Mateo
Dos largas y aburridas semanas habían transcurrido después de mi accidente en la competencia, había sufrido la vergüenza de que mi madre fuera a dejarme y recogerme a la universidad pues con mi brazo vendado no podía hacer mayor cosa, debía sostener mi bastón, llevar mi bolsón, carpetas de trabajos y con un solo brazo me era imposible, Jacob se había ofrecido en llevarme, pero últimamente el instinto de " leona protectora " de mi madre se había intensificado.
Los días eran monótonos y aburridos para mi, era una tortura no poder entrenar... ademas, Jacob junto con el entrenador me habían prohibido llegar los días que los chicos del equipo entrenaban, no era como que yo también lo haría pero me era un poco gratificante escuchar el sonido del agua siendo golpeada pero según ellos, estar ahí, solo lograba alterarme y deprimirme más.
--Llegamos, cielo -- dijo mi madre aparcando el auto, sabia que habíamos llegado, el sonido de las voces de los estudiantes me lo decía
Sentí como mi madre trataba de desabrocharme el cinturón de seguridad, de inmediato fruncí mi ceño y la detuve .
--Yo puedo, no soy inútil, mamá ... -- escuche como un suspiro de tristeza broto de su garganta haciendo que me arrepintiera de haberle hablado de esa manera, pero estaba un tanto cansado que esas dos semanas me tratara como un bebé, siempre había sido así en mi familia, pero esa vez exageraron.
--Por favor cualquier cosa llámame, Mateo -- asentí rodando mis ojos, aunque ella no pudiera verme pues llevaba mis gafas oscuras Ray-Ban --Vendré por ti a las cinco de la tarde, después de recoger a tu hermana
--Mamá... me iré con Jacob -- sin esperar su repuesta, busque la maesilla del auto para abrir y cuando la encontré salí rápidamente
--Esta bien...-- escuche decir desde adentro del auto, fruncí el ceño tratando de descifrar sus palabras
--¿Esta... esta bien?-- pregunte aún sin creer, escuche un resoplido de su parte
--Si hijo, esta bien, solo por favor dile que no conduzca como ebrio siendo perseguido por la policía-- reí ante eso --Y no llegues tarde a casa
--Mamá ...
--Esta bien... llega tarde, pero no exageres-- asentí feliz y cerré la puerta del auto
Extendí mi bastón blanco y lleve mi bolsón a mi hombro sano, respire profundo escuchando el sonido de las voces y las pisadas de las personas que corrían, camine un poco moviendo mi bastón de lado a lado. Conocía la ubicación de mi facultad y de los salones donde llevaba mis clases, tengo un buen sentido de la orientación, claro, al inicio alguien debía mostrarme los caminos y atajos, luego de un tiempo memorizándolos, podía hacerlo solo con la ayuda de mi fiel amigo, el bastón.
Camine un poco más pero me detuve al sentir que mi bastón choco con algo, me hice a un lado para seguir mi camino pero volví a chocar, escuche una pequeña risa y fruncí mi ceño, no era algo, era alguien.
--No es gracioso, seas quien seas -- mi voz salio un tanto molesta y segura, odiaba a las personas que se trataban de burlar de los demás
Me moví un poco para poder pasar y si esta vez me lo impedía de nuevo, juro que le estrellaría mi bastón en la cara, pero me tense al sentir como la persona se acercaba más a mi y se colgó de mi brazo.
--¡Mateo! -- escuche esa voz tan conocida por mi --¡No sabes cuanto te he extrañado!
--¿Marie? ¿eres tú? --pregunte sin poderlo creer
--¡Si tonto! ¿quien más? --se acerco a mi y dejo un beso en mi mejilla, sonreí más que feliz por volverla a escuchar
--¿Cuando volviste? ¿porque no me has avisado? --la aleje un poco de mi y la abrace, mi bastón callo al suelo pero no me importo
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Tu Amor En Mi Oscuridad
RomanceMateo Harris un chico de 22 años, apasionado por la natación pues desde muy pequeño sus padres decidieron que eso seria una magnifica terapia para el joven, el cual nació con una enfermedad que poco a poco lo iba dejando sin vista, hasta que a sus 5...