Yo te cuido (Reddie).

Capítulo 1.

Eddie estaba por colapsar.

Luego de derrotar a Eso sus crisis asmáticas habían empeorado, las pesadillas y el miedo seguían presentes de día y de noche.

Había intentado ocultarlo. No hacía mayores esfuerzos e intentaba no alterarse demasiado, pero entre ocultarle a sus amigos y a su sobre protectora madre, había terminado por huir a los Barrens.

Odiaba ser tan débil.

Y ahí estaba, sentado sobre una roca cuando Richie Tozier hizo acto de presencia tomando al pequeño por sorpresa.

—¡Eddie spagetti!— el de lentes lo sorprendió por detrás tomándolo por los hombros.

Eddie dio un brinco y tropezó hacia adelante con las piedras. Casi se va de cara de no ser porque Richie logró sujetarlo en una maniobra rápida.

Eddie tomó su inhalador y aspiró, pero estaba vacío, cosa que lo desesperó un poco.

<<Intenta mantener la calma, Eddie>>, se dijo.

—Wow Edds— Richie lo miró con preocupación—. ¿Estás bien?

Eddie asintió, pero no lo estaba. Se encontraba tan cansado que las piernas le flaquearon y cayó de espaldas. El de lentes terminó por quedar sentado en el suelo con Eddie recostado sobre sus piernas.

—No pareces estar bien, Edds—frunció los labios pasando su mano con suavidad por el cabello del pequeño.

Y no lo estaba.

Cerró los ojos, intentando regular la crisis que venía, pero no funcionó.

Comenzó a ahogarse y solo pudo apretar el inhalador vacío.

¿Por qué tenía que ser tan débil?.

—Eddie, tu inhalador, deberías...

—Está vacío— lo interrumpió Eddie entre jadeos.

Richie se asustó de verdad.

—¿Qué...Qué hago Eddie?— le preguntó.

El pequeño tomó la mano derecha de Richie, apretandola con fuerza mientras jadeaba.

—R-ri-chie...n-o respi-ro...— jadeo Eddie.

El de lentes reaccionó.

<<¡¿Que haces so inútil?!, ¡ayuda a Eddie!>>

No había inhalador. No podía dejar solo para ir por ayuda, Eddie podía morir antes y no soportaría encontrarse con su cadáver.

Cerró los ojos, ahogando las lágrimas.

—Ri-Richie...

El aludido aspiró hondo y posó sus labios sobre los de Eddie, dándole respiración boca a boca.

Los corazones de ambos dejaron de latir un instante. Cuando Richie se separó de Eddie ambos sintieron el vacío de los labios del otro.

El de lentes ayudó al pequeño a acomodarse sobre sus piernas sintiendo el calor en sus mejillas. Eddie rompió a llorar y Richie lo ocultó en su pecho.

—Tengo miedo, Richie— sollozo Eds.

El de lentes le enseñó su mejor sonrisa y el asmático pensó que nunca había visto algo tan hermoso.

—Eds, no tienes porqué, no teniendome a tu lado— bromeó, pero luego sonrió con ternura y le acarició el cabello—. Yo te cuido.

Eddie lo miró entre lágrimas.

—¿Lo prometes?.

Richie asintió y secó con su pulgar una lágrima traicionera que se deslizaba por la mejilla del pequeño.

—Lo prometo, Eds.

Entonces Eddie puso sus manos sobre el pecho de Richie y lo besó. Fue un beso suave, dulce e inexperto, pero no hacía falta nada más.

Cuando se separaron Richie sonrió con picardía.

—Esto es mucho mejor que una promesa de sangre, ¿no lo crees?—rió.

Eddie le golpeó suavemente en el hombro con una media sonrisa.

—No seas idiota.

El de lentes tomó las manos del pequeño y le mostró una amplia sonrisa.

—Hagamoslo de nuevo, Eddie spaguetti.

Eddie sonrió.

—Creí que no lo pedirías nunca, Tozier.

Se volvieron a besar.

.....

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