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Capítulo 17

Katie.

Las noches pasaban como los días, me acostumbré al aislamiento que Justin me había estado dando, y simplemente me había decidido a aceptarlo. En silencio me escabullí hacia la cocina, pasando el cuarto de Justin y el de la señorita Pattie. Christian dormía en el sofá como siempre.

Yo raras veces salía de mi cuarto y evitaba a Justin a toda costa. Me irritaba bastante cada vez que lo oía a él y Selena en oovoo*. A decir verdad, me estaba sintiendo miserable aquí, pero no tenía otro lugar al cual irme.

Tomé un paquete de dulces de fruta Gushers y pasé por el lado de Christian. Había dejado el televisor encendido, así que lo apagué y cubrí su cuerpo con una manta.

—¿Son estos tus instintos maternales ocultos? —bromeó, despertándose.

—Cállate —bromeé—, pude haber dejado que te congelaras hasta el culo, ¿sabes?

—Bueno, gracias. Ahora mi culo está tibiecito.

Me reí y continué hacia mi cuarto. Cuando pasé por el de Justin noté algo. Su puerta estaba abierta de par en par y él no estaba en su cama. Corrí hacia mi habitación, sin querer encontrármelo. Cerré mi puerta y me dejé caer sobre la cama.

—¿No has escuchado hablar de dormir a las dos de la mañana? —Oí a Justin decir.

Maldición. Debió haberse enterado de que estaba despierta y quería ver cómo estaba.

—¿No has escuchado hablar de la privacidad? —me burlé. Él se rió.

—Es mi bus —se defendió.

—¿Entonces por qué no me echas y ya? —pregunté con rudeza—. ¡Quiero decir, no es como si disfrutara estar aquí!

Rodó los ojos y se fue dando pisotones. Ahora nos atacábamos constantemente. Era raro, discutíamos como hermanos ahora. No, peor que como hermanos, era como discutir con un vecino irritante. Me cubrí con las sábanas hasta la cabeza y me quedé dormida.

Justin.

—¿Por qué no puede Christian invitarla a desayunar? —le pregunté a mi madre.

—Porque —dijo—, ¡te pedí a ti que lo hicieras, Justin!

Guñí y puse los ojos en blanco.

—¡Lo vi! —advirtió.

Lo juro, parecía que tenía ojos detrás de la cabeza o algo. Caminé dando pisotones junto a Christian, en dirección al dormitorio de Katie.

Katie y yo ya no éramos amigos. ¡No se hacía entender! Dice que no me quiere a mí, sino a Ryan. ¡Entonces salgo con Selena y rompe con Ryan, haciéndome parecer un completo cretino! Después de todo lo que hice por ella.

Oh, bueno, yo era feliz con Selena, mucho más que la última vez que salimos. Ella me cambió, ya no me importaba lo que la gente pensara de mí.

Toqué la puerta de Katie.

—Katie, desayuno —gruñí.

—No tengo hambre.

—Es lo que dices en cada comida —respondí—. Vamos, hoy saldremos.

—No, gracias —contestó de manera dura.

—¡Ugh, maldita sea, Katie! —Me estiré hacia el marco de la puerta, tomé la llave y la abrí.

—¡Justin! —exclamó.

—No estaba bromeando. Ahora, ven. —Comencé a alejarme.

—Oblígame. —Suspiró antes de volver a acostarse en la cama. Me detuve en seco y me giré hacia ella.