11 | happy birthday, allison - 2/2

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11 | HAPPY BIRTHDAY, ALLISON

El altercado con el supuesto león de montaña se esparció como polvo por toda la preparatoria, y posiblemente por Beacon Hills ya que Nate me texteó esta mañana preguntando por mi bienestar y Piper llamó. No es de extrañar que todos los estudiantes nos miren a Jack y a mí como si estuviésemos apunto de explotar y armar un numerito pos-traumático frente a ellos, pero las cosas se han puesto fastidiosas.

Mamá dijo que lo más razonable para mí es tener un trauma ahora mismo en lugar de asistir a clases como lo estoy haciendo; Jackson luce tan atolondrado que me preocupa si él realmente quedó loco después de presenciar lo que vimos, aunque nadie es capaz de culparlo por asustarse y mirar sus espaldas cada dos minutos en busca de dos puntos rojos; Scott escapó con Allison porque hoy es el cumpleaños de la morocha, lo cual es algo lindo pero al mismo tiempo es malo porque se supone que mi hermano debe estar en la junta de hoy y mamá de por sí está algo molesta por sus calificaciones; Lydia no vino a la escuela, y tanto Stiles como yo nos estamos asustando por no saber su paradero.

Y yo, yo solo vivo un día más.

Demasiadas emociones para una mañana.

Es por esa misma razón que ahora estamos al pie de su puerta, con la señora Martin avisando a su hija de nuestra visita. Consolar a Lydia es el único problema que podemos manejar y, parcialmente, solucionar.

—Cariño— dice la señora Martin, asomando su cabeza por la puerta de la habitación de su hija—. Aubrey y... uhm, disculpa, ¿cómo te llamas?

—Stiles, señora Martin.

—¿Qué diablos es un Stiles?— la voz de mi mejor amiga suena arrastrada, como si estuviese ebria. Stiles y yo nos miramos al unísono, y luego a Lydia.

—Lo siento, muchachos. Tomó algo para los nervios— informa Natalie avergonzada—. Pueden entrar, chicos. Cielo, vinieron a verte, no seas tan grosera.

—Gracias, Natalie— ella me regala un asentimiento y aprieta mi hombro en un gesto maternal antes de salir de la habitación.

Mi amigo se queda estático en la puerta, y no es hasta que veo el cuerpo de la rubio fresa que lo noto; lleva puesto una delaga camisola azul que apenas y le cubre sus atributos. Se ve tan condenadamente sexy que hasta yo me sentiría intimidada si no la conociera. Con una sonrisa pícara, empujo a Stiles haciendo que trastabille por sus propios pasos y me siento a un lado de Lydia, quien nos observa con un intento de sonrisa y los ojos entornos, en busca de reconocernos.

—¡Bree, mi amor!— se endereza y estira el cuello hasta alcanzar mi mejilla, depositando un escandaloso beso en ella. Hago una mueca, pero en realidad me resulta muy divertida la situación. Esta vez es mi turno de saludarla, y peino su cabello para que no esté tan alborotado; Lydia me mataría si se enterara que dejé su cabellera así de salvaje. Ella cierra los ojos gustosa y recarga su mejilla contra la palma de su mano, casi ronroneando—. ¿Qué hacen aquí?

—Queríamos asegurarnos de que estás bien— dice un nervioso Stiles. Me pongo de pie e intercambio lugar con él para que así pueda estar más cerca de Lydia, mientras saco mi celular y abro la cámara de vídeo. Él me mira molesto pero no se atreve a decir nada.

—¿Por qué?

—Porque...— hago zoom en la cara del pelinegro, carraspeando para incitarlo a continuar. Cuando estos dos se casen en un futuro, porque estoy segura de que lo harán, les enseñaré este preciado vídeo a sus hijos y juntos nos reíremos de la vida y sus ironías—. Estaba preocupado por ti hoy. ¿Cómo te sientes?

Cry Wolf | Teen Wolf [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora