Capitulo 23

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Continuación.

Actualidad.

Termine de contarle mi historia a Ela, ella se mantuvo callada y por un momento pensé que se había dormido con mis palabras pero después me di cuenta que no era así, ella estaba en verdad atenta a cada suceso que le contaba. Cuando dije la ultima palabra la atraje a mí y le di un beso en su sien, escuche como sorbió su nariz y alce mis cejas para luego acariciar su brazo.

--¿Por qué lloras, pequeña? --Ela negó en mi pecho, encogió sus piernas y las pego más a las mías

--¿Quien esta llorando? ¡yo no estoy llorando! --su voz congestionada me hizo reír suavemente. La abrace aún más fuerte y la pegue a mi cuerpo

--Tú... tú estas llorando y no digas que no ¡eh!

--No estoy llorando, es solo que... es solo que... --alce mis cejas y me reí de ella pues no encontraba una excusa, comencé a acariciar la cima de su cabeza con mi barbilla

--No busques excusa porque no la hay... --inhale el delicioso aroma de su cabello y ella se estremeció en mi cuerpo

--A ti no puedo mentirte ¿no? --preguntó pegada en mi pecho, negué en su cabeza y ella suspiro un poco --Sí, estoy llorando pero no por lastima sino porque... tu historia me a hecho pasar por todas las emociones existentes, tu historia es la más hermosa... --su voz se escuchaba ahogada por mi pecho, acaricie su espalda y comencé a dejar besos en su cabello --Me has demostrado lo valiente que eres, me has demostrado que cuando te propones algo lo logras y eso hace que mi amor por ti crezca sin medida, me has demostrado que eres un ser lleno de paz, de paz y amor, me has demostrado que en tu corazón no hay lugar para el odio y eso es una tremenda lección para mí... ¿sabes? ahora estoy mucho más enamorada de ti...

Sonreí más que feliz, me acomode y bese su sien mientras ella acariciaba mi pecho, ahora me sentía desnudo ante ella pero no me era incomodo, es más, me era gratificante y sentía como si un costal de papas se había ido de mis hombros.

A nadie le había contado a profundidad mi historia como lo había hecho con Ela, contarla era como abrir heridas pasadas en mi corazón, pero ahora me daba cuenta que esas heridas, ya habían cicatrizado y no dolían como antes.

--Cariño... --me llamó con su dulce voz

--Mmmm... --articule, de lo más cómodo y con mis ojos cerrados por la paz que invadía la habitación

--No sé si cabaré mi propia tumba al pedirte esto pero... ¿puedes contarme que paso con Cristie? --dijo tímida jugando con la manga de mi pijama, inmediatamente abrí mis ojos como platos, jamás imagine que Ela me pidiera eso

--Ya te lo he contado, pequeña... --acaricie su brazo y ella negó en mi pecho haciéndome un poco de cosquillas en mi brazo con su larga cabellera

--No así... quiero conocerla a profundidad...

--¿Estas segura? --asintió frenéticamente en mi pecho

--¡Más que segura! bueno... no lo sé pero, al menos eso creo... --alce mis cejas pues ella misma se enredaba con sus palabras --Bueno, considero que soy lo suficientemente madura para conocerla

Suspire un poco y la atraje más a mi costado, bese su sien y luego clave mis ojos a la nada, sentía un poco de temor de contarle esa fase de mi vida y no porque pensara que Ela se molestaría y se pondría celosa de algo que ya había pasado, sino más bien, sentía temor porque sabía como era Ela y al conocer esa historia, quizá llegase a odiar mucho más a Cristie y no quería eso, no quería que su corazón se llenara de odio por alguien que simplemente era un cero a la izquierda en nuestras vidas.

Tu Amor En Mi OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora