II. Propuesta

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Tres años atrás...

Emma

Veo a mi mejor amiga bailar alegremente junto al resto de nuestras amigas mientro bebo un poco más de champagne. Es nuestro baile de graduación y sinceramente quería irme. Ross no era mi pareja porque yo le pedí que lo nuestro se mantuviera en secreto.
¿Por qué? Por Laura. Ross es su capricho y si supiera que estoy saliendo con él, me mataría.

— ¡Emma, vamos a bailar! — me grita Laura sonriendo ampliamente. — ¡Moves Like Jagger! — chilla. — Iré a buscar a Ross. Él sí que sabe mover sus caderas.

Ruedo los ojos riendo al verla ir corriendo hacia Ross y tomarle la mano para sacarlo a bailar. Mi risa muere al instante cuando le sonríe encantado y la agarra por la cintura mientras bailan cerca uno del otro.

Le doy un largo trago a mi champagne. Lo necesito en estos momentos.

— ¿Por qué sigues con él? — pregunta Adam sentándose al lado mio.

— Porque lo amo y dije que sería paciente... No puede olvidarla de la noche a la mañana. Vamos una semana. — murmura.

— Emma, ellos se aman.

— Laura no lo ama, ni siquiera le interesa. Solo quiere sexo. — digo.

— Agradece que mañana es la graduación y Laura se marcha. Emma, terminarás lastimada.

— Me largo. Quiero irme. — susurro con lágrimas en los ojos.

Adam suelta un suspiro y asiente, para después tomarme la mano y sacarnos del salón.

¿Ross? Ni siquiera se dio cuenta de que me había ido.




Cerca de las cinco de la mañana comienza a sonar mi celular y atiendo como puedo. ¿Quién puede ser a esta hora?

— ¿Hola? — pregunto dormida.

— Abreme. Estoy afuera. — dice una voz masculina y luego corta la llamada.

Suelto un suspiro y bajo a abrir sabiendo perfectamente quien es. Ross.

— Es muy complicado conseguir flores a estas horas, pero he conseguido chocolates y un paquete de gomitas. Sé que adoras los dulces. Lo siento mucho... He sido un idiota. — murmura regalándome una sonrisa leve.

— No era necesario...

— Si lo era. Estamos saliendo y lo que menos hice fue prestarte atención, estabas hermosa y no supe valorarlo. No quiero seguir estando detrás de Laura, hoy me he dado cuenta de lo que me estoy perdiendo por una mujer que jamás me amará. Te quiero, Emma... Y quiero una oportunidad. Me gustas, de alguna forma lo haces. Y sé que el día de mañana llegaré a amarte. ¿Puedes perdonarme y darme una segunda oportunidad? Quiero hacerte feliz y amarte... Como tú lo haces conmigo. — pide mirándome arrepentido.

— ¿Olvidarás a Laura? ¿Completamente?

— Basta de Laura Marano en mi vida. Quiero solo a una chica en ella... Y se llama Emma Martins.

— ¿Has tomado? — pregunto riendo levemente.

— Vaya, tremendo discurso y me preguntas eso.

Suelto una carcajada para después besarlo con ternura mientras rodeo su cuello con mis brazos acercándolo a mi. Ross me corresponde el beso cerrando la puerta detrás de él y presionando su cuerpo contra el mio.

Por esto no me rendía. Por lo que me hace sentir cada vez que me besa, porque lo amo y estoy enamorada de él desde hace tiempo.

¿Y sinceramente? Lucharía por Ross Lynch sin importar qué pierdo durante la lucha. Él lo vale.




Actualidad...

Siento unos brazos rodearme por detrás y le sonrío a mi novio antes de darme la vuelta y besarlo.

— Estás preciosa, cariño. — susurra Ross en mi oído.

— Gracias, amor... ¿Vamos? — le pregunto sonriendo.

— Claro. Oye, ¿sabes a qué hora vendrá?

— ¿Laura? Su fiesta será a las ocho de la noche y ella llegará a las siete de la tarde.

— ¿Quiere la fiesta?

Sonrío inocentemente. — Nop.

Ross rueda los ojos sonriendo y besa mi mejilla antes de subir al auto y dirigirnos al restaurante.



Durante la cena, Ross actúa extraño y comienza a preocuparme. ¿Ahora que vuelve Laura querrá dejarme?

— Emma... — comienza a decir.

— ¿Qué hice? — pregunto rápidamente provocando su risa.

— Amor, ¿me dejas hablar?

Suelto un suspiro y asiento.

— Desde que entraste a mi vida todo es mejor. Me has apoyado, escuchado, soportado y amado como nadie jamás lo ha hecho. Me ayudaste a superar cada obstáculo y siempre me reconfortaste con una hermosa sonrisa. Eres la mujer de mi vida, Emma. Jamás creí que podría sentirme así y no quiero dejar de hacerlo... Emma Martins, ¿me harías el hombre más afortunado y te casarías conmigo? — pregunta luego de arrodillarse y sacar un anillo de compromiso.

— ¿Qué...? ¡Oh, Dios! ¡Si! — exclamo sonriendo ampliamente y con lágrimas en los ojos.

Ross me sonríe con dulzura antes de besarme, le correspondo atrayéndolo más a mi. Era un beso dulce y tierno... Como siempre.

— Te amo, Emma... — susurra contra mis labios.

— Yo también te amo, cariño.

Cuando mi prometido me pone el anillo, no puedo evitar sonreir más grande. ¡Nos vamos a casar!

Me voy a casar con el hombre que amo y mi mejor amiga volverá a la ciudad en unos días.

Sinceramente... ¿Qué podría salir mal?

The Wedding Donde viven las historias. Descúbrelo ahora