Nueve años atrás...
Laura
Primer día de escuela. Nada apesta más que eso si no eres popular y eres horrible, como yo. Nada.
— Mamá, ¿me veo bien? — le pregunto sonriendo nerviosamente.
— Si, te ves bien. Como sea. No comas demasiado. — dice sin siquiera mirarme.
Suelto un suspiro. — No, mamá... — murmuro.
— ¿Nos vamos, princesa? — pregunta mi padre bajando las escaleras y yo asiento haciendo una mueca. — Eh. Lo harás genial.
— Uso aparatos y tengo anteojos... Seré el objeto de burla.
— Eres hermosa. Tal y como eres... Brillas con luz propia.
Sonrío ampliamente ante sus palabras y lo abrazo con fuerza.
— Te quiero, papi... — susurro.
— Yo a ti, cielo. Vamos. ¡Adiós, Ellen! Te amo.
— ¡Damiano, estoy hablando por telefono!
Mi padre suelta un suspiro decepcionado por la poca atención de mi madre y yo lo entiendo completamente. Solo me habla para decirme que estoy más gorda o que algo me queda horrible.
Cuando llegamos al colegio, mi padre se despide con un beso en la mejilla y un abrazo. Bueno... Estaba sola en esto.
— ¡Laura! — exclama una voz detrás de mi y yo me volteo para encontrarme con mi mejor amiga.
— ¡Emma! — grito antes de correr a abrazarla.
Bueno, no estaba tan sola en esto.
— ¿Te has enterado del chico nuevo? Dicen que es muy lindo.
— Mmm... No, no lo he visto. Recién llego.
— ¿No estás emocionada? Nueva etapa, nuevos compañeros y nuevas responsabilidades... ¡Laura, seremos populares!
Ruedo los ojos riendo ante su entusiasmo. — ¿Me has visto?
— Tú nos llevarás a la popularidad. — afirma.
— Como digas... — murmuro. — Luego nos vemos. Iré a buscar mi locker.
— De acuerdo. ¡Nos vemos luego!
Le regalo una última sonrisa antes de entrar al colegio. Mientras voy caminando, choco contra alguien quedando con mi trasero en el suelo. Genial.
— ¡Lo siento tanto! — exclama un chico rubio.
— No te preocupes... — murmuro y acepto la mano que él me ofrece.
— Vaya... Eres hermosa... — susurra mirándome inconscientemente.
De inmediato me sonrojo y bajo la mirada. Jamás un chico me había dicho que era hermosa.
— Disculpa. Soy Ross Lynch.
— Laura Marano. — me presento.
— ¿Puedo estar contigo? No conozco a nadie.
— ¡Claro! Me encantaría. — acepto sonriendo.
Ross toma mi mano tímidamente y yo la acepto con gusto mientras me sonrojo nuevamente para después irnos juntos a nuestra primera clase.
Esa era mi anterior yo. La niña tímida y simpática, que se enamoró de su amigo.
Pero la vida te golpea y tú cambias, te alejas para protegerte del daño y te alejas de los que más amas.
Las perras no siempre fueron perras. Las perras tienen su historia, tienen un pasado.
Jamás juzgues a un libro por su portada.
Actualidad...
— ¡¿Te has acostado con mi esposo?! — me grita una mujer cuando estoy a punto de salir del aeropuerto.
Me saco mis lentes de sol y sonrío con suficencia.
— Oh... ¿Era tu esposo? — le pregunto.
— ¡Maldita zorra! ¡Era nuestra luna de miel!
— Oye, relájate... No descargues tu ira contra mi, jamás he jurado amarte para siempre y serte fiel. Fue él. Yo no lo seduje, él vino a mi. Jamás voy detrás de un hombre.
Solo uno...
Ella parece confundida y pongo mi mejor cara de lástima.
— Pide el divorcio... No lo vale. — digo para después ponerme los anteojos y seguir mi camino.— Jase, ¿alguna novedad?
— Todos hablan sobre que te has acostado con el actor de esa serie cliché que todos ven, señorita. — responde mi guardaespaldas apuntando con la mirada a los periodistas.
— Bien... No es mentira... ¿Nos vamos? Tengo que visitar a mis perras. — aviso sonriendo.
Jase asiente, serio como siempre, para después abrirme la puerta del auto.
Laura Marano estaba devuelta.
— ¡Bienvenida, Laura! — gritan todos sonriendo felices de verme.
Agh. Odio estas cosas.
— ¡Emma, Sav, Alexa, Raini! — exclamo a medida que las veo. — ¡Las he extrañado tanto!
Ellas corren hacia mi para después unirnos en un abrazo grupal. Sonrío sinceramente. Si hay alguien a quienes había extrañado durante estos años, esas eran ellas.
— Sigues siendo una bomba sexual... — murmura Savannah sonriendo de lado. — He escuchado los rumores.
— Son verdad. El anillo de bodas está subestimado. ¿Y ustedes? ¿Qué fue de sus vidas?
Todas miran a Emma, quien me sonríe nerviosa.
— ¿Qué? ¿Qué sucede? — pregunto confundida mientras agarro una copa que me ofrecen.
— Me voy a casar.
— ¡Oh por Dios! ¡Eso es genial! — exclamo sonriendo ampliamente. — Jamás me has hablado de tu vida amorosa. ¿Quién es el jodido afortunado?
Emma está a punto de responder, pero mis ojos se encuentran con unos ojos avellana. Ross Lynch acababa de entrar al lugar mientras sonríe de lado y habla con Calum Worthy.
Santísima mierda...
Él se acerca a nosotras y abraza a Emma por la cintura antes de besar su mejilla.
¿Qué diablos estaba pasando aquí?
— Laura, él es Ross... Mi prometido. — anuncia mi mejor amiga.
Mi copa de champagne se cae al suelo quedando destrozada mientras miro sorprendida a la pareja feliz.
Esto no puede estar pasando.
Ross Lynch no se va a casar con mi mejor amiga. No si puedo impedirlo.
Él es mio. Desde el momento en el que lo conocí lo fue.
ESTÁS LEYENDO
The Wedding
AcakUna boda que lo cambiará todo... O no cambiará nada. #449 en DE TODO.