Andrew corrió tanto como sus piernas le permitieron, saltando y esquivando ramas y algunos troncos caídos. Su respiración era irregular, su corazón saltaba junto con sus piernas y sus ojos observaban atento cualquier indicio de estar siendo perseguido. Hace rato que se había librado de aquel lobo, pero no quería correr riesgos cuando de su familia se trataba.
El cabello se adhería a su frente por el sudor, sus pulmones ardían de tantas bocanadas de aire que intentó tomar, pues si bien era un excelente cazador, había perdido la práctica hacía ya un buen tiempo. Necesitando respirar con urgencia, el hombre se detuvo entre los frondosos árboles, escondiendo su cuerpo de la vista y olfato de su depredador.
Entonces a lo lejos escuchó las ramas quebrarse bajo meticulosos pasos, y luego vino el gruñido animal.
Con las manos temblorosas desamarró la correa que envolvía a su cintura, la cual sujetaba un arco y sus flechas. Andrew deslizó sus dedos silenciosamente por el arma, esperando el momento en que el lobo apareciera para atacarlo. Sin embargo, para su sorpresa, no se volvió a escuchar nada. Vacilante, asomó su cabeza por el cuenco del tronco, sin querer dejarse ver demasiado para no ser tomado desprevenido. Una vez estuvo seguro de que no había nadie, salió de su improvisado escondite, y echó a correr.
Pronto la cabaña se visualizó ante sus ojos. Pequeña, accesible, hogareña y camuflada. La casa perfecta para ser invisibles a cualquier ojo ajeno. Andrew llegó hasta la puerta de su hogar, escarbando en la tierra donde había dejado la llave, mirando cada tanto hacia atrás. No lo había seguido según parecía, pero los hombres lobo, en especial los crueles y despiadados como él, siempre terminaban saliéndose con la suya.
No esta vez, no lo permitiría.
—¿Kiera?— preguntó al aire, rezando por dentro oír la reconfortante voz de su esposa.
—Aquí— casi soltó un suspiro aliviado. El cuerpo de su mujer apareció de entre las sombras; su delicada figura se movió alrededor de Andrew en un intento de encontrarle heridas, con su bonito rostro retorciéndose en una mueca de preocupación—. ¿Qué pasó? ¿Te siguió?
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Cry Wolf | Teen Wolf [1]
FanfictionPara Aubrey McCall, la vida no le ha sido nada fácil. No recuerda absolutamente nada de su infancia más que fugaces y vívidas pesadillas, no sabe quiénes son sus verdaderos padres ni por qué la abandonaron fuera de una casa cualquiera. Y aunque no d...