No me puedo creer que Adriana esté tan celosa por una chica a la que no le echo cuenta. Parece una cría. Al principio me parecía divertido verla ponerse así, pero ya se estaba pasando de la raya.
Estaba subiendo las interminables escaleras para llegar hasta la azotea del hotel, me encanta ver las vistas de la ciudad desde allí y me ayuda a relajarme. Entonces escucho la voz de Bárbara que me llama a la carrera.
-Déjame Barbie, no estoy de humor.
Bárbara consiguió alcanzarme y se puso a mi lado, jadeante.
-¿Tu novieta a vuelto a hacerte una escenita de celos?
-No es mi "novieta", es mi novia -contesto con dureza-. No te voy a permitir que le hables mal -continué sin detener mi camino.
De su cara se desvaneció la sonrisa y puso ojos tristes. Para tener 19 años parecía más niña por como se comportaba a veces.
-Lo siento. No entiendo por qué se pone así -habló ahora más relajada.
-Porque me estás tirando los tejos, ¿quizás? -respondo con sarcasmo.
-No puedo evitar que me gustes.
-Pues deberías evitarlo. Tienes que respetar que esté con ella. La quiero y no la voy a dejar ni por ti ni por nadie.
Si esto es lo que Adriana quería que hiciese lo ha conseguido. Ya me cansa este jueguecito.
-No me negarás que te gusto.
Me paré en el descansillo de la cuarta planta. Me sentía ya cansada y aún me quedaban cuatro plantas más. La miré con el ceño fruncido mientras ella sonreía pícara.
-No. No me gustas -respondo cruzada de brazos y sin ningún atisbo de duda.
Y es la verdad. Aunque le duela, ella no es el tipo de persona con la que estaría. Demasiado superficial, prepotente, creída. Yo ya superé esa fase de mi vida, no quiero volver a repetirla. A pesar de mi rotunda respuesta Bárbara no deja de sonreír, y empieza a acercarse a mi con lentitud a la vez que me mira seductora.
-Vamos, Laura. Estoy segura de que si te beso ahora mismo no me echarías atrás.
-Te equivocas otra vez.
Le hablo con seguridad, estoy muy tranquila, para nada me pone nerviosa esta situación. Mis sentimientos hacia Adriana son bastante claros y nadie me puede cambiar eso. Sin embargo, Bárbara es insistente. Se ha puesto a centímetros de mi cara y comienza a inclinar la cabeza con la clara intención de besarme, entonces giro la cara a un lado. No iba a permitir que hiciera eso, y a continuación emprendí de nuevo mi camino hacia la azotea.
Bárbara rió forzosamente tras de mi, sabía que no le había hecho ninguna gracia lo que acababa de hacerle, pero no me importaba en absoluto.
-No, Laura Gómez. Tú no vas a hacerme esto.
¿Qué está diciendo esta chica? Me vuelvo para mirarla incrédula ante sus palabras, entonces corre hacia mi y me agarra con fuerza de la cara para besarme. Rápidamente trato de esquivarla, pero ya es tarde, me está besando, así que la empujo por los hombros sin miramiento alguno hasta lograr separarla de mi. Después me limpio la boca con la manga de mi camiseta sintiéndome asqueada.
-¡Estás loca! Que no quiero nada contigo, a ver si te entra en la cabeza. Que estoy enamorada...
-De mi.
Al oír la voz de Adriana me asusto, esto es lo que menos hubiera querido que viera.
-Adriana, no he hecho nada, te lo juro -le digo caminando hacia ella elevando las manos en señal de paz.
-Lo sé, tranquila. Lo he visto todo. Había venido para hacer las paces contigo, pero creo que antes voy a tener que arrancar unos cuantos pelos a cierta niñata para nos deje en paz de una vez.
Adriana se abalanza de pronto contra Bárbara y la coge con fuerza de los pelos. Tardo un segundo en reacción, sorprendida por esta repentina actitud de Adriana, pero finalmente la agarro como puedo para intentar separar a ambas.
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Sobrevive como puedas (Trilogía "Como puedas". Tercera parte)
RomanceAdriana y Laura encontrarán refugio en los Rebeldes. Todos unidos harán frente a la guerra y lucharán porque el mundo vuelva a la normalidad. ¿Serán capaces de conseguirlo?