Juventud Eterna ||Naruto||

Capitulo IX✦

  ➸El fin y un nuevo comienzo.

—¡¿Que?! —Fue lo único que pronunció Hajime.

—Asi es puto vine a salvarte.

Mei llena de ira tiro a Hajime aún lado, y me enterró el Kunai en el estómago, escupí sangre y retrocedí unos cuantos pasos, agarré el Kunai y lo saque de mi estómago.

—Eso... Es todo lo que tienes. — Me burle.

—Eso Solo era una muestra

Me puse una mano en mi abdomen aplicándome jutsus médicos, pero Mei se me acerco lista para golpearme. Lo impedí, mirándola directo a los ojos, agarré su brazo con el que me iba a atacar y se lo torcí logrando sus gritos.

—¡Agh! ¡Suéltame! —gritó ella.

Desesperada por el dolor me patio la herida, ni me inmute ya estaba cicatrizando gracias al Iryō Ninjutsu , me dolió pero no tanto como para dejarle ir.

—Tal vez Eso no te detuvo pero esto lo hará—Formó algunos sellos con las manos. —Te lo aseguro.

El gran dolor de mi mano regresó, entonces ella es la que lo causa. La solté, y ella me patio.

—¡Vamos que quiero escuchar tus gritos! — Me pateó varias veces. —Que testadura.

—Talvez sea mala ninja, pero resito mucho el dolor.

Otra vez me patio, Hajime se paró y le dio un puñetazo a Mei, quería ver más pero tenía un dolor en qué preocuparme.

—En estos momentos, solo quisiera desmayarme.

Grité, el dolor se agudizó, no creo soportar dos heridas a la vez, recordatorio practicar más "ninjutsus médicos".

—Déjame ayudarte. — llegó de repente Hajime, no proteste, ahora recibiría ayuda de cualquiera solo para parar este dolor.

(......)

—Eres el idiota más grande que conozco. — La conteste sincera. — Cuantas veces te he dicho que no puedes confiar en nadie.

—Ninguna. —contestó.

—Pues eso no él lo que importa en estos momentos, ¿Que es lo que aprendiste? —la pregunté.

—Que no hay que confiar en nadie. — Respondió.

—Aja, que más.— Insistí.

—Y... Que siempre tienes razón.

—Exacto. Y ahora, ¿Que me debes?

—Que sea tu sirviente.

—orrecto otra vez, dime que comes que adivinas. —Reí. — Te salve de una loca que se convirtió en tu novia, me golpeaste, pero al final te salve de perder tu virginidad y tú vida

—Y estoy completamente agradecido. — Se inclinó. —Oh dígame mi valiente Caballera como puedo agradecerte.

—Primero te la devuelvo. — La patee justo en su punto débil, oh es tan hermoso ver como se retuerce. —Así se sintió, o eso creo. —Lo volvi a patear, y una ultima vez. —ahora quiero ramen plebeyo.

—Me lo meresco,--Chillo.—Pero perdóname, perdóname porfavor, fui la peor persona contigo.

(.......)

Tan fácil lo perdone, después de que hirió mi pobre corazón, gracias orgullo, gracias por abandonarme cuando más te necesito. El amor es un puto asco, ves como me hace actuar, tengo que tener menos sentimientos.