Capítulo 7 | Narra Aida
Le gusta. A Maribel le gusta mi novio, pude verlo en su rostro cuando nos encontró a punto de besarnos. Pude ver su entusiasmo desvaneciéndose y sus labios apretándose. Y aún así, me siento culpable de sentir estos celos porque esa mujer está dentro de ese salón para ayudarlo. Me siento culpable por tener que aguantar las ganas de ir y jalarla fuera, para luego recordarle que ese hombre tiene pareja. Me siento culpable de sentir nauseas y el pulso subiendo porque lo toca, cuando es algo que necesita hacer para ayudarlo.
Ni siquiera cuando mi celular comienza sonar puedo dejar de recorrer la sala de espera. Lo saco de mi bolsillo y lo llevo al oído, sin determe ni un segundo. Sin mirar la pantalla.
― ¿Qué estás haciendo? Llevo media hora esperándote. ―se queja mi amiga desde el otro lado de la linea
―Sí, sé... yo...
―Sigues en el hospital ―concluye―. No hay quién te haga entrar en razón. Aida, no puedes vivir ahí, tienes que salir a tomar aire, a despejarte. Lo encontrarás cuando vuelvas. A ver, dime qué vas a hacer cuando tenga que regresar a su casa. ¿Te vas a mudar con él?
Renata me acaba de poner pensativa sin proponérselo. Es cierto, cuando Mauricio deje el hospital, quizá ya no pueda estar tanto tiempo cerca... De hecho, estaré aún más aterrada cuando no vaya a estar cerca. Ya no habrá médicos y enfermeras que lo cuiden. Por cierto ¿quién lo cuidará?
― ¡Aida!
Yo. Yo podría cuidarlo. El problema es que no soy su persona favorita en estos momentos...
―Si ya no quieres venir, está bien. Pero te aconsejo que-
― ¿Sería una locura mudarme con él? ―inquiero
Silencio. Me lo voy a tomar como un sí.
―Es poco probable que él lo acepte ―opina finalmente―. Más aún cuando... ya sabes, las cosas...
―Más aún cuando por mi culpa está así... ―corrigo
―Sin embargo no pierdes nada si lo intentas.
―También tendría que hablar con sus padres, llegar a un acuerdo acerca de otras cosas como- O sea no puedo quedarme gratis. ¿Me explico?
―No sé si debas preocuparte por eso. Estarías ahí para ayudar a Mau, todo sería más fácil para ellos, casi les harías un favor porque podrían ocuperse de otras cosas como el trabajo y... estarían tranquilos, su hijo estaría con alguien de confianza.
―Falta convencer al hijo... ―murmuro algo desanimada
―Sí, pero ya luego lo intentas. Ahora deja ese lugar y acompáñame a ir de compras.
Le echo un vistazo al pasillo. Ahí, en uno de los salones, esa rubia está tocando a mi novio. Debe encantarle. Me cuesta mucho salir al saberla ahí pero... no me queda de otra. Eso de arrastrarla por el pelo no es buena opción. Nunca es buena opción.
. . .
Apenas llevamos diez minutos deambulando por el centro comercial y ya quiero regresar al hospital. Todo este bullicio me fastidia, todas las tiendas pasan desapercebidas. Renata me dijo que aprovechara pero comprarme cosas es lo último que haría.
― ¡Ahí! Mira, hay rebajas.
Oigo la voz algo entusiasmada de mi amiga pero no me tomo la molestia de descifrar lo que dice. Con la mente en otra parte, solamente la sigo... a donde sea que quiera ir. Y parece que nos estamos dirigiendo a una tienda de zapatos.
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Mientras no me perdones © |COMPLETA|
RomanceEn más de una ocasión, Aida consideró la posibilidad de separarse de Mauricio. Después de un accidente, que ella misma causó, lo único que quiere es luchar por él. Pero ahora es Mauricio quien complica las cosas. Mientras él no perdone, tendrán una...