ALTOS Y BAJOS
Pasaron un par de minutos y finalmente llegaron al Madame Bartox, un restaurante muy llamativo y lujoso, con las paredes frontales de cristal templado, piso de granito, figuras talladas en mármol y hermosas lámparas que se desplegaban sobre un techo alto y de madera pulida; Amelia y Juan conservaban muy bien sus gustos exigentes y refinados.
Se adentraron en el restaurante intentando distinguir entre los comensales para localizar la mesa en la que deberían de estar Juan y Aleck esperando, Aleck había llamado antes a Amelia y le había dado instrucciones para reunirse en aquel lugar, su favorito, y almorzar todos juntos.
-Allá están.- Dijo Christopher señalando a una mesa cuadrada, ubicada cerca de una de las paredes de cristal.
Avanzaron con cautela hasta llegar a la mesa, podían sentir los exquisitos olores que se escapaban de la cocina y se hacían presentes en el lugar, cada uno de ellos hacía que el estómago de Christopher rugiera abrasivamente, había caído en cuenta de que su desayuno había sido solo una dona de arequipa y un café grande.
-Buenas tardes caballeros.- Amelia saludó con un beso en la mejilla a Aleck, le hizo un par de señas a Juan y se sentó junto a él.
Juan, era un chico sordomudo, con rasgos europeos y amplios conocimientos, fue criado bajo una muy buena familia, de una reconocida posición social que había crecido entre aristócratas del país, viajó por el mundo y estudió diversos idiomas, era todo un caballero sin duda alguna, con extensos modales y un ser maravilloso y desprendido de todos sus lujos, su personalidad lo convertía en un ser fácil de querer.
Isaac abrazaba con fuerzas en aquel momento a Aleck, eran muy buenos amigos y más aún después de todo lo dicho aquella noche de borrachera, aunque para Christopher aún no eran claros todos los detalles de aquella noche, pero que evidentemente, ya tendría tiempo para conversar junto a Isaac.
Terminaron de saludarse entre ellos y cada uno ocupó un lugar al rededor de la mesa, aquel grupo de amigos emanaba alegría y mucha dicha, hacía tiempo que no se les veía tan contentos, cada uno con sus propias razones y evidentemente estar y compartir sus dichas juntos era un regalo divino.
-Entonces, novios, ¿no?- Preguntó Aleck a Christopher e Isaac.
-Formalmente.- Respondió Isaac mientras le plantaba un beso sobre los labios a Christopher.
Para comunicarse de una manera mucho más práctica, Juan utilizaba una aplicación desde su equipo móvil en la que escribía un texto con el mensaje que quería expresar y lo reproducía como una nota de voz. Se desenvolvía mejor mediante el lenguaje de señas, pero Amelia, Isaac y Christopher no eran aún muy diestros en el tema.
-"La verdad, me alegra mucho por ambos chicos, sin duda alguna era lo que todos habíamos esperado, al fin juntos".- La voz de la aplicación de Juan sonaba como la de un robot.
-Gracias Juan.- Christopher tomó de la mano a Juan. -Sé que Aleck y tú ayudaron mucho.-
Juan leía perfectamente los labios de su interlocutor, aquella especialidad no había sido un problema para él, en absoluto, podía mantener una conversación con sus amigos, familiares y empleados, manejaba aquella discapacidad mejor de lo que pudiera llegar a pensar cualquier otra persona.
Siguieron la plática, los nuevos tortolos le contaban a Juan, Aleck y Amelia, como Isaac había explotado de frustración y como le había pedido a Christopher que formaran una pareja, Aleck derramó un par de lágrimas por la emoción mientras desarrollaban la historia, Juan le daba golpes en el brazo a Isaac para intervenir y hacerle saber que lo que pasa siempre es lo mejor y Amelia daba pequeños gritos ahogados entre risitas disimuladas para no llamar la atención en el lugar.
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Masacre en el Club
AléatoireUna pequeña historia inspirada en la masacre de la discoteca Pulse de Orlando, un tiroteo ocurrido el 12 de junio de 2016 donde al menos 50 personas perdieron la vida y mas de 40 resultaron gravemente heridos; una noche fatidica que algunos recordar...