Capítulo 3.

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Richie se escondió en el armario al tiempo que la madre de Eddie entraba en la habitación.

—¿Cómo estás, Eddie?— le preguntó su madre, inspeccionando la habitación como un escaner.

—Bien, mami— susurró este, intentando ocultar su nerviosismo—. ¿Se...se te ofrece algo?

La mujer sonrió.

—Sólo venía a decirte que estaré una hora más en casa de la tía Travis, pero, si te sientes mal o incómodo con ello, me quedaré a cuidarte.

Eddie negó rápidamente.

—Está bien, diviértete mamá.

Sonia Kaspbrak miró a su hijo por última vez con cierta duda, y el pequeño temió dejar de respirar en cualquier momento.

—¿No me das un beso, Eddie?

El aludido pudo respirar. Su madre se inclinó hacia el frente y él besó su mejilla.

—Adiós mami.

Ni Richie ni Eddie se movieron de donde estaban hasta que oyeron la puerta principal cerrarse.

El de lentes salió de su armario y Kaspbrak inhalo aire profundamente.

—Creo que es mejor que te vayas— susurró a Richie, mordiéndose el labio inferior, ya que no había palabras que quisiera decir menos que aquellas.

Richie asintió, comprendiendo, y avanzó hacia la puerta con cierta decepción. Eddie parecía no recordar la conversación que habían tenido hasta que Ursula 2.0- alias la madre del pequeño- interrumpiera.

"—Podemos ser novios..."

Pero antes de salir, Eddie detuvo su brazo. Richie sintió algo revolotear en su pecho, algo especial.

—Rich, espera.

Sus ojos bajo los lentes brillaron sin querer.

—¿Si, Eddie spagetti?— preguntó.

Entonces Eddie lo besó, posando sus manos con suavidad en el rostro de Richie, y este a su vez posando sus manos en la cintura del pequeño.

Cuando se separaron, ambos sonreían.

<<Al diablo con todo>>, pensó Richie, ya podía preguntarle lo otro más tarde.

                            ......

Bill salió de su casa al día siguiente y se encaminó al hogar de Stanley. Quería ir por Eddie también, le preocupaba su mejor amigo, pero si ponía un pie en el jardín de Sonia K, estaría frito.

El judío lo recibió con una media sonrisa y una mochila colgada al hombro. Hoy los perdedores saldrían de día de campo, si así se le podía llamar tender un vieja chal sobre los barrens y comer.

Aunque, a los seis que quedaban les daba igual el estado de la mantilla. Los barrens eran mucho mejor que el campo, o al menos, eso creía Bill.

—Hey Bill— sonrió Stanley, aunque lucía algo nervioso.

—H-ho-hola, S-Stanley— saludó de vuelta.

Caminaron juntos hasta casa de Richie. Bill arrastraba a silver mientras que Stanley cargaba con la comida.

Este último se veía nervioso, se frotaba las manos constantemente con cierto ¿miedo?.

—¿Estás bien, Stan?— preguntó Bill.

El judío negó y lo miró directamente.

—¿Está mal querer a alguien?— preguntó.

El corazón de Bill se disparó en latidos sin pausa.

—Cl-Cl-Claro, S-s-stanley— respondió, desviando la mirada.

El judío sonrió, abriendo la boca para decir algo más, pero Richie bocazas Tozier salió de su casa justo a tiempo.

—¿Que ibas a decir, Stan?— preguntó el bocazas—. ¿Nos ibas a cantar el Tóra?.

Justo a tiempo.

<<Iba a decir, que Eddie me gusta, bocazas>>

—Nada— susurró, y luego de eso Stanley guardó silencio.

                            .....

Eddie salió de su casa con una sonrisa y su inhalador al bolsillo. Había robado una de las tartas de manzana que su madre hacía para vender y llevaba tres zumos de naranja.

Se reunirían en los barrens para un día de campo, así que, mientras Sonia K tomaba una siesta, Eddie se escurrió fuera de su casa.

Se sorprendió pensando en Richie y solo eso lo sonrojó.

Iba embobado en esos pensamientos que no se dio cuenta de otro cuerpo frente a el hasta que choco.

—¡Eddie spagetti!

Bendito dios que era Richie y no uno de los famosos amigos de Bowers, cuyo nuevo líder era Belch.

—Sabes que odio que me llames así, Richie— dijo, y sin embargo no pudo contener una sonrisa.

El de lentes pellizco su mejilla.

—Se que te encanta, cariño— bromeó.

Stanley carraspeo.

—¿Nos vamos?.

—S-s-si, Ben y-y M-Mike, deben es-estar esp-p-perandonos— lo secundo Bill.

Los cuatro se encaminaron hacia los barrens.

Stanley miraba con cierto recelo a Eddie pasándola tan bien con Richie, y Bill miraba a Stanley intentando que el corazón no se le saliera del pecho.

Y entonces el momento fue interrumpido.

—¿Vais a alguna parte, maricas?

.....

Chan chan chan. ¿Que les pareció el capítulo?, ¿quieren una visita de Bev?, ¿algo en especial que les gustaría?.

Dejen sus comentarios, me dan ánimos para seguir.

💕🙈💕

Yo te cuido (Reddie).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora