Capitulo X✦

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  ➸ La felicidad es corta.  

El se acercó, de los nervios chocamos las narices, reímos avergonzados, yo estaba claramente nerviosa y a la vez anhelante.

Por fin, sus labios se tocaron con suavidad con los míos, sentía como mi corazón martillaba fuertemente contra mi pecho, y casi podía notar los de Hajime con mis dedos mientras me aferraba a su camisa. Sentía como cosquillaban las partes de mi cuerpo que Hajime tocaba, sentía que iba a explotar. De repente, La boca de Hajime poso un fuerte beso en mis labios, haciendo que mis labios se abrieran, logrando así que tímidamente, su lengua se colara en mi boca. Si sentía que iba a explotar después de eso, iba a sufrir un colapso mental. Mis manos se dirigieron al cuello de Hajime mientras apretaba mis puños ligeramente. La vergüenza de mover mi lengua era grande pero trataba de hacerlo, mientras disfrutaba de cada segundo. Aquel beso era muy torpe, descompensado, inocente. Ninguno de los dos sabía hacerlo, en especial yo, y sin embargo, Yo sabía que ningún beso con experiencia superaría este. Era la primera vez que sentía algo tan cálido, tan estimulante como esto. Mi primer beso.

Nos separamos, con la respiración entrecortada y agitada, mi corazón empezaba a disminuir su ritmo, pero al volver a mirarlo mi corazón empezó a latir otra vez. Mis mejillas se ruborizaron al verlo y las de él igual, y simplemente reímos.

—Por eso se que eres Virgen, ya confirme. Este beso fue lindo, tímido pero lindo. — Confesé. — Tu yia ya lo sabía, ¿Verdad?

— Si, por eso decía todo eso. — Respondió rascando su nuca avergonzado. —Aunque me ayudó se cierta forma.

—¿Si no hubiese sido por ella no me hubieses dicho? —pregunté.

—Sí, hay que agradecerle.

—Tus ojos brillan, —mire sus hermosos ojos cafés. — Ya sabes que dicen de eso.

—Si, ahora veo la vida a colores, por ti. — Me beso la frente. — Hay que salir, después de unos minutos.

Si pudiera detener el tiempo, este sería el momento indicado. Pero como no puedo tuvimos que salir de aquella habitación, la pequeña habitación donde me confesaste tus sentimientos, que acepte sin dudar. Al salir su mamá nos miraba con cara de victoria mientras extendía su mano hacia Hajime y este miraba hacia otro lado avergonzado, no sabía que pasaba hasta que ella hablo.

—Ya sabes lo que me debes. — Hajime busco algo en sus bolsillos y le entregó dinero, me quedé atónita, ¿Acaso apostaron?

—¿Ustedes apostaron? — Pregunté sin creerlo.

— Si, ella apostó en que tú corresponderían, y yo en contra.También parece que tendré que cocinar y hacer otras cosas para ella.

—Ven, vamos a relajarnos, —Me jalo del brazo llevándome hacia la sala. — el será el sirviente. —aplaudió llamando la atención de Hajime. — Por favor, tráenos té de manzanilla y unos pasteles, y que sea rápido. — Le ordeno a lo que yo reí, hasta mantel se colocó.

Al día siguiente la madre de Hajime me llevo al pueblo, mientras Hajime se quedaba limpiando y preparando el almuerzo, me fui disfrazada de su sobrina, y así ella me presento a todas sus amigas era incómodo, pero de alguna manera me provocaba un sentimiento, un sentimiento que siempre añore tener, ser apreciada, ser querida y que no me desprecien o maltraten. De un momento a otro me acorde de lo que paso anoche, me toque los labios, recordando cada sentimientos, cada choque eléctrico que recorrió mi cuerpo, cada toque, me ruborice al darme cuenta de mis sentimientos.

—Ustedes llevan una vida peligrosa, ¿Verdad?

—Sí, pero es por un buen motivo.- conteste tratando de sonar optimista.

—Su aspiración es demasiado alta, hasta podría decir inalcanzable. —Ella negó con la cabeza.— El es muy ingenuo, por eso te pido que lo protejas a toda costa, Por favor.- Me miró con lágrimas recorriendo sus mejilla. — Se que sueno egoísta, pero has que deje esa aspiración. — Se apoyo en mi. — Sólo quiero que mi hijo sea feliz, como cualquier madre querría, como mi hermana quería.

Sólo la observé, Hajime siempre me contó con inmensa energía en su corazón aquel objetivo, que aspira, que desea. Pero ahora su madre me pide, que le arrebate aquel sueño, por su bien.

—Tengan hijos, sean felices.

—Como pide eso, este mundo es cada día peor, por la guerra entre clanes, la que él quiere terminar, y en la que yo le quiero ayudar. Si le ayuda tiene que saber que ya estoy preparada para dar la vida por él y sus ideales. — apreté mis puños, mientras la brisa acariciaba mis mejillas.

—Serás una buena esposa. — Me acaricio la cabeza para después abrazarme.

—No diga tonterías. — Susurre avergonzada.

Al llegar Hajime seguía ordenado, se le da bien ser ama de casa, la tarde paso en un momento, es verdad lo que dicen "El tiempo vuela mientras te diviertes", subí a el techo a contemplar el cielo estrellado. Mañana en la mañana partimos, triste en verdad, pero así es el camino que decidí recorrer. El viento chocaba suavemente contra mi mejilla, mientras alborotarían mi cabello que ya comenzaba a fastidiar mi visión, recoja mi cabello en una cola alta mejorando mi visión hacia las estrellas.

Valía la pena, todo esto Valía la pena, arriesgar nuestras vidas por la paz del mundo, yo lo veo tan lejos, tan inalcanzable. Suspire pesadamente, y si no lo lográbamos, nadie sabría nuestro esfuerzo, nuestro deseo, nuestros intentos. Cada día entreno sin parar, tratando de alcanzar a Hajime, aunque lo intente, aunque lo añora, siempre observare tu espalda. Para eso estoy aquí para ayudarte a alcanzar tu objetivo, aunque necesitas mi vida, te la daré, para eso estoy en éste mundo, para ayudar a otros.

—¡Por fin! ¡Ya terminé! —Gritó mientras subía sin esfuerzo la pared. Tenía la misma sonrisa segura de siempre, haciéndome sentir mal ante tal seguridad frente a la.

—Que bueno. —Hablé o más bien susurre desanimada.

—Oye, ¿Qué pasa? — Preguntó viéndome preocupado.

—¿Esto tiene sentido? —Pregunté, sin prestar atención a su anterior pregunta.

—¿Que no tiene sentido?

—Querer acabar la guerra. — Lo mire directo a los ojos, que brillaban, llenos de vida, ¿Los míos también brillaron? ¿O alguna vez brillaron?

—Se que no tenemos idea de cómo hacer eso, pero en el camino algo se nos ocurrirá. — Me sonrió seguro de sí mismo, yo lo mire con el ceño fruncido.

—Pues piensa en un buen plan. — Levante la voz. — Se supone que estoy gastando valioso tiempo, en ti. — Pero igual volví a encogerme en mi puesto. — Pero no me importa. — Susurre.

—Eres muy tierna, ¿sabías? — río suavemente, a lo que yo me ofendí.

—¡Claro que no! ¡Soy una criatura del mal! —Me Levante de un salto.

—Siempre has sido así, no as escuchado el viejo dilema "Perro que ladra no muerde"— Se burló.

Me volví sentar. Ya se avecinaba octubre, se sentí en el ambiente, también se acercaba el cumpleaños de Hajime, que le regalaré, tiene que ser especial. Gire mi cabeza hacia su dirección, achine los ojos tratando de concentrarme, que clase regalo le gustaría. Sentí arder mis mejillas, seguro por mis pensamientos, me sentí avergonzada, ¿Por qué? Acaso Hajime puede leer las mentes, ¡no que yo sepa!, y si pudiera, y si tiene un jutsu, nahhh o si. "Probando, Hajime si me escuchas telepáticamente responde", no hizo nada significa que no lee mentes, que alivio.

Y nos marchamos de la casa de la única familia que tenia Hajime. 

Juventud Eterna ||Naruto|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora