Capítulo 23

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🥁

Subiré los últimos tres capítulos. No se salten ninguno por favor. 😅

Capítulo 23 | Narra Aida

—No me mires así, lo digo en serio. —aclara Mauricio, rompiendo el silencio que había dejado atrás su confesión

—Me sorprendes. O sea, de una manera muy agradable.

—Aida, te amo con toda mi alma. Además, yo tampoco fui perfecto-

—A ver —interrumpo—, si nos ponemos a calcular, yo hice peores cosas que tú. Encima ¿qué hiciste? Me dejaste porque te condené a vivir postrado en una cama y a lidiar con una terapia muy difícil. ¿Cómo voy a juzgarte por eso?

—No estamos competiendo para ver quién se equivoca más. El punto es que se juntaron cosas pesadas y no supimos... actuar. Con el primer tropiezo, lo nuestro salió dañado. Pero en una relación hay que aprender a enfrentar las cosas. Hay que aprender a perdonar.

Me quedo analizándolo con detenimiento, mientras mi cerebro procesa sus palabras. ¿Será que sí valió la pena hacerme ilusiones? ¿Será que Mauricio de verdad quiere darme otra oportunidad? Pero si... dijo que no sabe si me perdonó.

—Quiero estar contigo. —afirma, tomando mi mano

—Tienes que estar seguro de eso. Yo... no quiero emocionarme para luego ver que no va a pasar.

—Aida, yo fui insoportable. Y seguiste a mi lado, me cuidaste, me amaste, me aguantaste. Me diste mil razones para dejar atrás cómo había pasado el accidente, para luchar y reponerme... Y fui un amargado insoportable. Te lastimé con mi actitud. Te castigué demasiado.

Hago amago de decir algo pero alza la mano.

—Déjame terminar —pide—. Reconozco que lo de tú y Carlos me dejó hecho pedazos pero... muy en el fondo siempre estuve consciente de que yo mismo hubiera podido impedir que llegáramos a semejante extremo. Y cuando se me quitó esa rabia inicial, supe que tenía mil motivos para perdonarte.

—Que me hayas dejado, no me daba el derecho de meterme con él.

—Pero esa no era la manera... Debí dejarte desde un principio u luchar hasta al final. Pero bueno, ahora ya no tiene sentido hablar de lo que pudo haber sucedido. Quiero hablar de lo que pasará desde ahora en adelante.

Por un instante bajo en la vista en su mano, que ahora aprieta más la mía. Todo esto es demasiado lindo. Ese hombre gruñon e intolerante me estás diciendo todas estas cosas, me está ofreciendo lo que tanto he soñado.

—Antes del accidente querías terminar por una tontería —me recuerda—. Pero cuando algo realmente serio nos pasó, estuviste ahí.

—Antes yo era una tonta. Ya te lo había dicho.

—Luego el tonto fui yo. Por no saber valorar... Más bien, por no saber mostrarlo.

—Ya deja de culparte por cosas. Con toda esa rabia que llevas dentro, aun lograste tratarme bien. Mauricio... ¿esto es una reconciliación?

—Si tú también lo deseas. —replica sonriendo

Dios. Por supuesto que lo deseo. ¿Tiene idea cuánto me cuesta suprimir las ganas de sofocarlo con un abrazo y luego saltar como loca?

—No lo puedo creer. —pienso en voz alta

—En este caso...

En vez de acabar la frase, se inclina despacio y en cuanto siento su respiración sobre mi piel, adivino sus intenciones. Decido ayudarlo así que termino siendo yo la que elimina la poca distancia que hay entre nosotros. Quizá con demasiada rapidez, no me importa. Lo único que importa es que ahora sus labios están probando los míos, enseñándome de la manera más correcta y dulce que me han extrañado.

Mientras no me perdones © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora