Capítulo 17

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Le había pedido que cerrara los ojos para que no viera el cuerpo de Andrea, era lo que menos necesitaba ahora mismo. Busqué con la mirada a Ginés, pero no estaba junto a ella, cosa que me pareció muy raro. Hasta que le vi entrando por la puerta, desolado, con su ropa, sus manos y su cara llena de sangre. Tiró su pistola al suelo y caminó hasta el cuerpo de Andrea. Le pedí a la mujer que siguiera ella taponando la herida de Adriana y bajé corriendo hacia Ginés.

-¿De dónde vienes? -le pregunté agachándome a su lado.

Él me respondió sin levantar la vista de Andrea.

-De matar al hijo del Hombre -lo dijo fríamente, como si fuera la cosa más normal del mundo-. Le he volado la cabeza a tiros -prosiguió.

Vi a la mujer que ya estaba bajando los último escalones junto a Adriana y la miré comprensiva. Desde el primer momento supe que tenía que ser la esposa del Hombre, la madre de Adrián. Sin embargo, se la veía buena persona, no como ellos dos. Fue a pedir ayuda a los Guardianes sabiendo que podrían matarla en ese preciso instante, y no le importó, se acercó a ellos para ofrecerse a ayudarnos. Miré a Ginés de nuevo y le puse una mano en el hombro, él empezó a llorar, aquella imagen me desgarraba el alma. Sin saber qué decirle para darle consuelo, decidí volver junto a Adriana y la mujer, acompañada de otro Guardián que se había unido para ayudar. Éste salió fuera del Palacio para traer la furgoneta en la que llevaríamos a Adriana al Hospital.

-¿Vas bien? -le pregunté.

Adriana abrió sus ojos cansados y forzó una leve sonrisa para mí.

-Sí -susurró.

Cuando salimos fuera la mujer estaba llorando frente al cuerpo de Adrián, como había dicho Ginés, le había volado la cabeza a disparos. Al vernos salir se limpió las lágrimas y trató de mantener de nuevo la compostura. El Guardián llegó rápido con la furgoneta y entramos dentro, sentamos a Adriana en uno de los asientos mientras la mujer y yo seguíamos apretando con fuerza la herida.

-Dese prisa, por favor -le pidió al Guardián que conducía.





Al llegar al hospital me tumbaron en una camilla y me llevaron corriendo por el pasillo. Laura iba a mi lado sin dejar de soltar mi mano y pidiéndome entre sollozos que fuera fuerte, que iba a salir de esta. Cuando llegamos al final del pasillo la mujer le pidió que esperara fuera. Entramos en la sala de operaciones y al poco llegaron compañeros Rebeldes médicos, todos me saludaron al verme y me aseguraron que me pondría bien. Entonces me dijeron que contara hasta diez, siempre me hizo gracia esto cuando lo veía en las películas. Me pusieron una mascarilla y empecé a contar: 1, 2, 3....

Sobrevive como puedas (Trilogía "Como puedas". Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora