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LA PROPUESTA

Todos en el lugar parecían intrigados por lo que estaba a punto de anunciar.

-"Dicen que algo como esto sólo se siente una vez en la vida, dicen que cuando llega el verdadero amor, se nota y en este tiempo he confirmado mis sospechas: te adoro irremediablemente y no voy a luchar contra ello. Así que ahora quiero avanzar en este camino de amor. La seguridad de la firmeza de nuestro amor, la energía que me dan , la calma de las confidencias y la vitalidad de nuestros planes e ilusiones me llevan a preguntarme muchas cosas, amor.- La nota de voz terminaba, Amelia le hizo una seña a Juan y enseguida reprodujo la siguiente nota, sacó un estuche de su bolsillo y lo abrió. -Pero especialmente una, ¿quieres casarte conmigo?"-

En el lugar se escucharon todo tipo de suspiros, incluso algunos aplaudieron el acto, un joven con un violín se acercó hasta la mesa para contribuir con un suave hilo musical, Aleck estaba notablemente sorprendido y muy conmovido, con los ojos abrillantados se levantó de su asiento y se posó frente a Juan que ahora mismo estaba de rodillas y con el anillo en las manos.

-Eres el amor de mi vida.- Aleck hablaba y se expresaba en lenguaje de señas para que no solo Juan le entendiera. -Me encantaría casarme contigo.-

El lugar explotó en gritos, aplausos y silbidos, sin duda alguna fue un momento muy romántico, Juan se levantó del suelo, sacó el anillo de su estuche y le colocó el anillo a Aleck, sacó el otro anillo de un bolsillo y se colocó el suyo, mostrándolo a sus amigos para que pudieran verlo; finalmente estampó un beso en los labios de Aleck y acto seguido dejaron que sus amistades e incluso algunos espectadores le felicitaran a ambos por el futuro matrimonio.

Christopher tenía los ojos llenos de lágrimas, al igual que Amelia, Isaac era un poco más fuerte con el tema de las emociones, pero se mostró igual de feliz por los recién comprometidos, era la primera vez que presenciaban una pedida de matrimonio y todo aquello resultaba extremadamente conmovedor.

Isaac abrazó a Christopher y con una enorme sonrisa besó sus labios.

-Seremos los siguientes.- Susurro en el oído de Christopher; él le devolvió un beso y le regaló una amplia y sincera sonrisa.

Juan y Aleck se sentaron tomados de la mano, Aleck aún sonreía con los ojos brillantes por la felicidad, Amelia, Isaac y Christopher ocuparon también su lugar en la mesa y felicitaban enérgicamente a Juan y Aleck. El chico con el violín terminó una de las piezas que interpretaba, felicitó a los chicos y se retiró en medio de aplausos.

Amelia soñaba con llegar a protagonizar un momento como el que acaba de presenciar, siempre se lo había comentado a Christopher, pero al parecer, su pareja no pensaba igual, pues Nelly jamás le había si quiera insinuado que se fueran a vivir juntas; Amelia interpretaba todo esto como una falta de interés por parte de su pareja, aunque sus amigos siempre le hacían cambiar de parecer ya que Nelly le había demostrado de otras maneras cuanto la amaba.

Isaac enseguida pensó en hacerle exactamente la misma propuesta a Christopher en cuanto tuvieran al menos un año juntos como pareja, estaba seguro de haber conseguido al amor de su vida y quería compartir con él el resto de sus días, sin temor a absolutamente nada pues se sentía seguro de lo que sentía.

Por su parte Christopher simplemente se sentía feliz por Juan y por Aleck, merecían todo lo bueno y lo mejor del mundo, quizás la idea del matrimonio llegó a pasar por su mente, pero entendía que con Isaac las cosas apenas estaban comenzando y no podía llegar a pensar en dar aquel tipo de paso con él, necesitaban compartir muchísimo más como parejas.

-¿Listos para ordenar?- Consultó el mesero.

Efectivamente, todos estaban listos para cenar, consultaron el menú e hicieron el pedido, sin perder tiempo alguno el mesero recogió el menú y se dirigió a la cocina para procesar el pedido, aquel joven no era el mismo que llegó a atenderlos el medio día anterior, eso hizo que Amelia se sintiera un poco decepcionada, el chico le parecía sexy.

-"Gracias a todos por ser parte de este momento tan feliz en mi vida".- Decía Juan utilizando su aplicación.

-¡Awww! Yo los amo a los dos.- Respondió Amelia.

-Nosotros también Juan, ustedes son los mejores amigos que tengo.- Agregó Christopher mirándolos a todos.

-Al menos yo soy amigo y pareja.- Decía Isaac con aires de superioridad. -Tengo privilegios.-

Todos rieron por el comentario, Christopher se acercó a Isaac para darle un beso y Aleck hizo lo mismo con Juan, Amelia los miraba y con una cómica mueca en su cara dijo:

-La próxima vez vendré con Nelly, no puedo ser el farol que alumbre sus mañanas.- Dijo riendo. -Por cierto, ¿Qué ha pasado con Britanny?- Miró a Christopher con cara de incertidumbre.

-Me llamó hoy antes de salir del departamento, me dijo que no podría venir al restaurante, tampoco podría ir a PLUS la verdad no sé que le ha pasado exactamente.- Respondió Christopher con la misma expresión de incertidumbre.

-Deberías de llamarla de nuevo, quizás le pasó algo.- Propuso Isaac.

-Sí, no es normal que actúe así.- Espetó Amelia.

Christopher dudó un par de segundo y luego asintió con la cabeza, sacó su teléfono móvil y busco en el directorio el número de Britanny, marcó la tecla de llamada y esperó a que ella le respondiera.

-Hola.- Dijo Britanny al contestar y Christopher colocó la llamada en altavoz para que todos escucharan.

-Hola baby, estoy ahora mismo con los chicos en el restaurante y estamos algo preocupados por ti, ¿estás bien?- Indicó Christopher.

-"Si, estoy bien, no se preocupen, solo que acabo de recibir la visita inesperada de mi mamá en casa y no podía dejarla sola viniendo de tan lejos".- La madre de Britanny vivía en Washington y ciertamente se encontraba algo retirada, así que casualmente visitaba a su hija. -"Ya saben cómo es ella, simplemente aparece".-

-Te entiendo, bueno, al menos estás bien.-

-"No te preocupes, lamento haberte causado una preocupación".-

-No es nada.-

-Oye y qué, ¿no me piensas dar detalles de Isaac el sexy?- El comentario de Britanny había salido de sus labios de una manera muy natural.

-Estás en altavoz baby.- Dijo Christopher ruborizado.

-Así que sexy, ¿no?- Le indicó Isaac.

-Que vergüenza.- Decía Britanny entre risas nerviosas. -No tenía idea de que escuchaban, saludos chicos.- Todos respondieron al unísono el saludo de Britanny. -Recuérdame matarte el Lunes baby.-

-Seguro.- Christopher apenas pudo responder, reía de manera descontrolada. -Nos vemos el lunes entonces.- Pudo decir finalmente.

-Seguro, disfruten chicos, bye.- Britanny finalizó la llamada y todos sonreían por su inocente imprudencia.

Culminó la llamada y enseguida apareció el mesero con los platos en la charola, acompañado por otro joven que le ayudaba, colocaron los platos en la mesa y deseándoles buen apetito se retiraron del lugar; agradecidos por los buenos deseos, comenzaron a degustar de las delicias ofrecidas por el chef de Madame Bartox.

Un caballero de piel morena y grandes rasgos subió a la pequeña y discreta tarima que estaba en el fondo, lucía un impecable smoking negro y cargaba con él un reluciente saxofón; el hombre de manera muy educada saludó a los presentes y comenzó a tocar el instrumento demostrando con mucha gracia y sutileza el gran talento que poseía.

La suave melodía impregnaba el lugar de muchísima alegría y comodidad, Madame Bartox sin duda era uno de los mejores ejemplos de lo que era tener clase y categoría, era la primera noche en el lugar y tanto Christopher como sus acompañantes estaban totalmente encantados y satisfechos con la velada.

Poco a poco fueron terminando con la comida y regresaron las pequeñas conversaciones y las risas al son de un jazz moderno y seductor; seguían bebiendo de la botella de champagne que estaba a un par de copas para terminarse, decidieron disfrutar un rato más de la música y simplemente relajarse.

La noche había comenzado de la manera más perfecta que podían imaginar, las buenas noticias iban una detrás de otra, primero el romance entre Christopher e Isaac y ahora el compromiso formal entre Juan y Aleck, dicha y gloria bien merecida que les permitía soñar y sentir que podían tocar el cielo con las manos.



Masacre en el ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora