos.- y ruedo los ojos sin que me vea, hace minutos me obligo a comer, y no pensaba verlo de buena manera cuando también se burlo de mí.

- No.- digo tomando los dos biberones y dirigiendome a la habitación de los mellizos.

Cuando estoy ya en la habitación tomo a Adelaide que por lo que veo es la única que esta despierta ya que sus llanto vale por dos.

Le doy el biberón y luego de que ya a acabado despierto a Harry porque no iba a esperar que llorará para darle el biberón, cuando he terminado con los dos se que dentro de una hora van a llorar o Adelaide va a llorar para decirme que ya hicieron del baño.

Bajo las escaleras algo apresurada y sin darme cuenta me salto un escalón y ruedo por ellas como una estúpida, la vista se oscurece por los bordes y es hasta que escucho la voz desesperada de Harry y mis ojos se cierran con pesadez.

...

Amor a GolpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora