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Capítulo 3

Justin.

No dormí para nada anoche. Había demasiados pensamientos en mi mente. Me mantuvieron bien despierto y alerta. Podía jurar que oí a Katie gritando toda la noche. Pero Christian y Caitlin siguieron durmiendo.

Quizás solo estaba soñando o tal vez solo no lo pudieron escuchar. Tenía unas ganas de caminar a su casa de inmediato y ver si era real o no. Necesitaba que ella me dijera que estaba bien. No con un mensaje u oyendo a Lily decirlo. Necesitaba que Katie dijese las palabras.

Me bajé de la patética cama que Christian me hizo y fui escaleras abajo. Sabes, en cierta manera creía que se trataba de una broma de él. Siempre me molestaba por ser una estrella pop. Me senté en el mostrador para pensar en múltiples cosas. Volver a casa me hacía eso.

—Buenos días, hermoso. —Caitlin dijo envolviendo sus brazos a mi alrededor.

—Caitlin —gruñí.

—Relájate, Christian está durmiendo.

—De acuerdo, en serio, basta —espeté. Ella me soltó y yo se levantó, suspirando.

—Uno de estos días entrarás en razón. —Entonces ella tomó su mochila y salió por la puerta.

Rodé los ojos. Fue por eso mismo que rompí con ella. Siempre estaba pegada a mí un momento y al otro se volvía loca y me gritaba. No por ser un imbécil ni nada, pero no quería lidiar con eso.

—Por fin la bruja malvada se ha ido. —Oí la voz de Lily desde el sofá. Estaba sentada allí todo el tiempo comiendo Fruit Loops de una pequeña caja.

—¡Lily! —exclamé, saltando de la silla.

—¿Qué? —preguntó—. He visto chicos en bóxers antes.

No era por eso que estaba sorprendido, pero ahora recordaba que estaba usando solo bóxers. Caminé detrás del mostrador, escondiéndome, y ella solo se rió. Christian bajó las escaleras. Tenía una sonrisa en el rostro.

—¿Por qué está ella aquí? —le pregunté entre dientes.

—Oh, sí, lo olvidé. Los padres de Lily la castigaron quitándole el cable, así que le dije que podía usar el mío. Tiene el DVR listo para grabar toda su mierda por la noche y entonces viene a verlas en la mañana. —Terminó y entonces me lanzó mis pantalones de chándal. Me los puse lo más rápido posible. ¡Gracias a Dios!

—¿Y qué ves? —le pregunté a Lily mientras me unía a ella en el sofá. Ella se quedó en silencio hasta que apareció un comercial.

—Anatomía de Grey —respondió con los ojos pegados al televisor.

—Solo habla en los comerciales. —Christian explicó.

—Sí, yo como que aprendí eso.

Oí que el programa era demasiado femenino. Y después de verlo diez minutos, en definitiva lo era.

—Entonces, ¿algún plan para esta noche? —Christian le preguntó.

Él se acercaba más a ella cada segundo. Desearía que se apresurara y le dijese cómo se sentía por ella, por amor a Dios. Quiero decir, estoy bastante seguro de que ella siente lo mismo.

—Bueno, ya que es viernes pensé que todos podríamos salir. Tal vez jugar bolos o algo y después quedarnos a dormir en casa de alguien —dijo con una sonrisa.

Bueno, es algo bueno que no hubiera cambiado desde que me volví famoso. Todavía salíamos los viernes. Justo entonces mi teléfono sonó.

—¿Hola? —respondí. Ni siquiera me molesté en ver quién era porque esperaba que fuese Katie.