Para Aubrey McCall, la vida no le ha sido nada fácil. No recuerda absolutamente nada de su infancia más que fugaces y vívidas pesadillas, no sabe quiénes son sus verdaderos padres ni por qué la abandonaron fuera de una casa cualquiera. Y aunque no d...
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Bajo del asiento del copiloto y automáticamente muchas miradas recaen sobre nosotros. A Jackson no le importa, por supuesto, pero a mí todavía me hacen sentir un poco incómoda, aunque lo disimulo con una sonrisa simpática.
Verán, la historia va así.
Hace muchos años atrás, cuando una pequeña niña terca pero tímida de largo cabello castaño y ojos azules ingresó a la primaria junto a su hermano de quijada chueca, conoció a un egocéntrico, petulante, idiota y adorable Jackson Whittemore.
La conexión fue instantánea. Fue la primera persona que odié con toda mi alma y Jackson se dedicó a hacerme la vida imposible. Al principio me acosaba e insultaba como a todos en la escuela, siempre acompañado de esa bonita pelirroja de ojos esmeralda -sí, también se conocían desde pequeñitos. Pueblo chico, eh-. Poco tiempo después, cuando decidí hacerle cara luego de un arrebato de furia al haberme mojado mi hermoso cabello con jugo de uva, de alguna manera los dos terminamos llorando.
Discutimos, nos gritamos, nos insultamos de muchas formas que no se creían existentes... y luego descubrí que él es adoptado. Fue por accidente; inmediatamente después se tapó la boca con vergüenza al haber revelado su temible secreto, pero yo no me burlé ni lo divulgué. Ahí entendí que quizá finalmente había encontrado a alguien que podía entenderme bien, alguien que no tuviera que esforzarse tanto como mi psicóloga Piper, mi nueva madre Melissa o mi hermano Scott. Nos contamos nuestras penas y nuestros miedos bajo un árbol en el parque, dos sentimentales nenes de alrededor de ocho años compartiendo penas con cajitas de leche enchocolatada.
Desde entonces nos hicimos mejores amigos, aunque de una forma diferente a mi amistad con Stiles. Jackson me presentó a Lydia y las dos congeniamos como si nos hubiesen creado para encontrarnos. Nunca hubo rivalidades ni problemas por la atención de Jackson. Mientras ellos dos crecieron acaramelados y con la clara intención de un noviazgo, él y yo crecimos fastidiándonos y siempre sacando lo peor del otro.
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