Capítulo 14

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Laura y yo nos miramos con miedo en los ojos, vamos en la furgo junto a más rebeldes en dirección al Palacio de Linares. El trayecto se me hace eterno. El cosquilleo en mi estómago por la adrenalina no cesa y se incrementa al pensar a dónde nos estamos dirigiendo. Me tiemblan las manos mientras sujeto con fuerza la metralleta que nos han dado a todos. Repaso mentalmente el plan que nos explicaron ayer mientras paso una mano por mi cuerpo asegurándome de que tengo un cuchillo enfundado en mi pierna, una pistola más pequeña en la parte de atrás de mi cintura y dos bombas de humo y gas a cada lado de mi cintura sujetadas por el cinturón del pantalón de camuflaje que nos han dado los Guardianes. Parecíamos realmente soldados, solo nos faltaba pintarnos la cara con rayas negras. Laura nota mi nerviosismo y me sonrie con fingida seguridad para tranquilizarme, pero sé que ella está igual de asustada que yo.

Cuando por fin llegamos la furgoneta frena y el que conducía nos abre la puerta para que vayamos saliendo mientras nos pide silencio. La brisa de la noche hace que tiemble aún más. Estamos en una calle a pocos metros del Ayuntamiento. Junto a nuestra furgoneta, muchas más están allí paradas bajando el resto de rebeldes y guardianes. En seguida nos formamos en filas como nos habían explicado y cojo una gran bocanada de aire, entonces Laura me da un apretón en la mano respirando ella también. Los Guardianes nos dan el pistoletazo de salida y empezamos a correr en dirección al Palacio.

Con sigilo llegamos y entre todos formamos una cadena humana rodeando todo el edificio. Laura y yo no nos separamos en ningún momento. Hasta ahora todo está tranquilo y en perfecto silencio, pero pronto empezarán a oírse disparos y gritos.





Y llegó ese momento. Entramos gritando con nuestras armas por delante empezando a disparar a todos los soldados que teníamos frente a nosotros. Muchos de ellos cayeron en el momento al pillarles desprevenidos, pero pronto los demás desenfundaron sus armas y empezaron a responder a nuestros disparos. Encontré un muro donde poder protegerme y vi a Adriana en otro muro contiguo también protegida de los disparos. Por un momento me recordó a un videojuego de guerra. Los guardianes comenzaron ha avanzar con velocidad hasta adentrarse en el Palacio. Cuando ya la zona del jardín estaba despejada de soldados les seguimos entrando nosotros también en las estancias de aquel edificio. Nunca había entrado a ese Palacio aunque sí había oído hablar de las historias sobre de que este sitio albergaba a fantasmas en su interior. Todo allí parecía sacado de un escenario del siglo 18. Todo era lujo y antigüedad. Disparamos a los soldados que nos atacaron nada más entrar mientras seguíamos adentrándonos siguiendo a los Guardianes. Aunque intenté remediarlo acabé perdiendo a Adriana de vista entre tanta gente corriendo de un lado a otro. Traté de no pensar en nada malo y me concentré en alcanzar a darle a los soldados que se me ponían por delante. A muchos de ellos solo le acabé hiriendo, a otros muchos los acabé matando y mientras, seguía adentrándome en el espacioso salón de bailes. Allí ya había muchos de los Rebeldes dispararon a bocajarro a los militares que se escondían como podían. Les habíamos echo una emboscada como ellos nos lo habían echo a nosotros y de momento parecía que estábamos ganando.

Sobrevive como puedas (Trilogía "Como puedas". Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora