Leviatán

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Había llegado el día. Era más o menos de madrugada cuando Mathew había irrumpido en su habitación y le había instado a vestirse rápidamente.

Enfundada con un traje de una tela un tanto extraña de aspecto grisáceo, Hermione le había seguido casi corriendo por los pasillos hasta llegar a una puerta con su nombre grabado en letras doradas.

- Menos mal que hemos llegado.

El hombre abre la puerta y le cede el paso a la chica, que entra respirando con dificultad por la carrera a una pequeña habitación donde solo había una especie de plataforma.

- ¿Qué pasa? - Hermione aún estaba conmocionada por el rápido despertar.

- Lo siento Hermione, debí avisarte antes... No caí en que Ron estaba enfadado contigo - con manos ágiles, Mathew arregla el pelo de la chica en una preciosa trenza - Perfecta. - mira al reloj y suspira - bien, quedan cinco minutos.

- ¿Qué habrá ahí arriba? - pregunta Hermione tratando de ignorar la información que había escuchado sobre su novio.

- No lo sé - admite Mathew preocupado - Pero sé que serás capaz de enfrentarte a cualquier cosa Hermione - le coloca una mano sobre el hombro - No te preocupes.

Los ojos de Hermione se llenan de lágrimas y se lanza contra Mathew, abrazándole fuertemente.

- Gracias por convertirme en una mujer con tus vestidos.

- No te he convertido en una mujer, eres una mujer: independiente, segura y fuerte. No tengas miedo. Conseguirás lo que te propongas.

- ¿Aunque lo que me proponga sea morir?

- Aunque lo que te propongas sea dar la vida por amor - asiente Mathew - Una última cosa - la plataforma empieza a brillar - Los juegos cambian a las personas Hermione. ¿Qué mayor satisfacción que ver a los héroes de la moral matándose entre ellos?

Hermione frunce el ceño ante esas palabras.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Quiero decir que no puedes confiar en los que han sido tus amigos Hermione, ni siquiera en Ron. Esa arena está preparada para desligar vuestra mente y embotar vuestros sentidos...al menos eso he oído.

- No puedo ir sola, no puedo...

- No tienes que ir sola - la plataforma comienza a pitar la Mathew la coloca encima agarrándola suavemente de los hombros tratando de que las lágrimas no cayesen por sus mejillas. - Confía en Snape.

- ¿¡Snape!? - exclama Hermione - No lo dirás en serio...Me ha amenazado, insultado, agredido...

- Él es el único que puede llegar a soportar esos castigos psicológicos, los ha estado soportando durante años y...aunque te pueda parecer extraño, no creo que te haga daño.

La plataforma comienza a subir y Hermione mira hacia los lados asustada.

- ¡Suerte Hermione! ¡No salgas de la plataforma hasta que te lo permitan!

La plataforma sube a través de un conducto totalmente oscuro hasta aparecer en una amplia explanada. A sus lados Hermione puede ver algunos tributos, entre ellos Lucius, que parecía muy concentrado. Desesperada, Hermione trata de encontrar a Ron con la mirada pero el chico no estaba al alcance de sus ojos.

Frente a ella estaba la cornucopia, el lugar donde debían estar las varitas y las provisiones. En principio no había ningún peligro a la vista. Ron debía estar al otro lado de la enorme infraestructura y por eso no era capaz de verle.

Hermione mira a su alrededor buscando algún lugar donde poder correr. Alrededor del pequeño claro se abría un frondoso bosque, donde sería fácil esconderse.

Los juegos del Lord [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora