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Capítulo 10

Justin

Ella estaba sentada en su habitación. No parecía muy feliz, pero se me ocurrió una idea. Comencé a tocar U Smile y a cantarla. Katie amaba esa canción... Era nuestra canción.

«I'd wait on you forever any day hand and foot. Your world is my world, yeah»

Tan pronto como la escuchó, vi que volteaba la cabeza con una pequeña sonrisa en el rostro. Le regresé la sonrisa.

«Ain't no way you're ever gonna get any less than you should. Cause baby...»

De repente, las manos de Caitlin estaban en la guitarra para que yo no pudiera seguir tocando.

—Esa no era para mí -dijo con mirada fulminante—. Sabes que mi canción favorita es «One Time», porque la escribiste para mí.

—No es así. Además, terminamos después de eso. —Quité sus manos de mi guitarra.

—Bueno, eso está bien. Sé que fui la que terminó contigo, así que todavía sientes algo por mí. —Se acercó demasiado. Intenté apartarla, pero solo acabé poniéndola más cerca.

Una gran sonrisa apareció en su rostro.

—Lo sabía —comentó envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y sentándose en mi regazo—. No era Selena, y no era Katie. Era yo. Es de mí que estás enamorado. Así que, ¿por qué no lo pruebas besándome? —Se inclinó hacia adelante, pero me la quité de encima y me levanté.

—¿Podrías detenerte, maldición? —pregunté con una mirada de desagrado en mi —rostro—. ¡Ya te pedí que no mencionaras a Selena! Y por última vez, Caitlin, ¡terminamos! Esto es estúpido y patético. ¡Así que deja de manosearme y déjame jodidamente solo!

Miré a Caitlin y sus ojos estaban llenándose de lágrimas. No era mi intención hacerla llorar.

—Caitlin, lo...

—¡Eres un imbécil! —gritó y cerró de un portazo.

Negué con la cabeza. Bueno, tal vez fui algo cretino, pero no era mi culpa que ella actuase como psicópata. Después levanté la mirada para ver a Katie, pero ella ya no estaba allí, y había apagado la luz. Cielos. ¡Muchas gracias, Caitlin! Suspiré. Eso era lo que me ganaba por salir con la «Reina Loca». Si tan solo pudiera caminar hacia la casa de Katie... Espera un segundo. Entonces se me ocurrió una idea.

Tomé mi guitarra; puse su banda en mi hombro y en mi espalda. Entonces trepé por el costado de la casa de Christian. Fui en puntillas hacia la casa de Kaite, pero yo estaba frente a la de Christian. Volví a mirar la ventana de la sala de estar donde se hallaban Lily y los chicos. Todos dormían en el sofá, pero no quería despertarlos. Me preguntaba si...

—Veo que tuvimos la misma idea. —Oí que decía una voz.

Me giré para ver a Katie ahí parada.

—Las mentes brillantes piensan parecido —respondí con una sonrisa.

Ella se rió un poco y entonces nuestras sonrisas desaparecieron. Katie corrió hacia mí y me abrazó tan fuerte como pudo. Envolví mis brazos a su alrededor, esperando nunca tener que soltarla. Descansó su cabeza en mi hombro.

Solo el ser capaz de tenerla en mis brazos otra vez era una de las más grandes cosas que había sentido.

—Estaba preocupado por ti —le dije. La sentí sonreír en mi cuello—. Ryan también. —Su sonrisa se desvaneció. Retrocedió y se apartó de mí.