81

88 4 0
                                    

Harry

No aguanto mas, no podía estar pasando, nadie tenia el derecho que yo tenia con mis hijos, pase casi dos años cuidándolos yo solo, y no voy a dejar que mes lo quite cuando desapareció sin importarle que nos dejo destrozados, con un peso que nunca merecimos.

- Es ahora.-dice viéndome desafiante.

- No.-digo devolviéndole la mirada- No creas que vas a recuperar a los niños así de fácil, ¿Por qué no te pongo las misma reglas que tu me creaste a mi?-la reto- Quizás te diga la hora, y yo tenga que ir con ustedes a vigilar como los tratas ¿No te parece mucho mas justo?

- Jodete.-rueda los ojos- Además yo no golpeaba a mi esposa sin razón alguna.-sus palabras me hacen temblar en mi puesto, me hace tener miedo, enojo, decepción.

Ella me ha dado a donde mas me duele, "los golpes" no puede hacerme llegar a ese instante de mi vida, donde le hacia la vida imposible, donde tuvo que escapar de mi para no recibir mas golpes, para no ser una vez mas maltratada.

No puedo expresar todo lo arrepentido que estoy por eso, pero quiero ayudar a que lo supere, pero parece no hacerlo y eso me hace tambalear en este mundo, quizás ella tenga la razón, tengo que darle a los niños y que ellos se olviden de mi, porque soy una mala persona, no soy lo suficientemente estable para mantenerlos a ellos, no puedo con mis propios demonios, menos podre con los de ellos mientras crecen.

- Lo-Lo siento.-digo ella esta perpleja en su puesto- ¿Puedes esperar a que prepare sus cosas?-ella asiente incomoda y subo rápido y abrazo a los dos niños que están en mi habitación- Los voy a extrañar mucho, mucho.

- ¿Adonde vas papa?-pregunta Harry y cierro los ojos con fuerza.

No, no ¡Estoy pensando con el culo! ¿Por qué entregarlos a ella? No puedo hacer ese tipo de locura.

Pero tengo que ser consiente de que yo no soy un buen tutor, no cuando destroce la vida de mi esposa, no cuando necesito de un medicamento para controlar mis pensamientos, movimientos y demás.

Se que lo que pensaba minutos atrás todo era erróneo, no voy a dejar que ellos se olviden de mi, cuando son las dos únicas personas que me amán sin limites.

- ¿Quieren conocer a su madre?-Adelaide es la primera en voltear y verme casi estupefacta.

- ¿Nos dejaras estar con ella?

Ella lo ha captado tan fácil, imaginó que ha sacado sus propias, pero Harry parece mas confundido que yo con esta situación.

- ¿Papa ella estaba muerta no? La abuela dice que el único que resucita es Jesús.-no me es inevitable soltar una pequeña risa a su tierno comentario.

- Fue una mentira.

- Pero...

- Eh no pienses antes de que hable, nunca mas le voy decir otra mentira.-esta vez si- Creo que el tiempo que ahora tenemos es muy corto pero les prometo que mañana cuando los vea les diré todo.-les doy un apretón es sus nariz a cada uno para tomar una maleta y poner partes iguales de ropa de cada uno.

Tomo la mano de cada uno de ellos y bajamos.

- Haremos un acuerdo para no terminar peleando.-digo cuando estamos frente a frente.

- Bien.

- Los fines de semana serán para mi, y no deberás tener ningún problema con que los vaya a visitar en la semana.

- Esta bien, adiós.-toma la mano de ambos niños y yo, por mi cuenta la ayudo con la maleta.

- Adiós papi.

Amor a GolpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora