Gritos que rompen el cielo

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Hermione pataleaba desesperada mientras la corriente la arrastraba. Sentía a Severus todavía bien agarrado a ella, o eso creía. Lo único que sabía con certeza era que estaba siendo sacudida de una forma tan violenta que dudaba que sobreviviesen a ese fenómeno.

La chica trata de hacerse paso hacia la superficie para coger aire, pero no es capaz de superar la fuerte corriente. De repente se siente impulsada hacia arriba por Severus y ambos consiguen sacar la cabeza del agua. Hermione da una enorme bocanada tratando de no separarse del hombre. 

- ¡Severus! - exclama la chica cuando ve que el agua alrededor de su antiguo profesor se tiñe de rojo - ¡Merlín!

Él la mira, completamente aturdido, tratando de mantenerse a flote. La pérdida de sangre le mareaba, sus fuerzas le abandonaban como un dementor chupa la felicidad del ambiente.

Hermione alarga el brazo y se agarra con fuerza a la rama de un árbol, tratando de no ser arrastrada por la corriente. La tormenta se había apaciguado, y el agua comenzaba a perder fuerza. La chica sentía todo su cuerpo arder de dolor. Tenía que aguantar. Tenía que aguantar como fuese.

Como si sus súplicas hubiesen sido escuchadas, un árbol aún en pie parece tenderle una rama. Hermione se estira pero es incapaz de sobreponerse a la corriente, no tirando del cuerpo de Snape, debía soltarle.

Severus abre los ojos en ese momento y clava los pies en el suelo, jadeante, y alarga la mano agarrando la rama con todos sus músculos en tensión.

El agua, aunque con menos fuerza, seguía golpeándoles a ambos.

- Ya...queda poco - susurra Hermione aferrada con fuerza al hombre, con los ojos cerrados para evitar que más mugre los irritase.

Severus también mantiene los ojos cerrados y la mandíbula apretada por el fuerte dolor que estaba sintiendo por todo su cuerpo. Había notado que sangraba, mucho. Su cuello eran en ese momento un montón de cristales destrozándole el alma. Sabía que no tardaría mucho en desmayarse por el dolor: era una carrera contrarreloj de su conciencia contra la fuerza del agua.

- ¿Estás bien? - pregunta Hermione inocentemente, tapándose los ojos con la mano que le sobraba - El suelo parece estar chupando el agua bastante rápido, pronto se habrá acabado todo esto.

Snape gruñe. En ese instante era incapaz de responder la estúpida pregunta de Hermione, quizá un tronco le había arrancado las cuerdas vocales. "No niña tonta, me siento como un adolescente en plena fiesta", sí, eso le habría respondido.

- Creo que el hecho de que no me respondas es que ha sido una pregunta estúpida - comenta Hermione riéndose levemente y tosiendo momentos después a causa de tragar agua. Snape no puede evitar sonreír a pesar del dolor.

"Pequeña idiota"

- Siento mucho lo de Lucius - la sonrisa de Snape se borra - Yo...sabes que estoy aquí para ti. Te he terminado...me he...quiero decir - Hermione empieza a trabarse y Severus abre los ojos, clavándolos en ella. El nivel del agua había bajado hasta su cintura y, aunque seguía golpeando a la chica ya sin fuerza, podía observarla sin problemas. Hermione usa su mano de escudo evitando que el agua le entre en los ojos y eleva la mirada hacia él - Yo...Creo que en este tiempo me he enamorado de ti.

Snape siente que por un momento todo el aire de su cuerpo le abandona y el dolor se convierte en un susurro escondido ante el implacable sentimiento cálido que se había instalado en su pecho ante esas palabras.

Hermione es consciente de su mirada sorprendida y le regala una enorme sonrisa.

- No lo entiendo - le admite - Tú siempre has sido tan estúpido, arrogante,  y... - Hermione se sonroja - Y yo estaba tan enfadada contigo. Y a la vez lo único que quería era que aparecieses en ese maldito sótano para sacarme de allí y abrazarme hasta que todo hubiese pasado.

Los juegos del Lord [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora