Capítulo 18

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primer capítulo de hoy 

Capítulo 18 | Narra Aida

Decir la verdad es siempre la mejor opción. Sin embargo, mi verdad acaba de derrumbar al hombre que amo y yo no puedo hacer nada más que asistir impotente. He imaginado su reacción una o dos veces y fue muy parecida a la que tiene ahora. Está callado, está tratando de contenerse y me está mirando justo como esperaba que lo hiciera. Lo he dejado perplejo —porque sé que jamás hubiera esperado algo así de mí parte— y roto.

Yo tampoco esperaba algo así de mi parte; no esperaba caer tan bajo, no esperaba ser tan débil y tonta. Fue un error. Un maldito error y no puedo expresar con palabras lo arrepentida que estoy de haberlo cometido. Y lo mucho que me duele haberlo herido.

—Apenas cortamos y buscaste consuelo en otros brazos.

Así que ésta es su conclusión.

—Y ese desgraciado no desperdició su oportunidad —añade—. A lo mejor por eso me sugirió que terminara contigo. Para sentirse menos culpable si se revolcaban porque técnicamente ibas a ser una mujer libre.

— ¿¡Carlos te sugirió eso!?

—Pero no le funcionó. Hace rato estaba hundido en la culpa y ni tuvo el valor de confesar.

No puedo ignorar la manera en la que sus emociones impactan sus palabras, su tono. Y no puedo soportar su dolor. Me dan ganas de tumbarme a su lado, de abrazarlo, de consolarlo de alguna manera. Pero es obvio que sería pésima idea. Así que ni siquiera me muevo.

—Nunca hubiera esperado esto de tu parte... —confiesa— Quizá no tenga el derecho de reaccionar así porque yo mismo le puse fin a lo nuestro... Pero no lo puedo evitar. Duele, caray. Me siento traicionado y creo que es lo peor que he sentido en la vida.

No hago más que asentir. Lo entiendo perfectamente.

—Di algo, Aida.

—Perdón.

—No necesito que me pidas perdón. ¡Necesito que me hagas entender esto! ¿Por qué llegaste a ceder?

—Estaba... mal. Estaba confundida, enojada, dolida. Él me estaba consolando y de repente me besó. Sólo me dejé llevar, quise mandarlo todo a la mierda, quise olvidarme de todo, incluso de ti. Y no sé si me crees pero si hubiéramos estado juntos, no habría hecho nada. Pero tú habías decidido que lo nuestro era historia... así que ¿qué me detenía? Nada.

—Entonces-

—Espera —interrumpo—. Aún así, me sentí horrible. Aún así, me arrepiento de haberlo hecho. Y siento que te he traicionado. Estábamos separados pero nuestros corazones... se siguen amando.

—Soy el rey de los imbéciles por haberte dejado.

Dios... que no me diga esto ahora cuando lo nuestro ya no tiene arreglo, cuando la rabia y el dolor me ayudaron a cometer semejante estupidez.

—Fue para no hacerte daño pero terminé lastimándote más —agrega—. Y luego tú terminaste...

—Terminé lastimándote a ti. —completo

—Todo empezó por mi culpa, por mi incapacidad de disculparte por el accidente. Desde ahí, todo se fue al demonio. Y temo que ya no hay marcha atrás.

—Sí, supongo que no la hay, nos hemos hecho mucho daño. Tú con dejarme, yo con-

—No sólo con dejarte —me corrige—. También por no poder superar ciertas cosas.

Mientras no me perdones © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora