Capitulo 25

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Ela

Todo iba bien, ya faltaba poco por recorrer, y parecía que la suerte estaba de nuestro lado, pero eso, solo era una equivocación.

Menta comenzó a hacer movimientos extraños, algo así como si estuviese convulsionando, perdió fuerza y empezamos a quedarnos en medio de la carretera, mi cerebro se activo de inmediato y decidí hacerme a la orilla para estacionarlo y revisar que era lo que le pasaba a mi auto, a duras penas llegamos y Menta se apago haciendo un ultimo movimiento brusco.

--¿Que fue eso? --Mateo frunció el ceño, se acomodo un poco en el asiento irguiendo su espalda mientras yo intentaba encender a Menta de nuevo

--No lo se... ¡esto no enciende!-- comencé a girar la llave para encenderlo mientras apretaba una y otra vez el acelerador, pero apenas intentaba hacer el esfuerzo de encender y luego volvía a morir --¡Esto no esta yendo bien! --golpee con fuerza el timón, Mateo se sobresalto y deslizo su mano por mi pierna para pronto, hacer un camino y llegar hasta mi hombro 

--Tranquila, todo estará bien ¿si?-- no le conteste, solo pude bufar con frustración --Ela, todo estará bien ¿si?-- volvió a decir 

--No lo creo... --susurre, pero él logro escucharme pues frunció un poco sus labios.

Mateo comenzó a acariciar la punta de mi cabello, quizá intentaba calmarme con eso, luego bajo su mano, me tomo del brazo para toparme a él y agarrarme abrazada, recosté mi cabeza en su hombro y deje escapar un suspiro

--Todo en la vida tiene un lado bueno... --menciono, fruncí un poco mi ceño y luego sonreí un tanto divertida, era como si estuviese en su momento de filosofar

--¿Ah, si?

--Si... --me levente un poco de su hombro y me encontré con su vista al frente --Cada desgracia que encuentres en el camino, llevara en ella la semilla de la buena suerte del mañana, esas fueron las palabras de Og Mandino-- fruncí mi ceño y mordí mi labio inferior para no estallar en risa

--Pero que profundo... --Mateo asintió con una dulce sonrisa sin dejar de ver al frente --Pero... ¿que puede ser el lado bueno de esto?-- su mano me sujeto con mayor presión haciendo que me pegara a su pecho, dejo un beso en la sima de mi cabeza mientras yo tenia una de mis manos en su pierna

--El lado bueno de esto, es que... tu y yo estamos acá, varados en medio de la calle, pero juntos-- se dibujo una sonrisa en mis labios y no lo pensé dos veces para abrazarlo con mayor fuerza, Mateo se echo a reír y volvió a besar la sima de mi cabeza --También que esto puede ser una divertida anécdota para el futuro ¿no lo crees?

Sonreí con amplitud, pues cuando él mencionaba el futuro, me era inevitable no imaginarnos juntos, casados y con un par de criaturas formadas por nuestro amor. Sonreí al imaginar esa escena, nuestros pequeños sentados en la alfombra y Mateo contándoles como un día, sus padres quedaron varados en medio de la nada, en su primer viaje solos.

--Lo creo, cariño... --subí un poco mi rostro y le robe un pequeño beso --Pero ahora debemos pensar que hacer, si nos quedamos acá, moriremos congelados y... no habrá futuro --hable pegada a él y rosando nuestro labios, Mateo negó con una divertida sonrisa en sus labios mientras sus ojos estaban cerrados

--Eres un caso Ela... yo intento animar esta situación y tu... tu hablas de muerte-- dijo con una notorio tono divertido, le plante un beso fugaz en los labios y me separe de él

--Ya vengo -- le anuncie, abrí la puerta, pero antes de salir su voz me detuvo

--¿A donde vas? --volví a verlo y tenia su ceño fruncido, lleve mi mano hasta su pierna y le deje un leve apretón

Tu Amor En Mi OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora