HASTA QUE NO PUDO MÁS
Aleck recorrió de cabo a rabo la calle aledaña al club, intentando conseguir a Juan o a Christopher, mantenía la esperanza que al menos ellos dos estuvieran vivos, aunque desconocía las condiciones en las que podían encontrarse.
Intentó llamar muchísimas veces al teléfono de Juan, pero no corrió con suerte, lo mismo ocurría con el número de Christopher que lo enviaba directamente al buzón de voz, probablemente se había quedado sin batería o había perdido su teléfono.
Nadie en el lugar tenía respuesta de ellos, la lista con los nombres de los caídos aún no estaba completa, faltaban cuerpos por reconocer y ni hablar de los heridos trasladados al Hospital San Crouch, en el lugar se encontraba un agente especial encargándose del asunto, pero todo aquello tomaría su tiempo.
Generar la tan deseada lista dentro del Hospital San Crouch resultaría un poco más complejo, algunos de los heridos estaban siendo intervenidos de emergencia, otros habían perdido el conocimiento y la gran mayoría había extraviado dentro del club sus documentos legales, imposibilitando el adquirir sus nombres y apellidos.
Las calles alrededor del club comenzaban a poblarse con algunos curiosos y una gran cantidad de amigos y familiares completamente preocupados por el paradero de quienes suponían debían estar en el club la madrugada de la masacre.
La policía intervino ante la marea de gente, informando una vez más, que los nombres y apellidos de los caídos y heridos la madrugada del 12 de Junio dentro del club nocturno PLUS sería informado a través de una rueda de prensa, invitaban a todos a guardar la calma y esperar en sus casas por la información.
El escenario en el Hospital San Crouch no era diferente, en la sala principal pintaba el mismo panorama, una cantidad incontable de personas rogaban por la información de los heridos que ingresaban al lugar, sin embargo, el agente especial continuaba en la ardua labor de identificar a los heridos.
Las calles frente al club fueron poco a poco despejadas, la policía y el cuerpo especial de investigaciones trabajaba febrilmente para reconocer a todos los fallecidos, purgando el club de quienes pudieran haber quedado rezagados dentro del lugar.
Aleck decidió finalmente dirigirse al Hospital San Crouch, esperar allí por la información y rogar a Dios para que los nombres de sus seres queridos aparecieran en la lista de heridos y no en aquella donde se verían reflejados los nombres de quienes padecieron bajo la masacre.
Antes de tomar el taxi que lo llevaría hasta el hospital, giró la cabeza para echar un último vistazo al club; pudo divisar la camioneta de Isaac y el auto de Juan, recordó el momento exacto cuando recién llegaban, cargados de felicidad que incluso podían llegar a sentirse en el cielo y esa misma noche, sin saberlo, se habían encaminado directamente hasta el mismísimo infierno.
No resultaba para nada fácil mantener la calma bajo todo el caos que había ocurrido en la madrugada dentro del club, ahora sumado a todo aquello estaba el miedo, el caos y el pánico que sentía Aleck, sentía la gigantesca necesidad de obtener la más mínima información acerca del paradero de sus amigos.
Llegó al hospital cargado de esperanzas y preso del miedo, la garganta se mantenía completamente seca y el corazón latía muy apresurado, parecía que en cualquier momento se le saldría del pecho o simplemente dejaría de latir.
-Familiares y amigos de los heridos que vienen directamente desde PLUS, recuerden que la información con los nombres de los ingresados será pública en el transcurso del día por medio de una rueda de prensa, por favor esperan en sus hogares por la información.- Indicó a pulmón alzado una de las enfermeras del hospital.
Los presentes, muy a su pesar, comenzaron a evacuar el lugar; Aleck, sin embargo, acudió rápidamente a la enfermera que indicó la información, la abordó a mitad del pasillo y le preguntó con lágrimas en los ojos por sus amigos, le comentó lo que vivió en el club y le pidió que tuviera un poco de misericordia. La enfermera no pudo evitar el sentir lástima por él.
-No puedo hacer nada, la lista aún no está terminada, faltan muchísimos pacientes por identificar.- Indicó la amable señorita.
-Por favor, muéstreme lo que tienen en la lista hasta ahora, se lo imploro.
La chica lo dudo por un momento, pero al final asintió, le pidió que la esperar en una habitación cercana a la recepción, ella iría por la información y regresaría para ayudarlo, no le aseguró que sus amigos ya estuvieran allí registrados, pero al menos Aleck mantenía sus esperanzas.
Esperó al rededor de unos veinte minutos, el joven Aleck comenzaba a desesperarse, llegó a pensar que la chica le había dicho todo eso con el único objetivo de zafarse de él, no había logrado convencerla a pesar de lo que le contó, no había movido ni una sola fibra de sensibilidad en ella. ¿Qué se supone que haría ahora?
Las lágrimas comenzaron a hacerse presente sobre el rostro de Aleck una vez más, había soportado demasiado y en ese momento ya no aguantaba tanta tristeza, tanto dolor; se dejó caer sobre una de las sillas de la habitación y comenzó a llorar desconsoladamente, se tomó de la cabeza y se inclinó sobre las rodillas, su alma, su cuerpo y su mente estaban completamente destrozados.
La puerta de la habitación se abrió y la amable enfermera reapareció por el umbral, miró a Aleck llorando y se acercó a él rápidamente; sobre sus mano llevaba una carpeta con ganchos y unas dos o tres hojas sobre ella.
-¿Te encuentras bien?- Le consultó.
-Ya no puedo más, estoy demasiado desesperado, tengo mucho miedo.- Aleck hablaba con los ojos bañados en lágrimas.
-Aquí tengo la lista.- Señaló la enfermera. -Dime los nombres y los buscaré por ti.-
Aleck se incorporó e intentó calmarse lo más que pudo, le dijo el nombre completo de Juan, Christopher, Amelia e Isaac, la chica se dedicó a pasear su dedo por cada uno de los nombres registrados sobre la lista, ojeaba detalladamente cada uno de los nombres registrados, al final, terminó por revisar la lista unas tres o cuatros veces y nada.
-No están aquí, los siento.- Dijo la chica con la voz apagada. -Pero no pierdas las esperanzas, aún queda un grupo considerable de heridos por registrar.- Aleck entró en estado de shock y no supo que responder. -Mira, hagamos algo, déjame tu número de teléfono y en cuanto tengamos la lista completa te llamo para verificar de nuevo, ¿te parece?- Aleck asintió y con una mano temblorosa le anotó a la chica su número telefónico. -Vale, te llamaré entonces, no pierdas las esperanzas.- La chica le regaló una sonrisa, le dio una palmada en la espalda y salió de la sala.
Aleck quedó en medio de un abismo inmenso, jamás en la vida se había sentido tan sólo y tan vacio como pudo llegar a sentirse en ese momento, la tristeza era igual a sentir como si su pecho estuviera bañado en brazas ardientes, la cabeza le iba a explotar, no podía dejar de llorar, sintió unas ganas enormes de salir corriendo del lugar y gritar hasta perder la voz.
Se mantuvo en aquella habitación un largo rato, abrazado a todo su dolor, con la tristeza y la incertidumbre que carcomía su ser, sin poder hacer nada se derrumbó dentro de tanta tragedia, demasiado había aguardado, demasiado aguantó, hasta que no pudo más y simplemente se desplomó, pudo más todo los nervios, el miedo y la tristeza que sentía en esos momentos.
Pasaron unos cuarenta y cinco minutos e intentando volver a la calma, decidió levantarse del suelo, sacar fuerzas de dónde ya no le quedaban e irse a su casa, bañarse, cambiarse de ropa y esperar noticias, no había diferencias si esperaba en su casa o si esperaba en el hospital.
Salió de la habitación y se limpió las lágrimas con el hombro de su camisa, respiró profundamente y salió del hospital rumbo a su casa, Aleck sentía que caminaba por inercia, simplemente se dejaba llevar por sus pies sin tener conciencia plena de lo que hacía.
La esperanza es uno de los recursos más grandes que posee el ser humano y es increíble cómo podemos aferrarnos a ella aunque el panorama no pinte del todo bien, Aleck no podía abandonar la poca esperanza que le quedaba, sentía que debía sacar fuerzas para afrontar todo lo que podría estar por venir.
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Masacre en el Club
De TodoUna pequeña historia inspirada en la masacre de la discoteca Pulse de Orlando, un tiroteo ocurrido el 12 de junio de 2016 donde al menos 50 personas perdieron la vida y mas de 40 resultaron gravemente heridos; una noche fatidica que algunos recordar...