Tu Amor En Mi Oscuridad

Capitulo 24

Ela 

No podía negar que el odio había invadido cada partícula de mi ser al escuchar cada cosa que la muy... maldita de Cristie le había hecho a Mateo, ¡a mi Mateo!. Con el tiempo me había dado cuenta que habían personas en este mundo que no merecían sufrir y mucho menos por alguien que no supiera valorarlos ni en lo más mínimo, y creía con toda certeza, que Mateo no se merecía sufrir de esa manera, ni hoy ni nunca. Estaba de más decir que Mateo era un ser lleno de luz, lleno de amor, lo pacifico lo caracterizaba en gran manera y era por eso y más que no merecía nada de lo que en su paso le aconteció, más sin embargo, consideraba que todo lo que sucedía era por alguna razón que a la larga te haría fuerte.

Yo si estaba orgullosa de Mateo, más que orgullosa, y aunque debía admitir que en un inicio no estaba acostumbrada a que las personas clavaran sus ojos en nosotros cuando caminábamos por la calle, ahora eso ya se había vuelto común para mi, me sentía como una celebridad que captaba todas las miradas del publico, porque si, prefería pensar eso antes que pensar que nos veían por el hecho que Mateo era ciego.

El día de viajar a casa de mis padres estaba cada vez más cerca, para ser exactos, seria el día siguiente. Nos iríamos temprano aunque en auto nos llevábamos tan solo una hora de camino - si todo marchaba bien, por supuesto - Northfield no quedaba tan lejos de Minneapolis pero la verdad se me apetecía llegar temprano a casa y disfrutar con mi familia y con Mateo desde luego, anhelaba desayunar al lado de mis padres y recorrer cada rincón de mi antiguo hogar como solía hacerlo antes. 

La idea era irnos viernes por la mañana y regresar domingo por la tarde, estaba emocionada pues mis padres conocerían a Mateo y él conocería a mis padres.

Salí de la sala de emergencia pues horas antes habían llegado dos ambulancias al hospital. Una pareja de novios fue brutalmente golpeada por un camión de carga mientras iban en su auto, la chica en lo que cabe se encontraba estable pues el camión dio directo al lado contrario donde esta venia, en cambio el pobre chico, había recibido el golpe directo causándole una hemorragia interna que lo hacia debatirse entre la vida y la muerte, y sumando a eso, una fuerte lesión en su columna vertebral que no daba buen pronostico. Todo el tiempo estuve en esa sala con un par de compañeros y otros estudiantes de la universidad vecina, ayudamos a trasladar los cuerpos y a poner suero intravenoso, al menos a la chica pues su novio ya estaba en sala de cirugía. 

--Estuvo duro ¿no? -- me dijo uno de mis compañeros, se quito la mascarilla y la dejo en el bote de la basura, le sonreí un poco y asentí mientras yo me quitaba la bata 

--Si... y eso que nosotros tan solo ayudamos un poco...-- le dije, él chico asintió y salio del lugar dejándome sola 

Estaba demasiado agotada, había salido de mi casa a las seis de la mañana para ir a clases y luego entrar a las dos de la tarde al hospital para salir quien sabe a que horas de ese lugar, a penas había comido un poco y no porque no tuviese hambre, sino porque no tenia tiempo. Mateo no había venido estos días al hospital a almorzar conmigo, porque él también estaba demasiado corto de tiempo, era por eso que anhelaba esos tres días de vacación en mi hogar junto a él y mi familia. 

Me deje caer en una de las sillas de la sala de espera y tome un poco de aire, moría de sueño, aunque a decir verdad últimamente tenia más sueño que nunca. Tenia mis parpados cerrados y mi cabeza descansando en la fría y pura pared cuando mi celular sonó en el bolsillo de mi uniforme color celeste, lo saque, me talle un ojo con mi mano y luego bostece, desbloquee mi celular y antes de todo, vi la hora, eran las seis de la tarde, luego vi la notificación y era un mensaje de mi chico, rápidamente me erguí en el asiento y la sonrisa se implanto en mis labios. 

De. Mateo 

Hola hermosa ¿como vas? los chicos han planeado ir a cenar a la pizzeria amore ¿nos encontramos ahí? hemos quedado a las 7:30 pm, Jacob pasara por mi.