d i e c i o c h o (i)

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Sentí como Hee abrió la puerta de golpe y pegue un pequeño saltito en la camilla.

-¡Adivina quien tiene un permiso para que su mejor amigo salga a dar un paseo por Seúl después de dos meses!- tenía la mano alzada con una hoja mientras que yo tenía mi mano en mi pecho, sosteniendo mi corazón antes de que se salga.

-Uno: Casi me das un puto infarto y dos: ¿Es en serio?- Hee bajó su mano y aclaró su garganta.

-"El hospital de Seúl le da un permiso especial a el señor Jeon Jung Kook, permitiéndole salir del hospital los días que no le toque terapia."- recitó con una voz de secretaria que me hizo reír.

-Eres la mejor, pero no olvides que también eres una estúpida.- Tomé la muleta, la cual estaba a un costado del espaldar de la camilla y me apoyé de ella para poder salir de allí. Caminé hasta donde estaba Hee y le abracé. Estar aquí veinticuatro horas siete días a la semana ya me tenía sofocado desde hace mucho.

-Espero que me compres los nuevos zapatos de Gucci como agradecimiento. Ahora, ponte un abrigo que iremos de paseo.- sonreí y fui hasta mi maleta, donde busqué mi camisa blanca, mis pantalones negros y mis timberlands junto con un abrigo, una gorra, unos lentes y un tapabocas del mismo color de los pantalones. Luego de unos minutos salí del baño vestido. Tenía tanto tiempo sin quitarme aquella bata de mal gusto del hospital.

Hee rió al verme -Si quieres disimulas menos que eres alguien famoso- ella también tenía puesto un tapabocas negro, pero solo porque aún seguía enferma.

-Igual me reconocerían sin llevar todo esto puesto.- ella se acercó a mi y entrelazó mi brazo desocupado con el suyo.

-Vamos, vamos. ¡No podemos perder tiempo!- tomé bien mi muleta y salimos de aquella habitación que era como un puto infierno allí. Parecía la niña quemada de Silent Hill, encerrado allí como si fuera algún tipo de bicho raro.

Justo antes de salir saqué mi teléfono y paré en seco, haciendo que Hee también lo hiciera. -¿Que haces?- ella estaba dándole la espalda a la gran puerta de vidrio, así que no se podía dar cuenta de que las fans se estaban empezando a acumular poco a poco y que los guardias de seguridad también lo hacían.

-Tengo que llamar a un chófer. No podemos ir por la calle como si nada.- terminé de marcar el número de Chong, el chófer favorito de Bangtan -si, porque teníamos varios chóferes- y le di la espalda a Hee y al montón de gente detrás de las puertas.

-¿"Podemos"? Yo no soy la famosa aquí. - dijo casi ahogándose, para luego tocer. Se iba a morir.

-Pero estás conmigo, y yo si lo soy. No te arriesgaré a que te jalen el cabello o te fracturen un brazo.- callé al escuchar a Chong contestar.-Chong-hyung, soy yo, Jungkook.

-Lo sé. ¿Como estás, hijo?- a todos nos decía así por cariño, así que casi siempre cuando estábamos juntos y nos llamaba no sabíamos con quien estaba hablando.

-Estoy mejor, gracias por preguntar.

-¿Pasó algo?- se notaba algo de preocupación en su voz. Era nuestro chófer favorito ya que ha estado con la compañía desde siempre.

-¿Nos podría pasar buscando?- rasqué el lóbulo de mi otra oreja, esperando su respuesta.

-¿A ti y a quien más? - volteé a ver levemente a Hee, la cual estaba moviendo un pie, mientras me miraba impaciente. ¿Qué acaso no se daba cuenta de que detrás de ella eso parecía The Walking Dead?

Accident ; jjk {Book #1} » BTS. ✔ (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora